Un Desierto Inolvidable (Auryn, Make My Day)

Solo Hay Medicina Para Una

ROSA

-Pero, ¿cómo la habéis conseguido?

-Mejor no preguntes.-se echaron una mirada cómplice.

-Aquí solo hay medicina para una.

-Lo sabemos. No hemos podido encontrar más, es lo único que hay.

-¿El pueblo al que has ido no será por casualidad no será ese en el que hay fauna?

-Sí, ¿por qué?

-En ese pueblo está escaseando la medicina. Les han cortado los suministros y hace más de dos meses que no reciben.

-Creía que era un botecito por persona.-a juzgar por la voz, Inma se había movido a otro lugar de la ruina.

-Y lo es. Pero para los nuevos mercenarios y jueces no hay nada y se están quejando.

Me levanté del suelo.

-Darle esa gota a Raquel.

-¿Qué?-dijeron todos al unísono.

-Vamos, todos sabemos que ella la necesita más que yo. Podemos encontrar más en algún otro pueblo, pero si me la dais a mí no creo que Raquel aguante mucho más. Dársela a ella en serio. Si todo esto termina bien tendré medicina y si no termina bien, no creo que me haga falta.

-Pues decidido está, ¿no?

Hubo un silencio atronador.

INMA

Le dimos la medicina a Raquel. Lo hice yo. Cogí el pequeño bote y con cuidado, deposité la única gota que había en el centro de la herida. Pasados los segundos no hizo nada. Había que esperar unos minutos para que empezara a hacer efecto y en un día ya no habría rasto. Así que tocaría esperar. Empezamos a limpiar los restos de sangre que había alrededor de su herida.

A la mañana siguiente, Raquel no estaba en su cama. Enseguida levanté a todos y nos dimos cuenta de que también faltaba Álvaro. Les buscamos por la ruina y supimos que estaban en la azotea. Les dejamos un rato a solas hasta que bajaron. Entonces vimos que Raquel estaba perfectamente.

Cogimos nuestras cosas y nos pusimos en marcha con el coche de los chicos y algunas de las motos que tenían y con tldo el depósito lleno y a toda velocidad, por la noche conseguimos llegar a una ruina que estaba a un día de distancia del pueblo. Empezamos a planear cosas que hacer para estropear los conductos del agua y repartirla. Hacía un buen rato Raquel, junto con Álvaro se habían ido y Álvaro había vuelto solo.

Dani me hizo una seña con la cabeza. Nos apartamos del grupo y nos fuimos a la salida de la ruina. Se sentó en el capó del coche y me acercó a él.

-Tenemos que hablar-<<odio esa frase>> Puse una mueca de fastidio y le miré, haciéndole un gesto para que siguiera.-. Es sobre tu hermana.

-¿Mi hermana? ¿Qué pasa con mi hermana?-m puse tensa

-Los jueces han visto que seguimos sin capturaros o sin mataros y han decidido atacaros con la familia. Han empezado por la tuya y tienen a tu hermana.

-¿Le han hecho algo a la familia de Raquel?-asintió extrañado.

-Han cogido a su madre y se ha ido sin avisar.

-Pues yo también me voy. Me cojo tu moto y me voy.-me fui a por su moto.

-Ni de coña.-me cogió del brazo.

-Oye, habéis dejado que Raquel se vaya sola y no habéis hecho nada, teniendo en cuenta que se está recuperando de la herida. No me vais a convencer, Dani. Me voy.

Me deshice de su agarre y me subí a la moto. En menos de un día estaría allí con Raquel, y aunque también tenían a uno de nuestros familiares, no era motivo para hacer las cosas a lo loco. Un momento, si habían cogido a mi hermana y a su madre, ¿habrían cogido a un familiar de las demás? Frené la moto en seco y dí la vuelta.

Llegué a la ruina y entré a paso rápido. Todos me miraron.

-¿Han secuestrado a uno de cada familia?-miré a Dani. Asintió.- Entonces hay que irnos ya, no podemos dejar sola a Raquel.

-¿Qué le ha pasado a Raquel? Todavía se está recuperando de la herida.-miré a Álvaro y a Dani.

-Han secuestrado a un familiar de cada familia. Y Raquel ya ha ido al pueblo. De hecho yo acabo de volver de casi mitad del camino.

-¿A qué esperamos? Vamos al pueblo a por nuestras familias y a por Raquel.

Nos pusimos en marcha hacia el pueblo y llegamos casi al final del día. No nos costó entrar para nada puesto que no había ningún tipo de guardia o vigilante. Había mucha gente reunida en la plaza. Nos metimos entre la gente y miramos lo que ocurría. Raquel estaba en medio de la plaza y en uno de los extremos de la plaza estaban varios jueces y algunos mercenarios. Y no tenía buena pinta.