Capitulo ~6

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Abro los ojos y los siento hinchados y pesados, lloré demasiado anoche. Me estiro en el sofá y mi cuerpo comienza a crujir. Me dolía todo el cuerpo.

Me levanto y camino en busca del baño, al encontrarlo me miro al espejo, estaba desastrosa. Tenía unas ojeras horribles, y mis ojos estaban tan hinchados que parecía china.

Arrojo toda mi ropa al suelo quedando desnuda y comienzo a ducharme. Mientras el agua caía y chocaba contra mi piel, no sentía nada, sólo agua. Ni siquiera me sentía relajada o liberada como antes, sólo... nada.

Salgo con la toalla puesta y camino hacia donde dejé mi mochila con la ropa. Llego al lugar y me agacho sacando la ropa que iba a ocupar, cuando mi mano choca con algo duro, al sacarlo me encuentro con mi diario ¿Cuándo lo guardé? Que yo recuerde lo había dejado en el armario.

Lo abro y un mensaje que no estaba antes se encontraba ahí. Reconocía esa letra.

Danielle, sé que todo lo que esta pasando ahora debe ser duro, así que te lo eché cuando no te diste cuenta.

Te quiero.

Att: Jane.

Sentía pena y un nudo en la garganta, pero no salía nada. Tal parece que me he quedado vacía. Genial...

Estaba por tomar mi ropa y cambiarme ahí mismo -total no se veía absolutamente nada- pero el ruido de la puerta siendo golpeada me interrumpe.

Sin importarme estar semi-desnuda camino hasta la puerta, y al abrirla me encuentro con Piper.

-¡Oh, por Afrodita! - se tapó la boca con ambas manos. - ¡¿Qué te pasó?! -exclamó horrorizada. ¿Tan mal estaba? Ni que fuera una de esas cosas con alas.

Entra como si nada a la cabaña.

-¿Hola? -dije sarcástica y mi voz estaba ronca, hasta parecía de hombre.

-¡Tu voz! - me apunta con los ojos bien abiertos.- ¿Qué pasó anoche? -pregunta preocupada sentándose en el sofá. -¿Qué es esto? -toma la carta y yo me acerco y se la quito de forma brusca.

-No te importa. -contesto fría.

-Okey... No importa si no me quieres decir, pero al menos dejame ayudarte. -yo la miro para que me explique. - Te vez horrible.

-No importa, estoy bien así. -le respondo indiferente.

-Si sales así, todos te preguntarán que te pasó, y Leo no se rendirá hasta que se lo digas. -levanta una ceja y yo suspiro en forma de rendición. - ¡Okey! Quédate aquí, iré por unas cosas y vuelvo. -se levanta y dirige hasta la puerta. - ¡No te vayas! -grita y se va.

-Mi modo que lo haga. -susurro.

Me levanto, arrojo la toalla y me cambio.

Al terminar comienzo a guardar la carta, pero no sabía dónde.

Tomo el diario y leía lo que alguna vez escribí, ahora no me causaban nada, no como antes. Arranqué las hojas sin remordimiento alguno y las arroje botándolas en un basurero que se encontraba cerca, tome la carta y la doble, dejándola justo en la primera página del diario.

Justo cuando terminé de ordenar lo poco y nada que me quedaba, entró Piper seguida de Annabeth.

Miro a la hija de Atenea y luego a la hija de Afrodita.

-Perdón, me pilló y no pude decirle que no. -se encoge de hombros.

No contesto.

-Eso lo tomaré como un "está bien" - no contesté. - Okey... Annie abre las cortinas, necesito luz. Danielle, sientate ahí. -apuntó a uno de los sillones de una persona, el cual daba contra la ventana.

Confesiones de una mestiza [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora