Capítulo 5

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Dejando atrás mi mente sucia y perversa por pensar en lo sexy que se ve ese tío así vestido y apollado así. Pero en fin, Dios purifícame y sigamos adelante.

-¿Por qué no encuentro una pistola de silicona? -pregunto poniendome de pie.

-No creo que la vayas a encontrar en la sección de perforadoras. -dice riendo- Acompáñame.

No quería sentirme avergonzada por el hecho de no saber las secciones de una ferretería, pero por alguna extraña razón no quería parecer idiota delante suya.

-Y dime, ¿qué te trae por aquí? -pregunta mientras le sigo por los pasillos.

-Mudanza. -respondo firme, mirando hacia todos lados. Ese lugar era muy grande.

-Pensaba que venías de vacaciones.

Cierto, eso pensaba yo también.

-Cambio de planes. -dije. Él se limitó a asentir con una media sonrisa.

-Aquí están. -dijo entregándome la pistola, junto con los barrotes.

-¿No crees que merezco saber tu nombre al menos? -el sonrió mientras ladeaba con la cabeza, mirándome fijamente.

-Tengo trabajo. -dijo dando media vuelta y yéndose- Que tengas una buena mudanza.

No sé qué me sorprendía más, si el hecho de que me hubiera dejado así en mitad de un pasillo y largarse, o la forma en la que me ponía tanto que fuera tan misterioso hasta tal punto de no saber ni su nombre.

Sea como fuere, la cuestión es que estaba aún en mitad del pasillo sin hacer nada. Así que decidí dar media vuelta y irme por donde he venido.

Compré tres tonterías más, luces de pared, bombillas y un destornillador, y fuimos a casa.

Me esperaba una larga tarde de reformas.

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2016 ⏰

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