Un penetrante ruido electrónico, interfirió con su profundo sueño. Masaki Shiiba gruñó mientras se despertaba por el intruso sin forma. Quería romper el teléfono hasta callarlo, pero en su lugar, se movió de la cama y tomó el auricular.
-¿Hola?- rugió en el teléfono, su voz ronca estaba llena de descontento. Sin embargo, no hubo respuesta del otro lado de la línea. Pensando que se trataba de una llamada de un bromista, Shiiba estaba a punto de colgar el auricular cuando finalmente una voz habló desde el otro lado.
Era la voz ronca de un hombre al cual no reconocía. Shiiba buscó en su cerebro, tratando de encontrarle un nombre. Decidiendo que no había resultado con su mente aún adormitada, Shiiba se rindió y preguntó.
-¿Quién...? Frotó sus parpados con su pulgar y dedo índice. Sus ojos le ardían. Sentía una incomodidad como si un objeto extraño se hubiera introducido dentro de su cráneo.
-Aún si te digo mi nombre-, dijo la voz, -no sabrías quien soy, sin embargo yo sé quién eres tú.
Al escuchar estas extrañas palabras, Shiiba dejó de frotarse los ojos. Dentro de su cabeza una alarma roja comenzó a brillar.
-¿Cómo obtuvo este número?- preguntó después de una pausa.
-Ten cuidado con Andou-, dijo la voz ignorando su pregunta.
-¿Qué?- dijo Shiiba. -¿A qué se refiere...? ¡Oiga!
La línea se cortó. Shiiba apretó los dientes y colgó el auricular. Estaba molesto porque había sido despertado tan temprano en la mañana. Abriendo las cortinas, permitió que la luz matutina ingresara, aún cuando estaba relativamente oscuro debido a que los días de invierno eran más cortos. Shiiba observó rápidamente hacia la calle antes de dirigirse al baño.
Se bañó con agua tibia y eventualmente su mente comenzó a aclararse. Mientras Shiiba se bañaba, se preguntaba si dicha advertencia había sido proporcionada por algún superior. Llegó a la conclusión de que la información proporcionada había sido muy escasa para ser ese el caso.
¿Quién rayos era ese hombre? No solo conocía a Andou, sino que también sabía que éste estaba conectado a Shiiba. Eso en sí no era extraño. Muchas personas sabían que Shiiba y Andou eran amigos. Sin embargo, no le había proporcionado su número telefónico a dichas personas además de a Andou.
Terminó su ducha, se envolvió una toalla alrededor de la cintura e ingresó a la cocina. Desde el refrigerador tomó una botella de agua mineral fría y bebió la mitad de un solo trago. Mirando a su refrigerador vacío, Shiiba revivió en su cabeza lo que el hombre había dicho.
-Ten cuidado con Andou.
No sabía lo que significaba. Conocía a Andou desde hacía tres años y había construido una fuerte relación. Andou era por mucho su contacto profesional más importante... un hombre al cual Shiiba no tenía otra opción más que confiar en él. Era impensable que tuviera que tener cuidado con Andou. No podía entender qué era lo que había querido dar a entender el hombre que le había llamado.
Preocupado, Shiiba dejó salir un pequeño suspiro. Andou era su S. No podía dudar de Andou. El dudar de Andou significaba que perdería todo. Ya sea que nadaras o te hundieras con tu S, sus destinos estaban unidos.
Regresando la botella al refrigerador, Shiiba se dirigió a su closet, escogió una camisa blanca sencilla y la colocó sobre su cuerpo desnudo. Luego, se vistió con un traje muy caro y peinó el cabello que había caído sobre su rostro. Por último revisó el reflejo que le miraba desde el espejo.
Su camisa se encontraba abierta en el cuello y en su pecho brillaba una cadena de oro. El traje oscuro era ajustado y resaltaba su delgado cuerpo.
Parecía un rufián.
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S - Volumen 1
ActionBienvenidos a Kabukicho distrito de Shinjiku, el distrito rojo de Japón. Aquí las calles están llenas de bares, salones de pachinko y auto hoteles, los cuales son hogar para todos los sexos y orientaciones sexuales. Estas son las calles en las cuale...