Desnudando El Alma.

Capitulo 5.

Capitulo cinco. 

Pijamada

-Así que ibas a comprar un vestido… - su voz me hizo volver en sí de mis pensamientos.

-Harry… - me había sorprendido verle ahí parado con sus manos en los bolsillos de su pantalón – ¿Y los chicos? – frunció el ceño, se sentó a mi lado moviendo sus manos sobre sus piernas.

-Están… - su vista recorrió el pasillo – ahí – sonrió como un pequeño después de encontrar a sus padres – entraron a jugar – mire hacia donde el veía, un letrero colorido donde decía “PlayTime”, el lugar favorito de cualquier adolescente, ahí había sin fin de juegos, podrías estar horas y jamás terminabas de recorrer el lugar y jugar el sin fin de juegos que había dentro.

-¿Danielle está con ellos? – sonrió ante mi pregunta y negó con un ligero movimiento de cabeza.

-Kath también se fue, le llamaron sus padres – me miro como si supiese que esa era la respuesta que buscaba, no me importaba si Danielle estaba o no, me importaba que Katherine estuviera, y más si estaba con Harry.

-Así que ya le llamas “Kath” – reí forzadamente levantándome de la banca, comencé a caminar esperando que me siguiera y así fue, me alcanzo poniéndose a mi lado mientras caminábamos a PlayTime.

-Apuesto a que no me ganas en este juego – señalo un juego de armas cuando entramos al local, su mirada era divertida. Bueno al parecer iba a convivir demasiado con Harry estas vacaciones, después de todo no sería tan malo, pero debía ignorar el hecho que el me hacía sentir algo cuando estaba cerca de él.

-¿Me estas retando? – Fruncí el ceño, tomándolo del brazo para ir a cambiar algunas fichas – ahora sabrás quien es la mejor en estos juegos – sonreí depositando una ficha en la máquina, él hizo lo mismo. Así pasamos la tarde en aquel lugar, jugamos infinidad de veces en cada una de las maquinas, en ocasiones Niall bailaba de alegría al ver como todos le pagaban por ganarles, después de todo la suerte la lleva en la sangre. Las horas se pasaron demasiado rápido, cuando menos pensé ya íbamos de regreso a casa. Me sorprendió que Liam no dejara a cada uno en sus respectivas casas, pero ese ya era su problema.

-Al fin llegamos – todos se tiraron en el sofá, yo solo fui a revisar la contestadora, había mensajes de mi papá:

“Liam, cuida de tu hermana, vamos a estar fuera, llegaremos el lunes por la mañana, si se les ofrece cualquier cosa ya saben a dónde llamar.”

-¡LIAM! – grite para que escuchara, Liam llamo a mis papás para algo que desconocía, yo solo fui a mi habitación a ponerme mi pijama. Baje a la cocina pero me sorprendió que los chicos aún no se habían ido. – ¿Piensan quedarse a dormir o qué? – reí bromeando, todos se quedaron callados.

-Habrá una noche de chicos – salto Louis del sofá mostrando su pijama a rayas, el aficionado a las rayas, él sí que necesitaba un bote, reí para mis adentros al pensar en esto.

-También vendrán las chicas – Niall hablo bajo pero logre escucharlo, todos comenzaron a callarlo y lanzarle cojines.

-¿Qué chicas? – mis ojos se abrieron más, ¿había escuchado mal?, miraba atónita a cada uno – que alguien me responda – dije desesperada.

-Veras… pequeña… - Louis ya estaba a mi lado rodeándome con su brazo por mis hombros – hoy vendrán las chicas – me hablaba como si estuviera retrasada.

-Louis, solo dime – arquee una ceja mirándolo.

-Eleanor… - sus ojos se iluminaron- Danielle, Cassie y Kath – mis ojos se abrieron mucho más, cosa que no sabía que podía hacer porque mis ojos debían parecer desorbitados en este preciso momento – así que será una especie de… - no lo deje terminar.

-Noche caliente – finalice su oración y todos se rieron, yo no le veía la gracia, pero el que una chica estuviese dormida con otro hombre iba a ser eso, ¿Qué más podría ser?.

-Solo nos divertiremos, te prometo no hacer nada indebido – los ojos de Liam eran sinceros, sonreí aliviada, el timbre se escuchó yendo mi hermano a abrir. Estaba a punto de irme pero me pedían que me quedara, no era mala idea, no muy seguido mi hermano hacia esto de “noche de chicos” pero con chicas también, a decir verdad era la primera vez que involucraban chicas.

-¿Quien sigue de girarla? – Zayn sonrió y giro la botella, todos reían y hacían lo que el otro les ordenaba, lo duro fue cuando comenzaron a irse lejos con el juego, ya no eran retos normales, sino el tener que besar o hacer algo un poco indebido.

-Ya no juego – sonreí levantándome del suelo, acomode mi pijama.

-Yo tampoco – me siguió Eleanor – es aburrido esto – mascullo mirando a Louis.

-¿Quieres algo de beber? – Ella sonrió y ambas fuimos a la cocina – veo que has extrañado a Louis.

-Lou es lo mejor que me ha pasado en la vida – sonreí sirviendo jugo de naranja a dos vasos, le di uno y tome el otro bebiendo un poco – ya no me veo en un futuro sin él – sonrió mirándome - ¿y tú?

-¿yo que? – deje el vaso en el desayunador.

-Te conozco demasiado bien, no mientas – esto era cierto, desde que Eleanor se había convertido en la novia de Louis ella pasaba más tiempo conmigo, nos habíamos vuelto las mejores amigas, se podría decir que me conocía mejor que mi propio hermano – no se de quien, pero sé que hay alguien dentro de ese corazón – apunto hacia mi pecho para después beber jugo.

-Sí, cuéntanos – una voz afeminada fingida nos hizo girarnos a ambas, Louis estaba pestañeando como una encantadora dama. Eleanor y yo nos miramos, segundos después estábamos muertas de risa. - ¿De quién hablan? – abrió el refrigerador sacando una zanahoria, le dio una mordida y se sentó con nosotras.

-Son cosas de mujeres, conejito – sonrió Eleanor pellizcándole las mejillas – será mejor que regresemos con los otros. – Regresamos a la sala de estar donde ya estaban todos con sus tendidos en el suelo. Subí a mi habitación por mi cobija, escuche unos pasos detrás de mí pero pensé que era Eleanor.

-¿Estará bien que lleve una linterna? – voltee al no recibir respuesta. – Zayn – susurre teniéndolo cerca de mí, aparto un mechón que cubría mi rostro pasándolo por detrás de mí oreja.

-Qué bueno que estamos solos – arrugue la nariz sin entender sus palabras, a que se debía tanta amabilidad – hemos dejado de ser los niños de antes, los que peleaban por todo – su rostro se colocó a mi distancia, yo solo me hice hacia atrás, sus ojos color cobre me penetraban el alma, tanta intensidad en su mirada me hizo dejar de verlo.

-¿Qué quieres, Zayn? – mis manos se hicieron firmes tocando su pecho para que no se acercara más a mí, pero él ignoro esto, acorralo mis muñecas con sus puños haciendo que bajara mis manos a mis costados. Sus labios fueron acercándose como si fuera a… para que decirlo si ya estaban moviéndose sobre los míos, deseosos al igual que aquella noche en su casa, mi respiración se agito en unos segundos, pero ¿Cómo decirle que no a esos labios carnosos que se abrían paso entre los míos?, su lengua jugaba con la mía, sus manos recorrían de mi espalda a la fina costura de mi pantalón. ¿Qué era lo que estaba haciendo? Por Dios, Zayn me tenía en el punto del placer, sus manos hicieron que mis piernas se colocaran a sus costados, me subió al escritorio mientras aquel beso no se acababa, seguía aquella llama encendida entre ambos, acaricie su nuca jugando con su cabello. Sus manos comenzaron a abrirse paso entre la tela de mi blusa de dormir, su tacto era suave y delicado, sus manos algo frías pero confortables.

-¿Qué están haciendo? – una voz nos hizo girarnos hacia la puerta…

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