33- Confesiones Que Duelen

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— Él no regresará ahora —su voz agotada me hizo voltear de inmediato.

Tiene las mejillas del color de su cabello. Por supuesto un lado más rojo que el otro.

—¿Que dices? ¿Que le hiciste a Sebastián, hija de pu...

— Ya deja de insultarme —me interrumpió con un desdén de melancolía—. No le hice nada al riquito ese. Solo que uno de sus hoteles de Chicago fue invadido por una plaga de cucarachas y creo que tiene que resolverlo.

Ahora si que la mato. Si la intención es arruinar los negocios de Sebastián, lo está logrando y es algo que no puedo permitir. Después de todo es por mi culpa. Si ella no estuviera Enamorada de mi, no le hiciera eso a él.

—¿Por que sigues haciendo esto? ¿No te ha quedado claro que yo...

— Claro que lo tengo claro —vuelve a interrumpirme—. Se muy bien que tu nunca me vas a amar. Y mucho menos después de todo lo que tengo que decirte.

— No logro entender nada.

— Quiero decir todo. Siento que te lo debo... Antes de que la policía llegue. Debo contarte algo que hará que me odies más de lo que lo haces.

Su tono al hablar me molesta. Es quedo, inseguro y de puro arrepentimiento... Esto no pinta bien. Significa que lo que tiene que decir es algo muy malo.

— Quiero que sepas que estoy arrepentida de haberte causado tanto dolor. En mi afán por hacerte mía, olvide que tu no querías serlo. Anduve por la vida, haciendo que todo el mundo cumpliera mis deseos y caprichos y luego llega este chico... Cargado de problemas y unos amoríos sin resolver. No pude evitar desear ser tu...

Flashback.

Diciembre 21 "cumpleaños de Camila"

Todo fue tan rápido que no tuve tiempo de procesarlo. Primero estaba mi hermano y sus insistencias para que yo te dejara en paz. Luego estaba él, que todos los días iba a mi casa a pedirme consejos de amor. A decir todo lo que sentía por ti.

Eran apenas las diez de la mañana cuando ya lo tenia tocando mi puerta. Al fin lo había hecho. Había dejado la carta en tu puerta, junto con el regalo que me obligó a ayudarlo a comprar... Para mi no fue difícil, pues ya tenía una idea de tus gustos.

— Lo he logrado. Ahora solo queda esperar cual va a hacer su reacción. ¿Y si me odia? ¿Y si no quiere volver a verme jamás? Tengo mucho miedo de lo que ella pueda pensar de mi.

— Bueno, espero que por lo menos tenga la decencia de llamarte. Digo mereces que por lo menos ella te diga lo que piensa en la cara —por dentro deseaba con todas mis fuerzas que no lo hicieras, que no lo llamarás.

— No seas así. Ella no tiene la culpa de que lo mio contigo no haya funcionado.

— Y no he dicho lo contrario. Solo que no me acostumbro a la idea de que me estés pidiendo ayuda para seducir a tu amor de infancia —traté de sonar fría. Restándole importancia al asunto. Supongo que por dentro lo que estaba era resentida.

— Iré a mi casa. En unas horas regreso. No me siento con ánimos de manejar. Dejare el auto aquí y tomaré un taxi. Procura dormir... Creo que hoy te levantaste más gruñona que nunca.

Fingiendo que todo estaba bien, deje que me besara la mejilla y se marchara a su apartamento. A los pocos minutos de intentar dormir... Recibí una llamada. Era Mely. Mi mejor y única amiga.

Siempre Fuiste Tú (Pasado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora