Capitulo 5.

13 0 0
                                    

Una vez sobre el ring, Matt me da unos guantes y me explica dos o tres cosas básicas. De repente lanza un golpe. Siento que se está conteniendo. Le sigo el juego y evitó fácilmente su ataque. Estoy un poco oxidada, pero siento que no lo tengo todo perdido.
- ¡Hey! No es la primera vez que luchas. - exclama.
- No, desde hace varios años estoy entrenando.
- Me lo habías ocultado, entonces tengo a una pequeña guerrera delante de mí.
"Pequeña guerrera", ese apodo me hace sonreír. Papá me llamaba siempre así. Gracias a él me fui endureciendo.
Cuando era pequeña, fui asaltada y durante mucho tiempo me avergonzaba de mi misma. Cuando años después hable con mis padres, papá me inició en los deportes de contacto. Hoy puedo derribar a cualquiera. Se, por ejemplo, como retorcer una muñeca o simplemente apretando en un punto preciso puedo convertir al más bruto en alguien inofensivo. He recibido algunos golpes y los he dado. He amansado suavemente la parte de mí que no soportaba el contacto de otro.
Cuando mamá murió, después de una larga enfermedad, descargue toda mi rabia sobre el ring.
De repente una ola de tristeza se apodera de mi. Como cada vez que pienso en mamá. Hay heridas que nunca acaban de cerrarse.
- ¿Ya está? ¿Quieres parar? - me pregunta Matt.
- ¡No, ya está! ¡No me canso fácilmente! - digo secándome el sudor del rostro.
- ¡Ya veo! - dice Matt.
Realmente es muy difícil para mí hablar de cosas del pasado. A menudo mantengo mis problemas en un cajón cerrado en el fondo de mi cabeza.
Creo que al final de todos los golpes que lanzó, expulsó toda mi ira.
- Okay, princesa. ¿Tienes conocimientos en defensa propia? - me pregunta.
- Si, la "princesa" sabe ocultar lo que le duele ¿quieres probar? - le digo dando unos brincos al frente.
- ¡Un hueso duro de roer! ¡Casi me das miedo! - dice riendo.
- Deberías - digo guiñándole un ojo.
De repente, Matt se lanza sobre mi, agarra mi brazo y me hace rodar la espalda contra su pecho intentando inmovilizarme.
Me encanta sentir sus músculos contraerse contra mi. Doy las gracias interiormente de haber tenido la genial idea de apuntarme a las clases con Matt.
¡Esto es una locura! Incluso sudoroso huele bien. Cuando siento su aliento caliente en mi cuello, siento escalofríos. Mi mente vaga rápidamente a otra actividad.
- ¡Ay! Entonces, ¿esto es todo lo que tienes que enseñarme, pequeña? - me pregunta.
Salgo de mis pensamientos y utilizó una de mis llaves preferidas con los brazos para tirarle al suelo.
- ¡Ay! Entonces, ¿para esto es que funcionan las alfombras en el piso? - le digo derribándolo.
Matt se levanta riéndose. Es difícil mantener una cara seria porque con su risa siempre me derrito.
Esto me desestabiliza y me hace estar molesta conmigo misma. Sobre el ring es mi adversario, no debo estar pensando en mandarle besos. 

*Sin título*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora