Prólogo:

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No era la primera vez que Melinda atravesaba esa calle, de hecho lo había hecho cientos de veces y el ambiente nunca había sido tan oscuro como ahora. Melinda era una bruja y podía sentir las energías que amenazaban cualquier lugar de la tierra y en definitiva ese lugar estaba siendo invadido por tanta oscuridad que la consumía por completo, ella era de las brujas buenas, que velan por el bien de la humanidad.

Llevo una de sus manos a su abultado vientre como un reflejo, protegería a su pequeña con su vida. Conforme caminaba escucho algunos gritos que quizás por causa de sus nervios no pudo entender pero pudo identificar lo que sin duda eran hechizos. La rubia continúo su camino con temor, pero sabía que era muy poderosa y que sería capaz de proteger a ambas.

Algo la sorprendió y ese algo fue darse cuenta de que el pequeño intercambio de hechizos no era tan solo uno más y que mucho menos eran principiantes. Ante ella, se encontraban los dos mayores líderes de las fuerzas mágicas, de la luz y la oscuridad, del blanco y el negro.

Llego en el justo instante en el que Myos, el líder de la magia negra y Gwen la de la magia blanca acababan sus vidas el uno con el otro.

Melinda hecho a correr, huyendo de la magia de ambos. La magia de un brujo o bruja no muere con ellos, por el contrario, pasa de ser en ser. La magia se aloja en cualquier ser vivo que sea capaz de contener magia y en el caso de estas dos fuerzas tan poderosas buscaban siempre al ser mágico más inocente que se encuentre cerca. Y había un problema, Melinda era el ser mágico más cercano.

Un ser no es capaz de lidiar con tanto poder en su interior, probablemente moriría al instante en el que estas fuerzas se alojaran en el cuerpo.

Sin embargo ella ya no pudo hacer nada y cayo inconsciente al pavimento.

No tuvo consciencia de lo que ocurría a su alrededor pero, cuando finalmente despertó de aquella oscuridad en la que se encontraba sumida llevo por instinto sus manos a su vientre.

Plano.

Melinda no pudo evitar un grito y que algunas lágrimas escaparan. Ella no merecía eso. La rabia y el dolor la invadieron completamente, pero en ese instante pudo oír el que en ese momento creyó que era el sonido más hermoso jamás escuchado.

Un llanto.

Sin dudar, ella salto de su gran cama y se acercó sin vacilar a la pequeñísima cuna de madera blanca con pequeñas incrustaciones de oro, y sobre la cuna se erguía el gran escudo de la familia Castle. Ahí se encontraba un ser angelical, una pequeña niña de pequeños cabellos rubios y ojos increíbles de color verde jade. La pequeña niña se encontraba acurrucada entre un montón de cobijas blancas.

Melinda quedo atontada ante aquel ser tan hermoso que era su bebé, y la pequeña al verla dejo rápidamente de llorar y le sonrió tierna su madre, como si supiera quien era.

- Aun no lo entiendo- escucho la voz de su padre detrás de ella- como ella continua viva.

- ¿A qué te refieres? ¿Cómo estoy aquí?- dudo un momento- ¿Cómo ella está aquí?- señalo a su pequeña.

- Después de lo ocurrido en ese lugar, la sacamos de inmediato de tu vientre- aclaro.

La joven mujer aun no entendía por qué ella aún vivía, ¿acaso la magia no le afecto? Su cabeza estaba en su totalidad llena de preguntas sin respuestas, que necesitaban ser aclaradas.

- ¿Qué ocurrió?- fueron las únicas palabras que la joven pudo pronunciar.

- Cuando te encontramos a ti y a los líderes ya la pequeña estaba casi afuera solo la ayudamos cortando el cordón- Eso solo consiguió inquietarla.

- ¿Cómo...- intento pronunciar.

- No lo sabemos- se adelantó a la pregunta.

- ¿Moriré?- su padre rió, y ella en realidad no le encontraba la gracia a todo aquello.

- Mi querida hija, tu no fuiste afectada- un gran alivio invadió a Melinda- La magia se aloja en el ser vivo más inocente que sea capaz de contener magia, y no eras tú.

- No puede ser, ¿ella...?- nuevamente sus ojos se llenaron de lágrimas.

No entendía como entonces, si todo aquel poder estaba dentro de esa pequeña criatura recién nacida, como aun la bebe se mantenía con vida. Era algo imposible, como ese pequeño bulto tan hermoso podía portar tanta luz y oscuridad dentro de ella.

- ¿Cómo la llamaras?- pregunta su padre.

- No lo sé...- vio fijamente a su pequeña niña- Jane...- y la criatura sonrió como si pudiese entender lo que su madre decia.

- ¿Jane?- pregunto el hombre. El sin duda esperaba un nombre menos...común.

- Mi pequeña Jane.

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2016 ⏰

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Little Jane - (#01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora