*Sin título*

Capitulo 1.

Central Park. Uno de los lugares donde mejor me siento. Sin atascos, sin ruido de coches, sin gente que camina apresuradamente.
Me gusta venir aquí para correr. Disfruto del deporte, mi cuerpo me lo reclama. Algo que no puedo hacer en mi pequeño apartamento. ¡Este es mi lugar favorito para relajarme! Y tengo que decir que lo utilizo muy a menudo, porque mi trabajo en Cárter Corporation me deja completamente agotada.
Desde hace más de tres meses trabajo como secretaria y estoy a cargo de comunicación. El misterioso y poderoso señor Cárter, fundó la compañía. En solo algunos años se ha convertido en una de las firmas más influyentes de la cuidad.
Suspiro al observar al patito mientras recoge las ultima migajas de pan mojado que flotan en el agua.
Decidí tomar el control de mi vida en el momento en que llegue a Nueva York. Se lo que quiero y estoy aquí para disfrutar de mi vida. Para mí, este es un nuevo comienzo.
Vamos a hablar de mi vida. En este momento, mi vida está ocupada por dos hombres. Uno ocupa todo mi tiempo y el otro ocupa toda mi mente. El primero, aunque suave, es muy peludo y juguetón. Su actividad favorita consiste en masticar cualquier objeto que le guste y dejarlo sobre mis rodillas. Se llama Milo. Antes de ser el perro de la familia, era sobre todo mío y de mi mamá. Cuando ella murió, fue mi confidente. De ninguna manera lo deje solo en casa de papá.
He venido de una ciudad muy cercana, en coche.
Milo se acerca mucho a mi por enésima vez con la mirada suplicante.
-No, gordo peludo, no voy a bañarme contigo en esa agua tan sucia.
Intento acariciarle pero Milo comienza de nuevo a morder otro palo a unos metros de mi. Apoyo ambos brazos en el respaldo del banco y miro sonriendo lo que hace.
Y luego, rápidamente, como es habitual, mi mente comienza a pensar en él. Ya sabes, el segundo hombre. Ese ocupa toda mi mente. El que conocí el primer día de trabajo y en el que pienso cada vez que suspiro. Se llama Matt. La buena noticia es que nos llevamos súper bien, quizás demasiado bien. Y la mala noticia, es que es mi compañero de trabajo.