Solo tú

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Logré llegar primero que los chicos a las ruinas. Me senté en la entrada, desde ahí lograba ver que venían, solo les faltaba como 4 minutos para llegar. En ese momento, todo se puso negro, una niebla espesa empezó a rodearme. Los gritos de Ben y Chuck llamándome los podía escuchar. Pero no sabía en que dirección era. Unos brazos me rodearon por todo el cuerpo, sentía que me apretaban cada vez más hasta tal punto, que no podía respirar.

Ben y Chuck me llamaban insistentemente, de repente un chillido aterrador se escuchó en el aire. Sabía que no era bueno. Temía por los muchachos, pero más temía por mí, cuando empezaron a arrastrarme hacia las ruinas. No podía hablar, no podía moverme, y casi no podía respirar.

-Tonto, suéltala, la estas ahogando y así no nos sirve.- Alguien dijo.

-No deja de forcejear.-

-La necesitamos viva, tenemos que quitarle todo su poder antes que los sepa utilizar.-

-Qué haremos con el rey y los que vienen con él.-

-Que Marvel se encargue de ellos. -

No sabía qué era lo que estaba pasando, quiénes eran ellos. Calen tenía que ver en esto, de eso estaba segura. Sin darme cuenta estaba casi desmayada, pero antes de quedarme inconsciente por completo, uno de los tipos raros empezó a decir algo en un idioma que no reconocía y eso que hablo varios.

Cuando empezó a hablar esta lengua, sentí como poco a poco me debilitaba y casi no podía levantar la cabeza, no tenía fuerza para reaccionar a lo que estaba pasando. La voz de mí abuela venía una y otra vez por mi cabeza.- Se fuerte, tú puedes con esto, tú eres descendiente de a reina de Triand, tú eres mi nieta y eres Manuela, resiste mi pequeña...-

Cuando ya las voces dejaron de estar en mi cabeza, unos brazos me levantaron y me sentía cómoda. A lo lejos pude escuchar el choque de unas espadas, el sonido de forcejeos y de gritos desgarradores. Al cabo de unas 10 minutos ya no pude escuchar nada, no sé si fue que me desmayé o me quede dormida, lo que se, era que me sentía cómoda donde estaba.

-¿Cómo esta?- Preguntaban por mí. -Se va a recuperar, es fuerte como su abuela.- Respondieron. Ahí volvían a compararme con mi abuela, hasta cuándo esta tortura.

-Debes recordar que ella no es Isabella, Ben. Y eso es lo que le está y te está causando tanto daño.- Era Ben el que me había rescatado.

-Lo se Chuck.- Respondió Ben frustrado.

-Pareciera que no. Soy tu amigo desde que éramos niños, sé por todo lo que has pasado y he estado contigo siempre, pero debo decirte que esto no está bien. Debemos regresarla a su mundo. -

- Y qué crees que intento hacer.- Decía mi bello sonriente.- Chuck, no sé qué me está pasando, pero estoy viviendo por los ojos de mi abuelo y esto es lo que no está bien. Es como si mi abuelo me obligara a hacer que la retenga aquí, pero quiero que ella esté bien, quiero que ella conozca a otro Triand, deseo ser yo quien se lo enseñe, pero a la vez deseo que nunca se vaya, que se quede conmigo. Sé que no soy mi abuelo y que ella no es su abuela. Pero no sé qué hacer.- Dijo Ben casi llorando.

-Amigo, yo sabía que no era conveniente, que fueras a visitar a tu abuelo antes de morir. Mi madre me había comentado que él, no se había resignado a perder a Arabella o Isabella, ya no se cuál era cuál. Él sólo quería que su felicidad se viera completa, al lado del amor de su vida. Y eso te lo traspaso a ti. Pero ahora mi pregunta es... ¿Quién no quiere que se vaya Manuela, tú abuelo o tú?- Ben suspiro

- Luego de visitar a mi abuelo, Edward me advirtió sobre las intensiones de mi abuelo, pero no le hice caso... empecé a investigar sobre Arabella e Isabella y me enteré de todo. Me pase días imaginándome, todo lo que tuvieron que pasar y era ilógico que no hayan tenido un final feliz. Así que fui al pueblo de Manuela, tenía que ver con mis ojos qué había resultado de todo esto. - Comentaba Ben...

-Y fue cuando la vi, toda enfada porque no le gustaba estar ahí. Paseando de lo más distraía por aquel lugar, sin fijarse en nada, ni nadie. Ni siquiera se dio cuenta que en un descuido mío, ella venía hacia mi molesta porque unos chicos la habían asustado con un balón y tropezó conmigo, casi se cae pero logré sostenerla. Sólo me dio las gracias y se fue, ni siquiera me miró. - Hizo una pausa.

-Ya va, ¿Ben fue al pueblo?, ¿Me siguió? ¿Tropecé con él? No me acuerdo de eso. Así de molesta estaría, no podría olvidarme de una sonrisa como la de Ben. -Pensé.

- Chuck, ese único encuentro fue el que hizo que todo pasara, no fue mi abuelo, no fue Calen, ni Arabella o Isabella, fue ella... Sólo tú.- Concluyó mirándome.

Stay: Cruces del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora