Capitulo ~7

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-¿Disfrutando del lugar? -dice una voz masculina a mis espaldas.

-Sí. -contesto sin abrir los ojos. - ¿Qué quieres?

-¿Puedo sentarme?

No contesto.

-Lo tomaré como un sí. -se sienta a mi lado.

Abro los ojos y me giro para verlo. Él al sentir que lo observaba deja de mirar el mar y se gira imitando mi acción.

-Sé que mientes. -dice serio.

-¿En qué? -digo brusca.

-En lo que acabas de decir horas atrás.

-¿Y cómo el grandioso Percy Jackson llegó hasta esa conclusión? -digo burlesca sin dejar de ser dura.

-Porque anoche le pregunté a Amanda y no me contestó lo mismo. -me puse nerviosa.

-¿Qué te dijo? -pregunto segura.

-Me contó que ustedes no eran nada y que tú acabaste con la vida de alguien a quién amaba, y después de eso se puso a llorar. - me miraba de forma acusadora.

Amanda... ¿Qué mierda te contó Nicole? Lo que sea que fuera apuesto a que no fue nada lindo.

-No quiero hablar de eso. -contesto y me giro para posar mi vista al mar.

-¡¿Por qué?! -grita Percy. ¿Acaso éste chico no sabe cuándo callarse?

-Porque no.

-¡¿Pero por qué no?! -grita y me gira de forma brusca para que lo mire y yo lo observo desafiante. - Mira, Amanda ahora es mi hermana así que si le haces daño yo...

-Hermanita. -río sin gracia. - Eso no parecía cuando la mirabas en la enfermería, en la fogata. -su rostro empalideció. - No creo que la veas como a una simple hermanita. -le escupo con asco.

-Yo... yo...

-¡Admitelo sientes algo por ella! -grité desesperada.

-Yo... ¡No lo sé! -se agarra de los pelos y se esconde entre sus piernas. -No lo sé... -continúa susurrando.

Acaricio su espalda para tranquilizarlo.

-Es que yo... amo a Annabeth, pero no sé que siento por Amanda. -me mira con sus ojos verdes rojos de la frustración. -¿Qué hago?

-No lo sé, nunca fui buena para el amor pero... -suspiro. - Si realmente amas a Annabeth habla con ella y trata de aclarar con calma lo que sientes por Amanda, porque si te presionas terminaras más enredando de lo que estas. -contesto con serenidad.

Él me mira y me sonríe, mi corazón comienza a latir con fuerza y no entiendo por qué ¿Me va a dar un ataque cardíaco? Pero si soy joven, además estoy bien de salud... ¿Entonces?

-Gracias. -iba a contestar que no era necesario que me diera las gracias pero me interrumpió. - No puedo entender porque te odia tanto, si eres tan buena.

Dejo de mirarlo y poso nuevamente mi vista al mar. -Cada uno con sus razones. -susurré débil.

Se queda callado y hace algo que me pilló desprevenida. Posó su brazo sobre mis hombros haciendo que posase mi cabeza sobre su hombro. Al principio me quede estática pero terminé apoyándome y cerrando los ojos.

-Apuesto. -levanto la cabeza y lo miro mientras ve el horizonte. - Que lo que pasó no sólo le afectó a ella. -me mira. -Sino que también a ti. -Bajo la mirada y me concentro en el mar.

Éste idiota tenía razón, me afectó y mucho, pero no creo que más que a ella, porque era su verdadera madre y afín de cuentas yo ya estaba sola, así que no hay mucha diferencia.

Me apreta mucho más a él y lo vuelvo a ver.

-No importa sí no quieres contarnos, pero al menos deja que te ayudemos.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-Para Zeus.

'Que todo mejore.'

Arrojo la mitad de mi comida para después dirigirme sola a mi mesa y continuar comiendo.

Estábamos todos almorzando, y mientras eso ocurría yo miraba a mi alrededor. Todas las mesas hablaban animadamente, a excepción de dos: la de Zeus y la de Hades. Tal parece que somos los únicos y no tenemos hermanos. Yupi.

Pero según tenía entendido Zeus era el más, ¿cómo puedo decirlo? Picaflor del Olimpo, ¿por qué sólo soy yo su hija?

La mesa más abundante y que metía más ruido era la de Hermes, ya casi ni había espacio en ése lugar. Los hermanos Stoll no dejaban de contar sobre sus bromas y eso a todos hacía reír.

En la mesa de Ares, todos contaban anécdotas de batallas y se festejaban unos a otros. Mi mirada paró en Nicole, se veía tan feliz y tan a gusto en ese lugar, definitivamente pertenecía allí.

En la mesa de Atenea, todos hablan de construcciones y sobre la comparación entre la arquitectura moderna y clásica. Annabeth se veía contenta debatiendo con sus hermanos de cuál de las dos era mejor.

En la cabaña de Hefesto, algunos construían cosas o hablaban sobre ello. Leo movía sus manos de aquí para allá y hablaba animadamente con sus hermanos, al terminar su obra la guarda en su banano y continúa haciendo otra.

En la cabaña de Afrodita, todos hablaban sobre moda y ésas cosas -banalidades-. Piper sólo se dedicaba a comer e ignorar la mayor parte del tiempo a sus hermanos, pero debes en cuando aportaba, sólo muy pocas veces. Ahora que lo pienso no se ve como sus hermanos, todos están arreglados hasta más no poder y ella se encuentra al natural, pero aún así se veía bien.

En la mesa de Poseidón, Amanda y Percy hablan animadamente sin dejar de mirarse, mientras Tyson se devoraba toda su comida, y al ver que ya no le quedaba continuó con la de sus hermanos, quiénes no se daban cuenta. Percy gira y me ve, al darse cuenta que lo estaba viendo me sonríe y mi corazón comienza a latir con fuerza. Definitivamente creo que tendré un ataque cardíaco, lo más probable es que sea por todo lo que ha pasado, es mucho para mí. Le sonrío de lado y él lo hace mas ampliamente ¿qué tanto puede sonreír éste chico?
Veo a su lado y me topo con una furiosa Amanda, que por como está tomando el tenedor juraría que planea sacarme los ojos con él.

Vuelvo a mi comida y cuando termino me paro y me dispongo a ir a cualquier lugar que mis pies me lleven.

-¡Danielle! -grita entusiasta Piper mientras corre a mi encuentro.

-¿Sí? -pregunto cuando ya está a mi lado, toma aire y se reincorpora

-¿Te molesta si te acompaño? Es que me estaba aburriendo allá. - apunta a la mesa de Afrodita.

-No.

-¡Okey! -toma mi brazo y yo la miro. - Perdón. -se suelta y comenzamos a caminar. - En serio no puedo creer que seas hija de Zeus, te ves más como hija de...

-¿Hades? -ella asiente. - No sé si te diste cuenta, pero no es necesario ser como nuestros padres o madres. Por ejemplo tú. -la señalo completa. - No eres tan vanidosa como tus hermanos o tu madre, y yo no soy como ninguno de mis padres. -creo.

-Tienes razón. -comienza a pensar. - Pero sí te pareces a tu abuela. - Yo la miro raro, ¿me dijo vieja? - A Atenea. -me dice obvia. Ohh ahora entendí.

-Sólo en algunas cosas.

-Sí. -comienza a reír y yo sonrío de lado. - ¡No puede ser! ¡Sonreíste! -chilla emocionada. - Pero de lado... de a poco trabajaremos en eso. -hace una pose diva y vuelvo a sonreír.

Llegamos a la arena y comenzamos a hablar de cualquier cosa, pero Leo viene corriendo emocionado y dice:

-Piper, Jason llegó.

La mencionada se para se un salto y sale corriendo junto a Leo.

¿Quién es Jason?

Confesiones de una mestiza [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora