Capitulo 6

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Estaban en la habitación de Shizuo...que sí hablara, contaría la historia más apasionada, erótica y oculta que nadie podría imaginarse; había una gran ventana rectangular y se podía apreciar la luna, la luz que radiaba de ella se reflejaba en la pálida piel del azabache...
Tanto tiempo desperdiciado, odiándote con todo mi ser, cuando  pude estar amándote con todo el corazón.

Todo era silencio entre ellos...
Digamos  que las palabras sobraban...

Pero...

Las acciones no.

En aquella habitación un azabache recostado en medio de una gran cama de dos plazas, con cubrecama rojo y sábanas blancas.

En aquella habitación un rubio que no tiene ni la menor idea de lo que es invadir el espacio personal, encima de aquel oji carmín, con ambos brazos y piernas alrededor del cuerpo de este, impidiendo algún futuro escape del menor; sus miradas no se cruzaban, no debían...

Eso pensaban ellos...

Aunque más bien...

No podían...

Ahora entiendo...que siempre tuve miedo de perderte, aunque ¿cómo se pierde algo que ni siquiera es tuyo?

El azabache miraba hacia la ventana y se concentraba en la luna con un rostro serio...
Pero también expresaba miedo, vergüenza y una pizca de felicidad.

El rubio contemplaba su perfil y no le quitaba la mirada, cada milímetro de él, todo era perfecto, siempre lo pensó, aunque esa noche, estaba completamente seguro que sí pudiera ver ese rostro el resto de su vida, no necesitaría nada más.

Mírame solo a mi, a nadie más, no te permito... No te permito ser feliz, si no es a mi lado.

Hasta que por fin sus miradas se encontraron, un descuido hizo que esos ojos color carmín y color miel se encontraran.
Ya todo estaba perdido, todas las acciones que lograban el poco odio que guardaban en ellos por el contrario, se perdió...se perdió y nunca jamás lo van a buscar.

Mis sentimientos son eternos, nunca van a desaparecer, te amaré hasta en la otra vida.

Nunca lo olvides.

El más alto leyó en los ojos del informante, que claramente decían...

~Tómame

Se aproximo a sus labios, tanto que casi los rozaba y le mostró unos ojos que respondían

~no te tomaré, yo te amaré

Como dicen... Solo dos almas que están destinadas a amarse, están tan entrelazadas que no necesitan palabras para comunicarse.

Sus labios se juntaron.

Este era un nuevo camino, que ahora recorrerán juntos, ya nunca más solos.

Pequeños besos que se profundizaban cada vez más, una guerra de lenguas tomó el acto principal, mientras el ex-barman le quitaba esa chaqueta que siempre llevaba consigo el azabache, el contrario colocaba sus brazos alrededor de su cuello y acariciaba esa rubia cabellera.
Se separaron...

~Te necesito

Se decían el uno al otro, y se volvieron a juntar, con tanto deseó y tanta pasión.
Cuando el rubio se iba a desatar la corbata el azabache lo detuvo poniendo su mano encima de la suya y apartándola para desatarla él mismo, eso encendió tanto al denominado el hombre más fuerte, que rápidamente la camiseta del menor desapareció, se volvieron a separar el aire les faltaba, Shizuo se dirigió al blanco cuello de su amante y mientras lamía y mordía el otro respondía con leves gemidos y una respiración entrecortada; Izaya por otro lado, llevo sus manos a los botones del chaleco negro, clásico de su acompañante, y comenzó a sacárselo deslizándolo por sus brazos, mientas rozaba sus músculos.

Te deseo, tu me deseas, cada acción tuya me lo demuestra.

El oji-miel bajó la mirada hasta la entré pierna del informante, el cual mostraba una erección, Izaya con un  sonrojo solo asintió, ese era un notable 'date prisa'.
Shizuo sonrió, saber que solo él es capaz de ver un tan sumiso Izaya, lo ponía de buen humor, y claro que lo iba a recompensar de la mejor manera.
Cada uno despojaba las prendas del contrario, sin detenerse los gemidos, besos y mordidas en ningún momento; hasta que por fin quedaron en ropa interior.
Izaya cambio se posición con su ex-enemigo, aún con ese sonrojo muy notorio, deslizo su mano dentro de los bóxers color negro del oji-miel y descubrió el gran miembro de este, el cual también contaba con una gran erección, y lo  acercó a su boca, lamiéndolo como sí fuera un dulce, metiéndolo y sacándolo de su boca; mientras Shizuo acariciaba su suave cabellera, dando gemidos ahogados.
El rubio ya no podía más , estaba en su límite, tiró delicadamente de sus cabellos del menor obligándolo a besarle y montarse en su marcado abdomen; este aprovechó y desprendía lentamente la ropa interior que tanto le estorbaba mientras acariciaba los suaves mulos del azabache.

Admítelo, solo yo causo esta reacción en ti.

Ya ambos desnudos cambiaron a su posición inicial de un momento a otro, Shizuo separó las piernas del oji-carmín y se acercó a su entrada, metió su húmeda lengua, haciendo que el menor soltara un gran gemido, música para sus oídos, se separó y acerco tres dedos a la boca de su amante, el cual los lamió, dándole una escena que lo calentaba más, ya bien lubricados, levantó las blancas piernas  y las acomodó en sus hombros.
Primero introdujo un dedo, su acompañante está vez gritó de dolor, aunque usualmente actuaba con indiferencia...esta vez se acabaron las mentiras, podía actuar como el quería, con la otra mano comenzó a masturbarlo, haciendo que el dolor de este desapareciera; a continuación el segundo dedo, hacia movimientos circulares, acostumbrándolo a esa sensación.
Aunque no lo crean, Izaya estaba feliz... ¿por qué?
Pues les diré, Shizuo nunca lo había tratado con tanta amabilidad antes, aunque intentaba no hacerle pasar malos ratos, esta noche en particular...él actúa como sí el informante fuera la cosa más frágil del mundo.

Cuando el tercer dedo se introdujo en él, ya no era tanto el dolor, sino más bien el placer, el azabache se aferraba a su cuello, sentía los tres dedos en su interior, pero sabía que eso no era nada comparado con... ¿Como decirlo? 'El pequeño Shizu' como muchas veces lo nombraba Izaya, solo para molestar al nombrado, aunque eso de pequeño no tenía nada.
Shizuo retiró los dedos de su interior, se acercó a la pequeña mesita que se hallaba al lado derecho de la cama, abrió el cajón y sacó un condón, pero fue detenido por un oji-carmín, el cual negó  moviendo lentamente la cabeza, el rubio sonrió de lado y lo regreso de vuelta.
Acercó su miembro a la entrada ya dilatada, lo introdujo lentamente, el contrario soltó unas pequeñas lágrimas...las cuales besó.
Eso distrajo al menor y aprovecho en darle una estocada, haciendo que suelte un agudo grito que fue callado con húmedos besos, y ganándose unos rasguños en su espalda. No podía reprenderlo, el informante despertaba en él una bestia algo masoquista.
Esperó a que se acostumbrara, sí pudiera describir como es su interior diría cálido, apretado y húmedo. Izaya se empezó a mover, claramente decía 
~Más
Y su bestia obedeció, lo embestía con todo el amor que podía, dándole una vista muy exquisita de él;acarició su cintura, que para el oji-miel era uno de sus mayores atractivos, no tenía nada que envidiarle a una mujer.

Sudor, saliva, alguna lágrimas y gemidos...todo eso hace nuestra noche perfecta.

Ambos muy cerca del clímax, ya era el momento, Shizuo abrazó a Izaya de tal forma que hacia notar que nunca lo quería soltar.

Se corrieron ...
Juntos.

Shizuo sacó su miembro y todo el líquido salió de la entrada del menor, un Izaya demasiado sexy jadeando  en su oído.
Ya no tenían fuerzas y se desplomaron en la cama .
El mayor acarició su cabellera, se miraban entre sí.

Por favor, no me dejes solo.

Un último beso puso final a esa noche, pero no a su historia.

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ME ODIAN? :'c LO SIENTO ! POR NO PUBLICAR EN SEMANAS, NO TENÍA INSPIRACIÓN ! PERO ESTOY CONFORME CON LO QUE EH ESCRITO ESPERO QUE SEA DE SU AGRADO
GRACIAS POR LEER , ESTE ES EL PENULTIMO CAPÍTULO, NO TARDARE TANTO YA QUE EL FINAL LO TENGO DESDE UN INICIO.
LOS QUIERO ~
ATTE: Amy Hiyori <3

Nuestro Secreto -Shizaya-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora