- Señor, a vuelto -. Dijo un hombre de tez negra vestido de blanco desde la puerta de cristal del despacho.
-¿Donde está? -. Preguntó el hombre atractivo de cabellos negros y bien peinados rodeando la mesa donde estaba todo su trabajo bien ordenado y dirigiendose a paso apresurado a la puerta.
-En la enfermería señor -. Contestó y Tras aquello perdió de vista a su jefe.
La chica tenía el pelo naranja sucio y los ojos de color chocolate se encontraban cerrados por el cansancio. Estaba sentada en una cama con los brazos a ambos lados de su cadera apoyados en esta. La cabeza al igual que su alma débil estaba agachada por lo que su cabello escondía parte de su rostro.Un médico sentado sobre una butaca le estaba vendando el tobillo izquierdo y fue en ese momento cuando el hombre bien peinado se tomó su tiempo en registrar cada herida en su retina debido también a la poca ropa que la cubría .
El médico ya habia vendado una herida del brazo derecho, colocado esparadrapo en otras tantas y desinfectado el resto de cortes superficiales.
Comenzó a caminar entrando en la estancia sin tomar importancia de las espaldas erguidas de algunos Soldados que estaban allí, ella alzó la mirada para dar con sus ojos y no sonrió a como acostumbraba sino que mostró un punto más arrepentido de ella.Se registraron mutuamente con la mirada hasta que el médico sentado a su lado se incorporó.
- Necesitará reposo Bian -. Comentó el hombre limpiandose las manos y colocándose bien la bata de médico.
- Eso haré, gracias chals, eres un cielo -. La jóven contestó sonriendo de un modo no muy convincente para luego agachar la cabeza y suspirar esperando que comenzace el caos.
El caballero que resultaba ser el jefe de todos los allí presentes no apartó mirada de la joven pelirroja fijandose en cada minúsculo detalle de sus características, le costaba demasiado recordar en la jóven los días agonizantes en los que partió sin decirle nada, donde tal vez jamás volvería a verla pero no. Allí estaba, ante sus ojos y no sabía si gritarle mil maldiciones o abrazarla escondiendo su rostro en el hueco de su cuello.- Retiraos, todos -. Dijo en voz alta el hombre y de ese modo uno tras otro médicos y soldados salieron de la habitación cerrando la puerta. Aunque mucha privacidad no tenían ya que las paredes eran de cristal, como casi todo en aquel lugar. "Ser transparentes como el cristal" "Seguir la pureza" "no mentir" era un mantra que se repetían todos por allí y aún hoy en día la jóven pelirroja se preguntaban porque razón en el examen le había salido que era apta para vivir en un sitio así, del mismo modo tampoco comprendía ese porcentaje que le decía que era capaz de ser un soldado, un ser valiente y protector de la ciudad en cambio entendía que una parte del examen dijese que poseia capacidades para la inteligencia, posible culpa de su necesidad inagotable de leer libros.
-¿Dónde has estado? -. Preguntó él al ver que si no hablaba ella no comenzaría una conversación.
- Por ahí...
- Si pudieses ser más explícita -. Colocó un puño en su cadera intentando desviar el mal carácter. Ella levantó la cabeza y miró a sus ojos del mismo negro intenso que su cabello.
- Me fui, crucé el muro e intenté ver que había ahí afuera.
-¿Cruzaste? -. Se pasó un mano por el pelo retrocediendo un paso, estaba obviamente molesto. - ¿Cómo se te ocurrió? ¡Está prohibido!
La jóven ni se inmutó a pesar de la cara de nerviosismo que tenía el hombre ante él.
-Kang, estoy aquí y estoy bien. No es para poner el grito en el cielo.
Kang la miro de arriba a abajo sonriendo con los labios cerrados.
-¿A esto lo llamas estar bien?
Ella sonrió sin ganas.
-Touche -. Dijo y se giró para coger una chaqueta oscura para pasarla por sus brazos desnudos. Su ropa estaba echa girones, roida en los bordes, con cortes y sucia de sangre, barro y sudor.
En el torso llevaba una camisa pegada por encima del hombligo sin mangas y unas mayas del mismo color que su chaqueta y botas las cuales estaban en el suelo a el lado de la cama.-¿Que haces? Tienes que descansar.
-Sí, eso dijo Chals ¿no? -. Habló con tono interrogante pero Kang no sabía si le hablaba a él. Ahora se estaba inclinando para tomar sus botas de un modo algo torpe por lo que el caballero se vio obligado inconscientemente a agacharse y recogerlas sin importarle ensuciarse las manos por la cantidad de mugre que recogían.
-Devuélveme las botas -. Dijo ella bastante seria. Esas botas habían sido de su instructor en ese jodido mundo oscuro del que salían los soldados como ella. Era lo único bueno que había sacado de aquel lugar, su mejor amigo e instructor ahora muerto. La chaqueta y las botas que siempre llevaba pertenecieron en su momento a él y Kang lo sabía e intentaba ni hacer caso de el nudo en la boca del estómago que siempre se apretaba cuando veía el cariño que ella le prestaba.
-No y ahora hasme caso -. Puso las botas a su espalda y aguanto la mirada desafiante de la jóven.- Nose cuanto tiempo llevas sin dormir y necesitas descansar -. La mirada de la jóven echaba chispas, le encantaba lo determinada y tozuda que podía llegar a ser. - Ahora, echate duerme. Te pondré vigilancia.
Kang se dio la vuelta con las botas en la mano y comenzó a caminar separándose de la chica sentada en la cama con la boca abierta.
-Espera ¡Ni se te ocurra Jack Kang vuelve aquí ahora mismo! ¡No me puedes poner niñeras con armas porque quieres!
Kang se dio la vuelta con una media sonrisa.
-Sí, si que puedo.
-Si me quitas las botas no me puedo ir.
-Lose -. Contestó él y empujó la puerta de cristal para luego dar órdenes a los soldados que se apostaron seguidamente a ambos lados de la puerta. La chica miró con odio como kang salía de su vista con sus preciadas botas, suspiró exasperada y se dejó caer de espaldas con fuerza sobre la cama.
*-------------------Nota autora------------------*
Lose, se que es un poco tarde para comenzar a escribir una historia de ficción sobre la saga de divergente, lose. Siento que tengo mucha competencia en esta saga (hay demaciado talento suelto en las palabras de muchos fics). Pero desde que leí el primer libro hace ya unos largos años tuve la necesidad de escribir algo, simplemente algo. Dejarme llevar en las palabras de algún personaje y exprimir la historia de las facciones pero ocurrió algo, me asusté. Soy slytherin ¿a quién quiero engañar? Lo mío es inventar en mi mente y si es algo muy descabellado no mostrarlo al mundo y justo eso fue lo que pensé respecto a este proyecto. Una completa y absoluta locura que con completa sinceridad espero que acepten. Bien, mientras leía divergente sentía que faltaba algo de chispa en algunos personajes. Conocimiento sobre ellos, su pasado y demás. Cuando llegue a insurgente y se conoció el personaje de Jack Kang líder de Verdad sentí una inmediata e irrazonable admiración a pesar de lo poco que se conoce de su pasado y el poco juego que Verónica le brinda a el personaje. Ese mismo sentimiento fue lo que experimenté con el resto de líderes (sí, incluso con nuestra señorita titanic) me suelo encarriñar con los personajes adultos porque son los que llevan el poder y se ven obligados (en muchas ocasiones) a no ser humanos para proteger a su gente eso desde mi punto de vista es grandeza y enriquece a el personaje de un modo preciso y curioso. Por esa razón me gustaría centrar este fic en acercarme lo más posible a todos esos personajes de la saga que no tuvieron la oportunidad de brillar tanto como deberían, enfocándome para desarrollar la trama en nuestro líder Kang y el personaje creado por mí.
Bueno, supongo que esto es una buena nota aclaratoria... Deseo con todas mis fuerzas que esto sea aceptado (soy feliz con una sola persona que le guste esto) espero con ansias comentarios, me ayudan muchísimo.
*------------------fin nota autora---------------*
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Lost In The Echo
FanfictionFanfic sobre la serie de novelas de divergente. Centrada en un ilo de la historia distinto. Todos los personajes y el universo pertenecen a Veronica Roht a excepción de el personaje femenino creado por mí: Bianca Moore / Bian . Bian es una joven nac...