37. Olvídame

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Después de que Alonso cantara la canción regresamos a la habitación, ya era de noche y debíamos dormir.

Pero había un pequeño problema, le dije a Jos que terminaría con Alonso... Y no lo hice, y lo peor es que sería una noche muy incómoda.

Llegamos a la habitación, Alonso abrió la puerta para mi por lo tanto yo entre primero viendo a un Jos sonriente al verme pero cuando Alonso entró tomando mi mano su rostro que reflejaba felicidad se transformó a uno en el que podía verse claramente la confusión.

—Iré a darme un baño, Cam. —me dio un beso y después miró a Jos serio.

Una vez que Alonso entró al baño y se escuchó el ruido del agua cayendo al piso Jos comenzó a hablar.

—¿No terminarías con él? —me susurró confundido.

—Jos, lo... Lo haré mañana. —le dije forzando una sonrisa, la verdad no estoy segura de terminar a Alonso pero le dije eso porque no quiero perderlo ahora que sé que también me quiere.

—De acuerdo, Cam, debes hacerlo yo no puedo esperar más para tenerte conmigo. —dijo sentándose junto a mi.

—Lo haré. —dije mirando al suelo.

—Hasta mañana. —besó mi mejilla y se fue a su cama para después acostarse.

Unos minutos después Alonso salió del baño, yo ya me encontraba acostada mirando hacia la ventana, el cielo estaba despejado y repleto de estrellas brillantes con una enorme luna llena.

—¿Estás bien? —preguntó Alonso abrazándome por detrás recargándose en mi hombro.

—Sí, sólo un poco cansada. —susurré ya que Jos se encontraba dormido.

—Pues duerme hermosa, mañana será un gran día.—dijo sonriendo, yo asentí. —Que descanses. —besó mi mejilla y se acostó junto a mi.

Oh, Alonso, si supieras que estoy entre la espada y la pared.

(...)

Me desperté gracias a varios besos que daban en mi cara. Abrí mis ojos esperando encontrarme con Alonso pero no fue así.

Era Jos.

—¿Jos? —pregunté confundida.

—Buenos días. —dijo sonriendo. —Lo lamento, me fue imposible controlarme.

—¿Y Alonso? —le pregunté mirando hacia todos lados.

—Salió, dijo que no te molestara pero esto no es molestarte creo yo. —dijo sin dejar de sonreír. —¿O lo es? —preguntó frunciendo el ceño.

—Para nada. —le dije sonriendo a lo que él dio otro beso en mi mejilla.

—Levántate, iremos a desayunar y, al parecer, tu hermano planeó una caminata por algún bosque que está por aquí cerca. —dijo levantándose de mi lado, me arrastré a la orilla de la cama y froté mis ojos.

—De acuerdo. —dije y bostecé.

—Buenos días. —dijo entrando Alonso a la habitación ignorando completamente que Jos estaba ahí. —¿Cómo amaneciste? —preguntó caminando hasta mi para besarme tiernamente.

—Muy bien, gracias. —dije sonriendo, vi de reojo a Jos quien estaba sonriendo.

—Me alegro, pero ya es hora de que te vistas, tu hermano planeó una caminata por el bosque. —dijo extendiéndome su mano la cual tomé y me levantó de la cama.

—Bien. —sonreí y él besó mi mejilla.

—Vengo en unos minutos por ti. —asenti y salió de la habitación.

Dos Chicos, Una Decisión #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora