-¡Lauren! ¿Te puedes esperar?- gritaba Lucas de fondo mientras yo caminaba haciendo como si no lo escuchara. A punto de encontrarme con mi hermano, Lucas me arrastra - Necesitamos hablar.
-¡Sueltame! ¡Antonio!- gritaba pero Antonio no me escuchaba, Lucas me tapó la boca y me llevó al pasillo donde todo empezó... ¿Sonó muy romántico?.
-Deja de gritar- me soltó y yo respiré con normalidad, pero estaba muy molesta.
-¿Qué carajo te pasa?- dije molesta y él rió irónico.
-¿Qué carajo te pasa a ti? Nos estás ignorando, me estás ignorando- dijo molesto, yo me crucé de brazos y me apoyé en la pared.
-No te hablo un día y ya lloras- dije pícaramente, él rodó los ojos.
-Lo dice la chica que si no fuera por este llorón estuviera totalmente sola- dijo de la misma forma, yo fruncí el ceño.
-Idiota- dije molesta, él rió.
-Buenp, vamos bien ¿Puedes responder por qué ya me ignoras a mi y a los demás? Las chicas están preocupadas.
-Nada... Sólo he querido estar sola- mentí, es muy vergonzoso decir "Oye, es que no me dejan hablar con ellas porque llegué delgada a la casa, lo usual de la vida".
-Estás mintiendo, juegas mucho con tus manos y te triembla un poco el labio inferior- noté mis manos y efectivamente estaban moviéndose de manera sospechosa- Ahora dile la verdadera razón.
«Odio ser tan leíble »