Familia

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El silencio rondaba... lentamente mis ojos comenzaban a abrirse, solo para observar la costumbre de todos los días dentro de aquella pequeña y acogedora casa, a lo que simplemente comienzo a levantarme luego de un largo bostezo ante la propia cotidianidad que el mismo día figuraba para mi en aquellos tiempos, a la par que me restregaba mi ojo derecho por la misma actitud somnolienta que aún permanecía en mí.

A partir de aquí comienza mi historia... es algo obvio de pensar en el momento en el que lees estas palabras, pero no está de más recalcarlas; aquí comenzaré una larga aventura llena de incontables sentimientos y experiencias que enmarcaron mi vida completamente, los cuales presentaré en este libro.

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Dentro de los muchos sucesos que ocurrieron en mi vida, la pronta o supuesta pérdida de mis padres fue lo primero que me marcó... apenas a mis siete años, la imagen de mi hogar envuelto en llamas fue lo que puso un antes y un después a mi vida, luego de suponer que mis padres murieron en aquel incendio debido a que nunca más los volvimos a ver... mientras que yo, siendo un niño apenas, fui cuidado por una amiga de mi familia luego de aquello.

El transcurso de mi vida durante mi niñez no es del todo importante para este libro en específico a decir verdad; fue dura y tal, pero gracias al cuidado de aquella mujer que siempre tendré en mi corazón fue que pude salir adelante, y afrontar el mundo como debe ser.

Cuando cumplí los quince años pude tener un trabajo, era simple... pero me ayudaba a subsistir por mí mismo y tener algo con que llevar el pan al estómago sin necesidad de exigirle más a la persona que me cuidaba. Consistía en transportar las mercaderías a las casas o negocios que los necesitaban, el pueblo donde vivía no tenía muchas personas de mi edad que digamos, la mayoría eran ancianos que cuidaban a sus nietos que apenas tenían la edad que tuve yo cuando perdí a mis padres, ya que los suyos tenían que trabajar en una ciudad lejana para poder sustentar a toda su familia, por ende, yo era la opción perfecta para el trabajo; tenía la suficiente fuerza y era capaz de soportar las cajas que me entregaban y siempre las dejaba en cualquier lugar que me dijeran... y desde aquel día, mi vida comenzó a adoptar aquella rutina de manera indefinida...

Hasta que aquellos sucesos empezaron a ocurrir.

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Era otoño, ya había cumplido los veintidós años en aquel entonces, los cargamentos habían sido entregados, por lo que el día lo tenía libre. Desperté tarde, ya que no suelo o más bien no puedo dormir mucho ya que, si bien no son muchas las cosas que tengo que transportar ni muy pesadas como para no soportarlas, pero eso sí, algunas de ellas eran muy grandes y tenía que transportarlas por un largo recorrido y a veces eran muchos los viajes al mismo lugar por lo que obviamente tomaba bastante tiempo.

Al despertar tenía la vista de todos los días, mi hogar no era un lujo... pero tampoco era algo que despreciar, era bastante acogedora y había suficiente espacio para todo lo necesario, no fue sino hasta los diecisiete, una vez en que me acostumbré del todo a mi trabajo, cuando decidí crear mi propio hogar, aunque claro... con un poco de ayuda.

Todo lo que está dentro, desde la pequeña mesita para comer hasta la cocina y el baño fue gracias a varios días trabajando arduamente entre algunas personas del pueblo y yo. Se requirió bastante dinero, y tuve que juntarlo día a día antes de decidir construirla, ya que en el momento en que comencé a trabajar, sabía que tarde o temprano tendría que comenzar a subsistir por mí mismo...

Lazos de auraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora