Un ángel de Victoria Secret.

Capítulo 10. Anna.

Hola, antes de que empieze el capítulo me gustaría pedir perdón por tardar taaaanto en actualizar y hacer los últimos capítulos tan cortos, pero últimamente mi inspiración decidió tomarse unas vacaciones largas y me cuesta bastante escribir. Aún así, aquí estoy un día más para que las que seguís esta novela podáis leer un poco más sobre Andrea y Brooklyn.
También decir que muchísimas gracias por todos los votos y las visitas, de verdad, es y sois increíbles. 
Y no dudéis en comentar lo que os apetezca, prometa que contestaré a todooo. 
Blau Göttin. ♡

Capítulo 10. Anna.

-¿Pero estas totalmente seguro?
-Pues claro, eres la mejor y lo sabe.
-¿Incluso después de todo lo que pasó?
-Si Andrea, te quiere a ti y solamente a ti.
-Oh Dios mío, esta bien. ¿Cuando vendrá?
-Mañana por la mañana para hablar de negocios. La fecha la decidis vosotros.
-Vale, perfecto. Hablaré con ella mañana.
-¿Estas segura de que quieres hablar con ella? No es necesario.
-Estoy segura, es hora de arreglar todo lo que ha pasado en estos últimos días.
-Me parece genial Andrea, es un gran paso. Tengo que irme, el deber me llama.
-Está bien, muchas gracias Warren.
-De nada Andrea.- Colgué el teléfono y no deje, lentamente,  en la mesita de noche, para automáticamente comenzar a gritar, saltar y correr por toda la casa. Definitivamente las cosas estaban mejorando.
-¡ANASTASIA!- Entré dando gritos a la cocina y me reí a carcajadas cuando Roberto se asustó y tiró todos los utensilios de cocina, que Anastasia estaba utilizando, al suelo.
-Perdón, no era mi intención asustarte.- La ayudé a recoger todo el desastre mientras mi fiel ama de llaves se quejaba de que tendría que lavarlo todo otra vez.
-¿Por que está tan contenta? Si puedo preguntar, claro.- Me senté en una de los taburetes y observé, sonriendo, como el marido de Ana limpiaba, torpemente, una enorme holla. 
-¿Cuentas veces te he dicho que puedes hablarme a tú? Te recuerdo que sólo tengo 16 años, dentro de nada 17.- Lo vi sonreír y asentir con la cabeza gacha. -Y estoy tan contenta porque, por fin, mi suerte empieza a cambiar.
Tenía claro que sólo una gran y buenísima noticia podía ensanchar mi sonrisa.
Pero como he dicho, parece que hoy la suerte me acompaña.
Fui corriendo a la puerta principal cuando el timbre hizo eco en toda la casa.
-No puede ser.- Y mientas abrazaba a mi hermana, mi sonrisa ensando y mi felicidad aumentó.
-¡Tenía muchísimas ganas de verte!- Ella se separó y mi miro de arriba a bajo, algo que siempre hacia cuando llevábamos demasiado tiempo sin vernos.
-A ti las vacaciones te sientan muy bien, vas a tener que decirme cual es tu secreto.- Las dos reímos y entramos a la casa.
Mi hermana Anna es dos años mayor que yo, pero la diferencia de edad sólo ha provocado que estamos más unidas.  De pequeñas lo hacíamos todo juntas, desde ir al colegio como a las clases de baile.
En lo que respecta al físico, somos totalmente diferentes; ella es rubia con los ojos azules y yo morena con los ojos verdes, pero aún así nuestras facciones son muy similares y se nota en seguida que somos familia.
Y sin ninguna duda, puedo decir que es la mejor hermana que podría haber.
Mientras esperaba a que Anna se comiera toda la nevera, subí la foto que nos acabábamos de hacer con el título de "Por fin la querida hermana mayor a venido a ver a la pequeña ¡Ya era hora". No tardaron en llegar los me gusta y los comentarios, aún que hubo uno que provocó que mis nervios aflorarán.
"Sin duda muy guapa, pero como tú ninguna".
Espero que algún día se cansé de intentarlo.