Capítulo 21

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Dándole un último beso que más pareció un mordisco al trasero de Stiles, Derek se puso en pie y ayudó a Stiles a hacer lo mismo. Y cuando Stiles se movió con pasos temblorosos, nada firmes, soltó una carcajada antes de cargárselo al hombro cual saco de patatas.

- Hey. Qué leches estás haciendo – protestó Stiles, aunque tampoco hizo amago por librarse... Tal vez porque sabía que sería inútil.

- Tú que crees – preguntó con ese tono que no aceptaba discusiones, aunque esta vez tuvo que fingirlo – Pensé que querías follar.

Y con eso dicho, tiró a Stiles en la cama con bastante poca delicadeza.

**********

Por fortuna su cama era una bien cómoda y mullida (después de años sin tener una cama NO iba a escatimar en gastos, muchas gracias), con lo que no hubo que lamentar daños mayores.

Stiles se quedó espatarrado en la cama, todavía con la respiración entrecortada por las atenciones recibidas por parte de Derek. Y cuando Derek se quedó de pie frente a él y empezó a quitarse la ropa, con calma y sin apartar su vista de la del chico, tuvo que morderse el labio para no gemir como un adolescente excitado... Aunque ya hubiera perdido la cuenta de los que había soltado.

Sin embargo, cuando Derek estaba a punto de quitarse los calzoncillos, la mueca socarrona en los labios y la ceja elevada en pose de "ya sé que me deseas"; Stiles se obligó a reaccionar.

Se puso de rodillas en la cama y, sin bajarse del colchón, se acercó al hombre lobo para agarrarle de la muñeca e impedirle seguir.

- Espera.

Derek paró en el acto, más que extrañado. No tanto por su petición, pues podría ser que él quisiera terminar de desnudarle; sino por el hecho de que el corazón de Stiles se había acelerado un poco.

- Qué pasa – preguntó serio - ¿No quieres seguir?

- No – respondió en seguida, sin soltar la mano de su muñeca – Quiero decir. Si, claro que quiero seguir – Derek alzó una ceja, aún más perplejo – Pero antes quiero decirte una cosa.

El Beta enarcó las cejas como única respuesta. Nunca le había gustado hablar más de la cuenta, y menos aún cuando ni siquiera sabía qué decir. Por fortuna, Stiles ya se conocía de memoria el significado de los movimientos de sus cejas, así que siguió.

- Yo... - se mojó los labios al tiempo que llevaba la otra mano al cuello de Derek. Pese a que uno estaba de pie y el otro subido a la cama, sus ojos estaban casi al mismo nivel y sus cuerpos más pegados de lo que lo habían estado hasta ahora – No quiero que pienses que esto es lo único que quiero de ti – susurró – Que no he disfrutado de estas semanas junto a ti, o que el único motivo por el que quiero estar contigo es para tener sexo de una vez por todas.

Derek no supo qué decir. En un principio pensó en responder con alguna broma de su estilo, todo sarcasmo, pensando que en realidad Stiles estaba bromeando para disipar un poco los nervios del momento. Pero al fijarse en sus ojos marrones, brillantes y con una película acuosa cubriéndolos, comprendió que nada de aquello era una broma.

Así que le respondió con lo único con lo que podía: La pura verdad.

- Lo sé – dijo serio y llevando una mano hasta la mejilla de Stiles, que acarició con delicadeza – Ya lo sé.

- Lo que te he dicho antes... Eso de que eres sexy y el tío más atractivo del mundo... No voy a negar que es verdad porque sería una estupidez, y sobre todo porque no eres estúpido y tienes espejos donde mirarte y ojos y... - soltó aire despacio, recreándose por unos segundos en el tacto de la palma de Derek sobre su mejilla – Y en parte todo esto, el haber hablado con los demás y comportarme como si estuviera desesperado por follar, en realidad es culpa de ese cartel de virgen que tengo encima las 24 horas del día y del que parecía que jamás me iba a librar – inspiró profundamente para recuperar el aire, y suspiró aliviado cuando Derek siguió en su sitio, sin muchas intenciones de interrumpirle o pedirle que fuera al grano... Y si no fuera porque ya le adoraba... - Pero eso no es lo único que me importa. No cuando es contigo con quien estoy y... Con quien aún no puedo creer que tenga la suerte de estar porque... Porque yo también tengo ojos en la cara y... y veo las diferencias entre los dos... y no solo por la ropa sino por la forma de ser, y de comportarse, y... ¡Au!

Dream a Little DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora