Capítulo uno. El reencuentro.

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Caminar por las calles de Barcelona a primera hora de la mañana no es ni por asomo caminar por las calles de Nueva York. Hay muchas personas que van a sus trabajos, que salen a correr e incluso que van a por un desayuno que al día siguiente o dentro de unas horas se arrepentirán de habérselo comido; pero en Nueva York, a estas horas, hay miles de coches circulando, muchos más atascos, gente corriendo e incluso gente desnuda haciendo publicidad de algún restaurante o simplemente ganándose la vida. Claro que en Barcelona hay ajetreo, ¡es una gran ciudad!, pero ni la mitad del que hay en Nueva York.

Si soy sincero, echo de menos aquel ajetreo y movimiento. Adoro Barcelona, por eso estoy aquí trabajando y por eso me he mudado y sinceramente, siempre tengo a Ana en mi cabeza porque ella sí que amaba esta ciudad, pero Nueva York era un lugar que estaba lleno de vida. Hay personas que dicen que esas vidas están vacías porque siempre están ocupadas, pero esas vidas hacen que encajes un poco más en la sociedad. Cuando tú estás agobiado y ves que las personas que te rodean están igual o peor, quieras o no te sientes unido a ellas de alguna manera. Si es cierto que a veces en Nueva York te puedes sentir un poco solo, pero a la vez también trasmite unión. No sé si me explico pero si alguna vez alguien tiene la oportunidad de viajar allí, que lo haga. Aunque tendrá que prostituirse o vender droga para conseguir el dinero para un viaje, porque es bastante caro y es normal que lo sea.

Hablando un poco de Ana, sé que está aquí viviendo también. Ella para siempre o esa era su idea antes de venirse, yo solo de forma momentánea. Llevo cinco meses viviendo aquí, pero mi idea es mudarme a Madrid. Soy escritor (aunque haya estudiado medicina) y esto hace que me salga ofertas o entrevistas de diferentes lugares y más si surgí en una revista de Nueva York. Sinceramente, nunca esperé ser escritor. Escribí un libro por puro aburrimiento, las personas empezaron a leerlo de forma totalmente gratuita, una persona se lo decía a otra y así se fueron corriendo las voces. Aún no sé cómo ocurrió pero tuve la suerte de que lo leyese una gran editorial y esto provocó que ¡bum! Al día siguiente éste se estuviese vendiendo en varias papelerías y saliese anunciado en una revista. A partir de ahí, me han llamado de diferentes editoriales, revistas y periódicos para que me dedique a la escritura. Estoy en Barcelona porque tuve una reunión aquí y mientras que acabo mi proyecto tengo que permanecer en esta ciudad, cosa que me encanta. Después, afortunadamente, me ha salido también una oferta en Madrid y, obviamente, la aprovecharé. Sería tonto si no lo hiciese. Yo siempre lo digo y la verdad es que he tenido en toda mi vida mucha suerte, exceptuando en el ámbito amoroso. En ese aspecto me ha ido como el culo.

Volviendo a Ana, que me distraigo... No la he visto. Ni si quiera hablo con ella ya. Supongo que cada uno ha ido por su lado y ha hecho su vida, que lo veo normal claro. Ella espero que esté bien con Álex, siempre se han querido mucho y estaría predestinado que acabasen y era bastante obvio. No me arrepiento de haber estado con ella y de haber luchado hasta el final, aunque algunos digan que tuve que luchar más, yo no lo vi así, es decir, una persona sabe cuándo es hora de hacer una retirada. Yo lo supe. Preferí dejarla libre y que fuese feliz, a intentar ganarme su corazón y que realmente nunca estuviese su corazón conmigo. Sería como encerrarla.

Es más, odio a ese tipo de personas. Esas personas que son tan sumamente egoístas y que, sabiendo que el otro no las ama, siguen intentando retener a la otra persona contra su voluntad. En mi opinión eso no es amor, eso es egoísmo y miedo a quedarse solo, haciéndole chantaje psicológico al otro para que, de alguna forma u otra, tenga que permanecer a tu lado sin poder tener elección alguna. Porque sí, dicen que siempre se tiene elección pero eso no es así.

De Álex tampoco sé nada, pero de Dani sí. Muchas veces hablamos por teléfono y como ahora está en Mallorca viviendo la vida en familia (pero no con Miriam, lo dejaron) pues a veces nos vemos. Miriam y él lo dejaron por la falta de comunicación y porque a veces se veían por culpa de sus trabajos. Total, que decidieron acabar con esa relación. Miriam sigue por Nueva York o viajando por el mundo, no lo sé; y Dani se casó con una ricachona y vive en Mallorca con ella. La custodia de los niños es compartida y por un tiempo se quedan con Dani. Hay que reconocerlo, a su madre apenas la ven y con su padre hacen más cosas, así qué no es porque sea mi amigo, pero quieren más a su padre. Aunque la muchacha, como es normal, quiere más a su madre. Las niñas, normalmente aunque haya excepciones, quieren más y se vinculan más fácilmente con las madres porque son del sexo femenino y se entienden mejor. Es decir, pocos padres pueden explicarle a sus hijas como se pone uno de esos cachorros por la vagina... Ug, mejor no entrar en detalles.

Y de Anastasia (alias: chica de las pizzas) no sé nada. Tuvimos alguna que otra cita y algunos que otros encuentros, pero cuando tuve que viajar perdimos el contacto. Una pena a decir verdad, sinceramente esa chica tenía algo que hacía que perdiese la cabeza y que se me olvidase todo, puedo incluso a arriesgarme a decir que hubiese acabado locamente enamorado de ella si hubiésemos tenido más encuentros y no soy un chico demasiado enamoradizo. Me cuesta bastante la verdad.

Me encantaría verla de nuevo.

Sumido en mis pensamientos, entré en una cafetería bastante antigua pero dónde hacen los mejores desayunos del mundo. La gente prefiere ir a sitios innovadores y nuevos porque por probar... ¡¿Pero dónde dejamos los tradicionales?! Está bien probar, pero si algo te gusta no deberías cambiarlo.

—Un capuccino con una tostada de jamón y tomate, por favor. —Igual que digo que echo de menos el ajetreo de Nueva York, he de decir que echaba de menos el jamón español.

Cogí mi desayuno cuando me lo sirvieron y lo llevé a una mesa cerca de la ventana. Cuando iba por ahí a comidas solo, me solía poner los auriculares, a leer o a adelantar algo de trabajo y miraba a las personas como pasaban por las calles. No sé, hacía que me distrajese un poco.

—No hay quien te reconozca. —Una joven voz femenina había interrumpido mi escritura provocando que tuviese que mirar hacia arriba.

No sabía por qué ni de qué pero conocía a esa mujer. Era alta, con el pelo moreno cortado por debajo de las orejas. Tendría unos treinta y cinco años y sin contar las pequeñas arrugas que se le formaban en los ojos cuando sonreía, parecía más joven de su edad real. Tenía un buen cuerpo y sus ojos brillaban y daban vida a cualquiera que los mirase. Estaba claro que la conocía, eso seguro, solo que ella me recordaba a mí y no era algo recíproco.

O alomejor se ha confundido de persona.

—Disculpa pero... —Comencé a decir, pero aquella mujer me interrumpió de inmediato.

—Te has olvidado de mí, ¿a que sí? —Sonrió y juro que esa sonrisa fue como un canto de pájaros para mí. Gracias a ello, la recordé. —Ahí está. —Añadió señalándome de forma obvia. —La cara que ponías cuando reconoces a una persona o te acuerdas de algo antiguo.

—¿Qué haces aquí? —Pregunté aún anonadado y levantando para poder darle dos besos y saludarla.

—Esto es el destino que quiere que nos volvamos a ver. —Dijo de forma amable.

—Pues entonces adoro a mi destino. —Le dije sonriente. 


AQUÍ TENÉIS EL PRIMER CAPÍTULO DE LA HISTORIA DE JAMES. ¿QUIÉN CREÉIS QUE ES? ;) 

¡ESPERO QUE OS GUSTE E INTENTARÉ SUBIR PRONTO!

BESOS. <3

Twitter e instagram: andrea8_r

Vine (por si queréis verme hacer la tonta :D): Andrea Diaz Romero.


Creo que me he enamorado... (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora