Capítulo 3

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     Desperté y no estaba segura de querer bajar.  Me bañe, tratando de hacer tiempo marqué el número de Lili, quería explicarle todo, decirle que no entendía lo que ocurría, que la extrañaría pero ella no respondió. Tocaron el timbre y baje corriendo, estaba segura que era él, deseaba que lo fuera. Abrí la puerta y hasta ese momento me di cuenta que era mas perfecto de lo que había notado. Me sonrió, no le devolví la sonrisa no había nadie en la sala ni cocina así que me salí.

-Eso no se hace, chica mala- arqueo una ceja mientras sonreía

-Tampoco salir con desconocidos- caminaba y me frotaba el brazo derecho, no es que hiciera frio, tampoco estaba nerviosa, para nada.. - No sé nada de ti, de tu pasado o de quien eres realmente- lo mire acusadoramente, quería ser directa, quería que entendiera que conmigo no podía jugar. Caminamos un tiempo y llegamos a un parque..  

-Tu preguntas yo respondo- se sentó en una banca que había cerca, entrelazo los dedos detrás de la nuca y me sonrió descaradamente -Ponte cómoda- hizo un movimiento con la cabeza señalando un espacio vació a su lado.

     No es que me encantara la idea de sentarme a su lado, era arrogante y egoísta, y su sonrisa, era lo peor de él era sarcástico, en otra ocasión eso me hubiera encantado pero no si lo usaba solo para molestarme, sólo quería provocarme estaba segura. Bajo las manos y las puso a un costado de sus piernas sobre la banca.

-No muerdo lo prometo- me senté lo mas lejos posible, no me inspiraba confianza pero tontamente el peligro me llamaba la atención, algo no cuadraba en él y estaba a punto de descubrirlo, debía resistir que tan malo era estar sentada junto a él en un parque sin gente. Me vio a los ojos por unos segundos y yo agache la cabeza -Son las preguntas mas cortas que he oído en mi vida- se levanto como en señal de que se iba si la entrevista había terminado.

-Vale, ya- no lo veía de frente pero pude sentir como sonreía burlonamente. Se sentó -¿Como sabías que me mudaba y como sabias de Lili y Sergio?- no podía mas con la duda, o era psíquico o un acosador de primera. Enarcó las cejas sin verme. Y tan despreocupadamente, dijo alzando un hombro y marcando aun mas que no tenia importancia.

-Casualidad- eso no podía ser casualidad de ninguna forma. Por mas que creyera en las casualidades era absurdo.

- ¿De mi hermano?- voltee la cabeza hacia el bruscamente y lo vi fijamente. El también volteó, estábamos de frente y sus ojos negros estaban enfocados en mi. Un ligera sonrisa se formo en sus labios

-Conclusiones- fruncí el ceño, eso no era una respuesta lógica y mucho menos satisfactoria, a parte sacar conclusiones no era siempre lo mas acertado, no tenia ni una pizca de lógica. Al ver mi cara se volteo - Cuando te saque del carro, estabas en la parte trasera,  las dos opciones eran que tenías chofer o un hermano que iba enfrente con tu madre, después de verte llorando supuse que era la segunda- bien era una respuesta no lógica pero un poco mas razonable.

-¿Podía ser hermana no crees? - Vale para esa pregunta ya no existía una respuesta lógica, lo tenia no podía poner mas pretextos o teorías absurdas ¿O si?

- Una hermana nunca te habría dejado ahí, sin embargo los hombres somos mas estúpidos, nos hace mas gracia hacer bromas ¿No crees?- Torció la boca un poco, yo puse los ojos en blanco alcé as manos en señal de no tener lógica y al bajarlas con brusquedad no medí y en un instante mi mano estaba sobre la suya, lo mas obvio habría sido quitarla pero no lo hice. Dios ¿Por qué no lo hice?  Volteo su cabeza hacia mi y yo hacia el, esta vez estábamos mas cerca que antes, y entonces un calor abrumador me recorrió todo el cuerpo, en un instante todo el miedo e inseguridad desaparecieron. El se acerco más y me asuste. Pensar en lo que podía haber pasado si no me hubiera alejado me daba escalofríos.

- ¿Y tú? ¿Qué hay de ti? ¿Tus padres?- trate de que no se notara el temblor en mi voz. El se levanto, dándome la espalda y viéndome por encima del hombro dijo.

-Vale, se acabo la entrevista, ah por cierto este es el parque mas cercano a tu casa- empezó a caminar no entendía, por que no quería hablar sobre eso. Sobre su familia, sobre él, ¿tan malo era? Me di cuenta que ya iba muy adelante entonces salte y corrí hacia el.

     De regreso la situación era mas incomoda, el ambiente mas tenso, y casi no nos dirigimos la palabra. Al llegar a mi casa me despedí con la mano, insegura de si respondería o era demasiado ridículo. Entré y nuevamente no había nadie abajo. No hice ruido y subí a mi cuarto me acosté en la cama y vi el techo. Era horrendo, de hecho viéndolo bien una decorada al cuarto no le haría mal, necesitaba pintura pero en dónde podía comprarla. Le di vueltas a mi cabeza con lo sucedido hoy, con mi padre, con Alex  y otras situaciones, ya no quería pensar más y me deje llevar por el cansancio.  

  

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No fue una casualidadWhere stories live. Discover now