XXXI

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Alaric

Habían pasado algunas semanas Liv y yo estábamos mejor que nunca, pasaba más tiempo en su casa que en la mía, podría casi decir que vivíamos juntos. Era también mis vacaciones del trabajo, por eso tenía más tiempo libre. Estaba en mi casa con Liv, ella no quería que me fuera a trabajar, pero era necesario, pues por mi ella dejo el empleo de medio tiempo que tenia en una tienda de autoservicio, ahora era mi deber cuidarla y mantenerla aunque ella nunca me lo pidiera, yo sentía que era mi obligación.

-Ric, no te vayas - hizo una cara de tristeza

-Pequeña, sabes que tengo que ir - tomé mi chamarra que estaba colgada en el perchero.

-Llegarás tarde ¿verdad?

-No corazón, me apresuraré a llegar - me acompañó a la puerta, le di un beso de despedida y salí.

Me había ausentado tan poco y sólo bastó ese tiempo para que Hugo, el dueño de la cafetería, la remodelara, cambió las sillas por una especie de sillones retro, los focos por algunas lámparas y por fin se decidió a poner una rocola. Hugo no era mayor, tal vez parezca, pero había escuchado que tenia 29, era muy exitoso, dentro del estado ya tenía 4 cafeterías iguales distribuidas en diferentes ciudades, pero la mayor parte del tiempo se quedaba administrando la cafetería en la que yo trabajaba, pues fue la primera que abrió y fue con la que empezó su trabajo; Ya estaba casado, era un ejemplo a seguir, y durante todo el tiempo que yo llevaba en la cafetería, Hugo me trataba casi como aún hijo.

-¡Ey! Alaric - Era Hugo.

-¿Que pasa jefe? - Sonreí sarcástico.

-Me preguntaba si sabes algo de cocina y repostería.

-La verdad es que no mucho- me confundía- ¿Por qué? ¿Qué pasa?

-Lo que pasa es que Gordon, el antiguo cocinero, renunció hace apenas unos cuantos días - Sólo me veía y no me explicaba realmente que pasaba - Te preguntaba
para ofrecerte su puesto, como asenso o si lo prefieres de manera temporal, pero si no sabes, ¿Qué se le va a hacer?

-Hugo, no seas pesimista, yo soy la solución a todos tus problemas.

-¿Qué quieres decir?

-Conozco a alguien, una chica de hecho, que podría trabajar para ti.

-¿Es en serio? ¡eso es fabuloso!

-En caso de que decidiera aceptar, ¿cuándo empezaría?

-¡Desde de ya, hombre!

-Un momento, le llamaré y veré si decide aceptar.

Me di la vuelta y camine fuera de la cafetería, saque mi móvil y llame a Liv.

-Hola corazón, ¿Que estas haciendo?

-Hola Ric. Nada, pensaba en dormir un rato. ¿Sucede algo?

-¿Podrías venir a la cafetería? Es una sorpresa.

-De acuerdo. Llegó en 10 minutos.

-Ok, no tardes.

Regresé dentro de la cafetería, busqué a Hugo en la oficina.

-Listo jefe, ya viene, llegará como en 10 minutos.

-Gracias Alaric.

-Le aviso cuando llegue - salí de la oficina y cerré la puerta tras de mi.

Saqué unas cuantas monedas de mi bolsillo, me acerca a la rocola y la puse a sonar; estaba limpiando las mesas, nadie me había pedido algo de comer hasta ahora, siendo sincero casi no había nadie en la cafetería además de los empleados.

-¡Alaric! - Liv entró por la puerta y de inmediato se dirigió hacia mi-¿Qué pasó?

-Ven, sígueme -caminamos a la oficina.

-Hugo, ella es Liv, mi novia, es la mejor para el trabajo.

-¿Trabajo? ¿Qué trabajo?

-Liv, puede que trabajes aquí -dije

-Claro si es verdad lo que Alaric me dijo, así que... ¿qué tan buena eres cocinando? - miró a Liv.

-Pues, no lo sé ¿Qué te parece si pasamos a la cocina y le preparo algo?

-Muy bien, vamos.

Los tres salimos de la oficina y le mostré a Liv dónde estaba la cocina, ella se quedó dentro mientras Hugo se sentaba en una mesa.

-Alaric, siéntate aquí -Hugo me pidió compartir la mesa con él.

-¿No sería mejor que siguiese trabajando?

-Habrá más tiempo después, quiero ver si tu recomendación es buena y si tu novia es buena cocinera.

Me acerqué de nuevo a la cocina y mire a Liv que estaba atareada, me reí un poco.

-Vamos Liv, todo saldrá bien, eres la mejor en esto. Confío en ti.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora