Una mesa para tres

VI

Otro día, otro capítulo más, otra gracia, otra aventura, otro todo.

-Corre! Es mejor que lo hagas Ángel! No quisiera arruinar tu nuevo peinado!
-Ni lo intentes! No me gusta que me toquen el cabello y lo sabes. Más bien cuentame como es eso de "Ángel"?
-Eso eres. ¿Que día apareciste en mi vida?
-No lo se, no soy de fechas.
-Yo tampoco lo sé, pero estoy seguro que ese día había un pequeño hueco en el cielo, un rayo de luz al norte que me aventó al abismo, un montón de sonrisas salieron de un arco iris, sabes, me alegra que hasta el momento no te hallas  reído de mí romanticismo.
-Prosigue.
-Sólo pienso que Dios no hace cosa imperfecta y cuando te hacía a ti pensaba en mi.
-¡Eso estaba en Facebook!
-Jajaja Lo sé. Lo que quiero que entiendas es que esto no comenzó con una bolsa de regalo ni con flores ni mucho menos con una canción cursi, lo que nos hace 'no comunes' lo cual es interesante y único. ¿Que Por que? Porque si el proceso de toda ecuación es distinta, pues su resultado jamás será el mismo, siempre habrán algunas variantes. Esas variantes (peculiarmente acertadas) somos nosotros, el proceso es la voluntad de Dios y el resultado, como es de costumbre, siempre será la incógnita que todos luchan por alcanzar.
Yo no quiero 'vivir el momento' porque es escaso. Quiero seis hijos con pelo liso igual al tuyo, con tus ojos que son más grandes que los míos, tus labios que a veces provocan morderlos, ¡tu estatura no! Que eso quede claro desde ya. Pero si quiero que asumen las cosas con la altura que tu posees. No quiero algo perfecto, pero si quiero que lo imperfecto lo vivamos juntos, sentirme pleno en medio de una guerra sólo porque en medio de todo ahí estás tú. Quiero un resto de cosas pero ¡adivina que! todas tienen que ver contigo.
-Abrazame- Me dijo, en llanto y sonrisas.

<Hasta yo lloraría, pero...>
¿El chico? Yo tampoco quiero que llegue ese capítulo.