Después de haber escapado de la furia de su hermano, Albus decidió ir las Lechucerias, le había prometido a su padre contarle en que casa quedaba, de una vez también informaría su nueva amistad con un Malfoy. Miro de reojo a Scorpius que comia algo indignado su regaliz, Albus no queira separar los ojos de encima de aquel Malfoy, Albus podía apostar... Lo que sea, que los Malfoy tenían algo que ver con las Veelas, para nadie es un secreto que la belleza de los Malfoy es demasiada...
-Oye –dijo Albus, Scorpius lo miro.
Aunque Albus sabía que era demasiado pequeño para decir algo de esta magnitud, casi no había error en lo que cruzaba en su mente: Scorpius era endemoniadamente guapo, pero Albus no lo diría ni muerto en voz alta.
-¿Me acompañas a mandar un mensaje? –Dijo luego de unos instantes –Tengo que decirle a mi padre la casa en la cual quede.
Albus pudo ver como los ojos de Scorpius comenzaban a brillar, de ilusión.
-Si quieres, le mando saludos tuyos...
Scorpius luego coloco una cara pensativa, fruncio el ceño y coloco una mano en su barbilla, Albus dejó escapar una pequeña risita, luego Scorpius lo miro a lso ojos y negó con la cabeza.
-Si reciben saludos de un Malfoy me imagino que pensaran que vas por mal camino.
Albus fruncio el ceño, ¿Eso que quería decir? Albus estaría con quien quisiera, sin importar si su familia piense que Scorpius era malo, o una mala influencia... pero él no era así, Scorpius era... demasiado perfecto para ser humano.
-No me importa lo que piensen –solto Albus –Ahora eres mi amigo Scorpius.
Albus le regalo una pequeña sonrisa, Scorpius, aunque no sonrió del todo, se veía bastante feliz por la respuesta que le dio Albus, al final Scorpius acepto acompañarlo a escribir su carta; caminaron lentamente, vigilando que no llegara James y les lanzara la maldición de piernas de gelatina, asi que lo mejor era estar alertas.
Al llegar a al lechucería, Albus tomo un pedazo de pergamino y un tintero, luego comenzó a escribir mientras que Scorpius jugaba con su lechuza.
Querido Padre:
Estoy escribiéndote para informarte del resultado de la selección, ¡Soy un Gryffindor! Tal y como tú, estaba muy nervioso, el sombrero seleccionador quería mandarme para Slytherin, pero le dije que no quería, ¡Tenias toda la razón padre! El sombrero escucha tus decisiones, Rose quedo en Ravenclaw, tal y como dijo la tía Luna...
Tengo un nuevo amigo, también está en Gryffindor, para sorpresa de todos, es Scorpius Malfoy, lo conocí en el tren, es muy buena persona, es amable e inteligente, no entiendo por qué el tío Ron dice que los Malfoy son malas personas, además también me conto que Draco Malfoy te tiene estima por darle otra oportunidad a los Malfoy de poder reivindicarse.
Te contare el resto cuando vengas de visita.
Tu hijo
Albus
Bueno, la carta no era larga, pero concisa, ahora tendría una excusa para que Scorpius conociera a su padre y tal vez así se dieron cuenta que su padre realmente no era un héroe, solo un hombre valiente pero bastante estúpido.
-Ye termine –informo Albus, enrosco el papelito y se acercó a su lechuza –Es para papá, regresa rápido.
La lechuza ululo y dio un pequeño mordisco a su dueño, Albus anudo la carta en la pata de su lechuza, y luego salió volando, Albus le siguió con la mirada hasta que se hizo una mancha pequeña en el cielo... ya era de noche y debían regresar pronto a la torre Gryffindor si no querían estar castigados el primer día de clases, salieron corriendo tratando de esquivar prefectos y a Filch, con su endemoniada gata, muchos se preguntaban ¿Cómo podía seguir viva esa gata? Muchos decían que era la Sra. Norris 2.
Como si hubiera sido invocado, el señor Ficlh los vio desde lejos, sin pensarlo Albus colco su capa encima de la cabeza de su amigo, los descubrirían con el cabello platino de Scorpius.
-¡Estudaintes fuera de la cama! –grito a lo lejos.
-Recorcholis –dijo bajo Scorpius –Vamos
Comenzaron a correr más rápido, y divisaron a lo lejos a la señora gorda, solo tenían que subir la escaleras... lo malo es que estaban moviéndose, escucharon los pasos y los gritos del conserje acercándose a ellos, Albus sin pensarlo subio a la escalera y halo con él a Scorpius.
-¿Qué te paso? –Dijo molesto - ¿No ves que están moviéndose?
Albus lo mando a callar con la mirada y luego comenzó a correr, las escaleras solo estaban a 2 metros de distancia del corredor que conectaba con la torre Gryffindor.
-¿Qué intentas hacer? –dijo Scorpius algo asustado.
-¡Saltar! –dijo convencido Albus.
-¿¡QUÉ?! –grito Scorpius -¡No ni loco!
Scorpius se detuvo de inmediato, Albus lo fulmino con la mirada, ni loco se iba a aguantar la cantaleta de su madre y tía, Filch ya estaba a solo unos 20 metros si no saltaban ahora los atraparían sin dudarlo, cogió la mano de Scorpius y lo obligo a correr por la escalera, Albus no se detuvo al llegar al límite de la escalera, acerca más a Scorpius a su cuerpo sin dejar que se quejara... Y salto, la túnica se elevó en el aire y Albus tuvo que estirar la mano para que no dejara de tapar el cabello de Scorpius, al llegar al otro lado, se cayeron de bruces, eso dejaría unos cuantos cardenales, Scorpius se quejó con una mirada reprobatoria y luego siguieron corriendo.
Llegaron con dificultades al frente de la señora gorda.
-¡Abanico de flores! –grito Albus.
La señora gorda comenzó a reclamarles lo tarde que llegaban, entraron rápidamente a la sala común, soltaron un fuerte suspiro y luego comenzaron a reírse.
-¡Saltamos! –Dijo Albus –Por Merlín, saltamos.
Albus miro a Scorpius y se lanzó a abrazarlo, Scorpius se quedó congelado, tratando de procesar el sentido de ese abrazo ¿Por qué lo abrazaba? Nadie lo había abrazado solo porque sí, ni siquiera su madre, siempre tenía que dar para recibir, pero este abrazo se sentía tan fresco y ligero.
-Diantres Scorpius –dijo Albus emocionado al soltarlo -¿Sabías a que altura estaba esa escalera? ¡Al menos unos 10 metros del suelo!
Scorpius aún no entendía la razón de tanta emoción, bueno era cierto que habían saltado la escalera y había sido bastante terrorífico y emocionante, pero Albus se emocionaba más por la altura ¿Por qué?
-Bueno vamos a dormir Scorpius –dijo amablemente Albus.
Hay cosas que las personas no entienden sin importar cuanto esmero pongan para entender, para Scorpius una de esas cosas era Albus... ¿Por qué ese chico era tan amable con él? Solo se habían conocido el día de hoy y ya parecían amigos de toda la vida.
-¿Qué es lo realmente quieres Potter? –dijo con la cara fría y el porte de un verdadero Malfoy.
Albus lo volteo a ver, esto no iba por buen camino...
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Solo cambiemos de rumbo
Lãng mạnÉl en definitiva era mi perdición, sus ojos plata y personalidad afilada me traían completamente loco. Lo sabía desde aquel momento en que conocimos en el tren, sabía que Scorpius Malfoy sería el único que podría adorar con una sola sílaba dada...