¡PROTEGIENDO A ELANIE!

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Alphonse, jugaba con Elanie pero, al parecer con quien extrañaba jugar era con su otro hermano mayor.

Edward,quien por su parte, estaba recostado en su cama, viendo el techo,
De repente, se escucha los gritos de Alphonse, llamando a Trisha,

¡mamá...! ... ¡mamá!

¡Que sucede, Alphonse!

¡Es Elanie...! mamá...! ¡Otra vez la fiebre volvió a subir y tiene convulsiones!

¡Al!, ¡Quédate con ella, no la dejes sola ni un instante!, iré llamar a la abuela Pinako, para que nos traiga un poco de hielo, para bajar la fiebre de nuestra pequeña.

Alphonse, obedeció y se quedó al cuidado de Elanie,
Edward, había bajado para dirigirse a la cocina a tomar un poco de agua, llegando a la puerta del comedor, escucha llorar a su mamá, pues Trisha no sabía que más podía hacer , temía mucho perder a Elanie, como cualquier padre de familia, su mayor tesoro son sus hijos.

Edward vuelve a subir las escaleras, con una expresión de tristeza y culpabilidad en su rostro, se acerca caminando en punta de pie, sigilosamente hasta la habitación donde se encontraban Alphonse y la bebé,

Los ojos dorados de Alphonse, estaban ya cerrándose del cansancio, escucha entre dormido y despierto en susurros,
Alphonse, ¡ya puedes dormir!, es mi turno de cuidar a Elanie.

los susurros de Edward, funcionaron como los de un hipnotizador profesional, ya que Alphonse, se quedó dormido inmediatamente.

Edward, tomo en sus brazos a su hermanita, coloca su mano sobre la frente de la bebé, para verificar la presencia de fiebre, después, busca el plato que contiene la papilla de frutas, para darle de comer a su hermanita, le da poco a poco, la nena, por fin come algo,

Trisha, habiendo terminado de hablar por teléfono, y dirigiéndose hacia su habitación, aún mostrando angustia y tristeza en su rostro, su semblante cambia al ver, como su hijo mayor, reprendía a la más pequeña de los Elric,

—¡Eres una mocosa malcriada!... ¡resultaste peor que Al y yo con las rabietas que hacemos a mamá!... ¡Así que no querías comer porque estabas resentida por el castigo que te di! ¿Eh?...

—Escúchame muy bien, soy tu hermano mayor y guste o no, mocosa, siempre... —

Edward fue interrumpido por los pucheros que estaba haciendo Elanie, al tiempo que ella escuchaba y veía el ceño fruncido de Edward, que tiritaba de enojo. 
Al observar lo frágil que era su hermanita, Edward la levanta cargándola en sus brazos, para luego abrazarla,

Trisha se enternece al ver la escena, y se acerca a ellos, Alphonse seguía durmiendo sin percatarse de nada de lo que estaba sucediendo,

Trisha colocando su mano sobre la cabeza Edward, e inclinándola   hacia atrás, muy suavemente, le da un tierno beso en la frente a su hijo.

Te castigare...aunque no me agrade hacerlo... y también te protegeré... ¡Siempre!—

La pequeña Elric, se quedó dormida en los brazos de su hermano, y la fiebre por fin, cesó.

Han pasado tres días, Winry paso la noche en casa de los Elric, Alphonse y Edward, dormían juntos en el piso sobre una enorme manta, Elanie dormía a lado de Edward, cuidando de no caer sobre ella, cuando esté cambiará de posición al dormir.

¡Vamos, niños despierten ya!.. ¡Winry, debes ir a casa, tus padres regresaron de viaje! —

Winry se levanta perezosamente, se estira y bosteza.

 LAS CRÓNICAS DE LOS HERMANOS ELRICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora