Estaba sentada en el piso del opera frente al escenario, arriba de el se encontraban Mariano, Tomás y Pedro sentados también mientras charlaban animadamente. Estábamos en nuestro tercer descanso, habíamos ensayado el musical de esperanza mía durante todo el día y ya el cansancio se hacía notar. Observé a mi alrededor y el resto del elenco estaba esparcido por allí, Natalie y Ángela pintaban sus uñas mientras hablaban de moda. Jimena, Leticia y Laura tomaban mate, Franco y Stefano jugaban con sus celulares. Y yo acá tirada en el piso, componiendo.Recordé la noche anterior y mi discusión con Benjamín.
- ¿Me estás dejando? - pronunció enojado y con dolor en su mirada.
- Esto no da para más Benja - apenada lo mire y el agachó su mirada reprimiendo unas lágrimas.
- Podemos volver a intentarlo, luchar por salir a flote, el barco no se hundió todavía mi amor - esta vez levantó su mirada y pude ver cómo dos gruesas lágrimas caían de sus ojos rompiéndome en dos.
Negué.
- Ya estamos hundidos, no hay forma de salir a la superficie a no sea que nos desatemos el uno del otro. Benja, hemos estado muy distanciados, mucho, no nos vemos, y cuando lo hacemos discutimos es...
- Déjame remarla - me interrumpió esperanzado.
Volví a negar.
- No es solo eso - esta vez fui yo quien agacho la mirada. Sentía su vista fija en mí y me armé de valor.
- Ya no siento lo mismo - escupí sin rodeos - es más, me... me pasan cosas con otra persona - titubee con nerviosismo, él me miró y negó.
- Te lo dije - río falsamente y me apuntó con el dedo - te dije que si aceptabas grabar con él te ibas a terminar enganchando, te conozco demasiado.
- Nadie sabía que iba a pasar.
- Pero todos lo pensábamos. Vamos, llevas enamorada de él desde los diez años.
- Doce - lo corregí inconscientemente y me arrepentí - digo, no estoy enamorada de él.
- ¿Ves? ¿Por el me queres dejar? ¿Estás segura?
- No te estoy dejando por él. Benja, yo te quiero, te quiero muchísimo, pero...
- Pero no me amas - terminó el la frase. Iba a proseguir cuando me volvió a interrumpir - Y no aclares que oscurece. - Dijo, desapareciendo de mi vista.
No he vuelto a hablar con él desde ayer, lo llame y no me atiende, le mande mensajes y no me contesta.
De un momento a otro, mi historia con el, con Benja cayó a flashes. Mire a Mariano y una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo.
Puedo mirar, ver más allá todo lo que pasó. - escribí en la aparte superior de la hoja.
- ¿Con quién peleaste que traes esa cara de pocos amigos? - le dije a Mariano, cuando entró en mi camerin con un traje de chaqueta y la corbata deshecha.
- Con la corbata - la señaló - fue imposible atarla.
- A ver... veni - el obedeció y se acercó a mí, lleve mis manos a su cuello y roce la llema de mis dedos con este anudando la corbata.
- Gracias - sonrío a escasos centímetros de mí - Estas muy linda - tomo mi mano e hizo que diera una vueltita sobre mi propio eje - Ese vestido te queda muy bien.
- Gracias, vos también estás muy bello.
Él sonrió nervioso.
- Todo va a salir bien, Mirtha es un amor - dije cuando sentí sus manos sudadas, hoy Mirtha nos invitaría a su programa y le contaríamos que tal las grabaciones.
- Veni ahora te toca a vos ayudarme. - le dije tirando de su corbata hacia mi, un gesto que me salió sin pensar y un gesto para mí, demasiado seductor. Si no fuese porque se controlarme ahora mismo estaría comiéndole la boca, o puteandolo en el caso de haberme rechazado. Aunque por la forma en que lamió sus labios después de ese gesto dudo que hubiese puesto resistencia alguna. Tarde Mariana.
- Ah no sabía que esto era un intercambio de ayudas. - los dos estallamos en risas.
- Nude o rojo - pregunté enseñándole los dos labiales. El los miro y luego clavo su vista en mis labios.
- Ese - sentenció señalando el Nude.
Tanto cambió, tanto dolió, tan solo sucedió. Tu amor es único.
Escribí suave sobre el papel y canté en un susurro lo que tenía escrito.
Se aferró a mí con fuerzas y hundió su cara en mi cuello, pude sentirlo algo mojado y noté que estaba llorando. No dije nada simplemente lo abrace brindándole todo el apoyo que podía y más. Estos días estaban siendo difíciles para el, mudarse, cambiar de casa, no ver todos los días a sus hijos... Pero como yo le decía era solo un paso más, paso que tarde o temprano tendría que dar.
Tu amor es único, puedo sentirte frente a mí.
Volví a mirarlo y el corazón se me acelero cuando nuestras miradas chocaron y nuestras sonrisas se encontraron. "En un choque de miradas una sonrisa es el mejor accidente" recordé que me dijo una de las tantas veces que jugábamos, ese día se había planteado "seducirme" durante toda la jornada de grabación.
Para mi corazón no hay explicación. Tu amor es único.
Escribí sobre el papel, e imagine el ritmo en mi mente.
- Arriésgate - me animo mi hermana y negué.
- Lo mejor es dejar las cosas así.
- ¿Y sufrir? - preguntó mi hermana y la mire. - Mira hermanita, si realmente pensas que puedes llegar a enamorarte dale para adelante. Si no, aléjate de el. Porque vas a pasarla mal entonces.
Aunque te diga adiós, para mi corazón tu amor es único.
Siento que este amor, porque si, estoy enamorada va a estar aquí en mi corazón siempre.
Vi a Mariano bajar del escenario de un salto y acercarse a mí. Rápidamente cerré el cuaderno y él me miró extrañado.
- ¿Qué hacías compa? - "compa" ahora le había dado por llamarme así.
- Nada - incline la cabeza y achine los ojos mirándolo, él se agachó quedando a mi altura.
- Dale decime - en un despiste me quito el cuaderno y se paro, rápidamente me pare también haciendo que quedemos muy cerca.
- Dámelo.
- No. - dijo esto y estiró su brazo hacia arriba con el cuaderno, imposible alcanzarlo. Sos demasiado petisa dijo mi subsconsciente.
- Sos muy chiquita ¿te diste cuenta? Mira tu tamaño, mi hija Olivia tiene casi la misma altura que vos. - me cargo y luego estalló en risas mientras yo lo miraba con un puchero.
- No me hagas eso que me podes - susurró inconscientemente, decidí ignorarlo y hacer como si no lo hubiese escuchado ya que notaba el nerviosismo de él.
- Escribía - cedí mientras me volvía a sentar en el piso. Él me miró y me devolvió el cuaderno. Punto para mí.
- ¿El qué?
- Una canción
- ¿Para mí? - dijo chistoso y el corazón se me acelero, si no fuese por el ruido diría que se podía escuchar latir sobre mi pecho.
- Si, para vos - solté chistosa del mismo modo y ambos reímos. Para vos, me repeti para mí y sonreí mirando el cuaderno y volviéndolo a mirar a el.
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Primera parte del corto, mañana subo la siguiente.