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¡Pero mira que estuve mal!

No sé si alguna vez alguien pudo haberse encontrado tan mal como yo me encontré. Bueno, supongo que podría haber algún caso, como por ejemplo el de aquellas personas que dijeron que se encontraban muy mal y a continuación fallecieron.

Pero aún en esos casos, dudo que se hayan retorcido tanto como yo. ¡Hombre, mal estaban porque se murieron!, pero quizás más plácidamente de lo que yo estuve.

¡Vaya diarrea y vaya vomitona! Después de día y medio completo parecía increíble que hubiese algo más para salir, pues ¡venga, una y otra vez!. Tenía la absoluta seguridad de que no quedaba nada más dentro del cuerpo. La sensación era de que, a la próxima, iba a empezar a salir casquería por la boca.

¡Terrorífico! Y lo malo es que no se puede escoger; viene y te has fastidiado. Así tengas el asunto más importante de tuvvida que estarás tirado. ¿Pero que habré hecho para merecer aquello?

Y lo peor de todo, mientras aquello duraba, tenía que escuchar a mi mujer diciendo:

- ¡Sólo a ti se te ocurre comprar un milhojas de crema en un puesto del feirón que pone OUTLET de la confitería "Buen disgusto".

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