Capítulo 3: Saber perdonar

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Kang hizo memoria volviendo a el día en que comprendió que había empatizado demasiado con la jóven, tenía un pésame en los ojos al oír cómo intentaba dar pie a una disculpa e inconscientemente se teletrasporto a una situación similar en el pasado.

***
Kang había dado la orden de retener tanto a Tris como a Cuatro desde que sus pies pisasen Verdad y fue justo eso lo que los Osados hicieron al verlos.

Cuando los vio por primera vez se encontró con la imagen de dos niños asustados pero al mismo tiempo fuertes y feroces. Se habían acurrucado en una esquina de la celda y cada uno miraba a un punto distinto, el aire enardecido era por su culpa.

Escuchó entonces lo que la chica de cabellos cortos decía, pedía explicación para todo este aparente mal entendido por lo que Kang comenzó a dar una solución a cada una de sus dudas. En aquel momento entre los soldados se deslizó la Figura delgada de Bian. Kang miró en su dirección disimuladamente para comprobar que se había recogido el pelo largo en una cola alta, sus ropas negras eran nuevas a excepción de la chaqueta y las botas.
Cuando devolvió la vista a la pareja frente a él se percató, al igual que todos, de que ambos la estaban mirando.

-¿Tú? Desaparecieste de Osadía -. Comentó en un tono inadecuado Tris. - Pensábamos que estabas muerta ¿te asustaste y corriste hasta aquí?

Bian se había quedado muda o por lo menos esa fue la sensación que había dado, sus brazos caían sin vida a ambos lados de su cuerpo mientras que su mirada se había asustado y convertido en una sombra sin vida. Kang la contemplaba con preocupación pero procuró guardar las distancias.

-¿Qué le has contado? -. Exigió saber en tono amenazante la chica apresada.- Tú no estuviste en Osadía, no estabas en la simulación ni en abnegación. No volviste a casa para ayudar-. Tris miró a el líder de Verdad.- Lo que le ha contado será más que probable una mentira -. Su novio le puso una mano en el hombro y ella se vio forzada a mirar a los ojos de su compañero de celda. - Me remito a los echos.

Concluyó mirando con cierto desgarro a la pelirroja a donde curiosamente todos estaban centrando la atención pudiendo notar como los ojos se volvían algo rojos y negaba con la cabeza agitando su pelo.
Kang se había centrado en la mirada pues en el tiempo que llevaba allí jamás mostró un rostro como el que estaba dejando ver en ese momento. Las miradas de ambos se cruzaron tomando unos segundos donde ella parecía intentar transmitirle algo. Posteriormente abandono la estancia pasando entre compañeros de Osadía y desapareciendo entre la pequeña aglomeración de soldados junto a el líder.

Dos segundos fue lo que tardó Jack Kang en coger aire y mirar de un modo igual de irritante a Tris.

-Para su conocimiento-. Procuró escoger bien las palabras y arrastrarlas con la voz plana y la elegancia de una buena bofetada por su comportamiento. - La señorita Bian me ha procurado tener un cúmulo de trabajo pidiendo que preste mi ayuda para impedir un ataque de Osadía hacia Abnegación. Sus comentarios anteriores han resultado estar fuera de lugar, la joven solo procuraba detener todo antes de que comenzace.

-En ese caso ya sabe que fue Erudición quien nos controlaba -. Esta vez fue Cuatro quien habló, tranquilamente dio más pasos para estar cerca de Kang.

-Hemos visto los vídeos, ustedes son los que dirigían la simulación.

La situación se vio rápidamente resuelta citando a ambos osados ante el suero de la verdad ese mismo día a través de la insistencia de Cuatro para tener clara su lealtad. El interrogatorio seria a las seis por lo que aún tenía demasiado tiempo libre entre horas, debido a eso Kang recurrió a despejarse y aclarar sus ideas.

Bian juró desde el momento que llegó que todo era culpa de Erudición, cosa que todos en Verdad negaron incluso el posteriormente conmocionado líder tras comprender que realmente los relatos que la jóven había dicho desesperada se habían vuelto reales. Pero, se despistaron.
Tras el ataque solo tenían cabeza para buscar explicaciones en las palabras de otros líderes y consejo en algún recoveco de la sociedad de las facciones. Fue entonces cuando se vieron inundados prematuramente de Osados y para rematar estuvo el tema de tener que acogerlos y tolerarlos todo lo que podían para no despertar más tensión y fricción entre las ya dañadas facciones.

Lost In The EchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora