CAPITULO 2 "DESTINO"

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58 VIAJERO 889 (Sobre Paul)

El penúltimo día del mes del Viajero, un caminante cambió la historia de Paul para siempre:

Era una tarde como todas las anteriores, Paul salía al bosque por leña, acompaña-do de su hermano Erick, habiendo obtenido lo necesario para pasar la noche volvían a casan. Antes de cruzar el Rio Sagrado, una especie de ojo de agua que se da en Las Colinas, un caminante los interceptó:

-¡Regálenme un poco de agua¡- pidió-

Paul sorprendido hizo hacia a tras a Erick y miro fijamente al caminante, entrego su ánfora e intentaron alejarse.

¡No¡, ¡aun no¡, - comentó el caminante-

Inmediatamente Erick desenvaino su hacha y dio un paso al frente exclamando:

-¡No tenemos miedo a un delincuente como tú, si no te basta el agua deberás be-ber tu propia sangre¡-

-mmm, sangre –susurro el caminante- ¡es una gran idea¡ ¡quizá eso me quite la sed¡


El caminante sonrió y se llevó las manos dentro de su capa, desenfundo dos espadas cortas, y comenzó el ataque contra Erick, quien sorprendido dio un par de pasos hacia atrás. Erick nunca había estado en combate, solo quería asustar al asaltante, tropezó y cayó perdiendo el hacha, fue justo cuando una de las espadas se acercó a su rostro, solo logro cerrar los ojos, escucho un sonido de metales y percibió el viento de las armas en combate a escasos centímetros de su cuerpo.

Cuando recuperó la vista, Paul se enfrentaba contra el caminante desarmado, tomaba ramas y piedras y huía de la única espada que aún mantenía el enemigo. Erick se puso en pie, tomo la espada que había sido quitada de su dueño, gracias a un magnifico lanzamiento de Paul, y así, con espada en mano, corrió a atacar al rival que amenazaba la vida de su hermano mayor.

¡¡Muere¡¡ -grito Erick Eufórico derribando al caminante quien por la inercia del golpe perdió su espada-. Ambos forcejearon en el suelo unos segundos, Erick desesperado se encontraba en desventaja frente al caminante, en fuerza, en habilidad y en astucia. También perdió su arma y comenzó a desesperarse.

Paul viendo el esfuerzo de Erick, corrió por la espada apenas extraviada por el enemigo y entre los movimientos de su hermano logró atravesar el cuerpo del caminante un par de veces, y una tercera y final en la garganta. Termino el forcejeo con Erick, quien parecía descansar después de la feroz, turbulenta e inesperada pelea. Erick parecía esbozar una sonrisa. Espontáneamente vomito sangre de su boca, comenzó a alterar su mirada, y entonces vio su costado: en el enfrentamiento, el arma con la Erick atacó al inicio, había sido usada en su contra. Cuando Paul noto la herida se apresuró a tomarlo en sus brazos y corrió a su casa desesperado por salvar la vida de su hermano.

Llegando a casa Clarissa, hermana de ambos los recibió, abrió la puerta y preparó la cama para atender a su hermano, las lágrimas destilaban por todo su rostro, Clarissa y Paul lloraban intensamente.

Mientras clarisa intentaba desinfectar la herida, Paul corría en busca de algún curandero, no importando cual fuese el precio estaba dispuesto a pagarlo, sin embargo, no tuvo suerte; recorrió dos aldeas pero nadie pudo darle razón de algún curandero.

Paul luchando contra el tiempo y el destino, corría de un lugar a otro. La única esperanza era un milagro. Angustiado llegó a casa, no podía dejar a su hermana cargar sola con la vida de Erick.

Apenas abrió la puerta y vio a Clarissa llorar frente a la cama de rodillas tomando la mano de Erick, Paul supo que era muy tarde, se acercó y abrazando a ambos, lloraron desconsoladamente.

¡Erick había muerto¡


Hierro Rojo  "Una noche en las colinas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora