tres.

27 3 4
                                    

-Me voy.-dije mientras me guarde el impulso de querer cerrar la puerta de un portazo, con el que tal vez me gustaría tirar la puerta de la consulta al suelo. Como forma de liberación tal vez. Aunque seria una perdida de tiempo que eso ocurriera. Porque nada me va a liberar, tristemente. Nada ni nadie. Sentía que estaba encerrada en una rutina diaria, que se basaba en vacíos existenciales, presiones en mi pecho que me llevaban a derramar lágrimas, lágrimas que estaban escondidas en lo mas profundo de mi alma, en lo mas denso y oscuro. Lágrimas que en su día debieron de haber salido pero por motivos y razones que aun no puedo entender se quedaron ahí. Se quedaron ahí al igual que esas noches. Y al igual que yo me quede con ellas. Al igual que estas me arrastraron con ellas, al igual que me hicieron eternas a ellas, al igual que me volvieron esclava de la intensa felicidad, de la intensa felicidad que yo podía hacer eterna, de la intensa felicidad que nunca le veía fin, pero siempre lo tenía.
Mis piernas se movían con impotencia hasta la puerta de la clínica, mientras mi respiración se volvia violenta y se entrecortada. Puse mi mano sobre la fría y metálica manivela la cual estaba pintada de un color negro bastante desgastado. Ni el contacto frío de la manivela sobre mi mano consiguió que mi respiración se calmara. Ni un solo musculo de mi cuerpo se relajo y dejo de estar tenso. El único contacto en mi cuerpo, que hacia que mi cuerpo se relajara de cualquier tensión existente en este, era el contacto de su mano con la mía, mientras sus dedos se deslizaban sobre los mios y estos se encajaban como si fueran dos piezas mas de un puzle, un puzle creado con el único fin de estar unido, pero al parecer este no estaba creado para estar unido por siempre. Este, lo estuvo, y parecía eterno. Una de esas piezas...nunca encontrara otra con la encajar, tan perfectamente, pero tan perfectamente que esa pieza se sentía solo una con la unión de la otra pieza. Pero esa pieza se fue. Dejando ese pequeño y tan unico puzle incompleto. Tan incompleto como yo desde que el, se fue. Porque él era esa pequeña pero a la vez tan grande pieza de puzle. Nosotros eramos esas dos piezas, tan distintas separadas, pero tan iguales y únicas cuando se unían. Pero como dije, eramos. Fuimos, pero seremos. Porque cuando algo se va ya no es, solo fue. Pero este siempre pasa a ser un recuerdo, por lo cual en cierto modo seremos, ya que los recuerdos al menos siempre son eternos. Tan erernos como el, el, el, el...cosciente de lo que hacia, impulse mi mano hacia delante habiendo antes bajado la manivela de la puerta metálica hacia abajo con mi mano derecha, de manera algo violenta y desenfrenada. Hacia mi vino un fuerte viento acompañado de varias hojas secas. El cual se parecía al que me hacia sentir que podía parar el tiempo, el cual me hacia sentir que podía controlarlo que este era mio. Pero solo se. Porque no lo es ni sera. Porque si no esta el, no lo es, ni sera, ni podrá ser nunca. Estaba sintiendo la oportunidad de que tal vez este pudiera ser como aquel viento, nuestro viento si tal vez corría hacia algún lugar. Pero como siempre hacía con el. Ir a un lugar, pero sin saber que lugar. Solo dejar que el viento te llevase. Y aunque este no fuera el mismo viento, nuestro viento, lo haría. Lo haré. Se que el no esta. Lo se. Y que tal vez no se sentirá igual. Lo se. Y que posiblemente no vuelva a intentarlo nunca mas. Pero aun sabiendo todo esto, lo haré. Mis pies empezaron a correr de manera acelerada por las mas viejas aceras del pequeño pueblo que había sido consciente de tantas hazañas, risas, historias...de tantas cosas que en palabras parecían pequeñas, pero en echos eran completamente enormes. Eran, fueron, pero eternamente seran. Mi pulso se comenzó a acelerar, pero ya no era igual. Me costaba hacer que el viento me guiara. Porque cuando este lo hacia su mano y la mía iban unidas tras el. Tal vez esto no funcionara, porque era todo cosa de la noche.
Cuando mi subscosciente se quiso dar cuenta el viento ceso. Mis pies estaban ya pisando la hierba del parque mas extenso y enorme que poseía el pequeño pueblo. No hacia ni un mal ni un buen dia. Y si tal vez hacia uno de estos dos no lo sentía. No podía sentir nada. De repente decidí acostarme sobre la hierba de este parque, no lo hice con cuidado porque sabia que no me haría daño y aunque me hiciera, que me importaba. Mire al cielo. Y no sentí nada. Mire a mi mano derecha mientras esta inconsciente mente se había cerrado un poco. Porque mi cuerpo de manera inconsciente quería sentirle. Porque tal vez algo en mi no se había acostumbrado a su partida. Porque tal vez una de aquellas noches estuve aquí, y su mano se encajo junto a la mía. Porque tal vez al cerrar los ojos tan fuerte como yo lo hacia se sentía tan real. Pero no se sentía. Solo se que fue real. Lo fue.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 27, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Nigths; njhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora