El deambulador fantasma

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-En la montaña, ¿Hay una luz?- Estas fueron mis palabras cuando era un pequeño.

Cerca de mi casa, que está rodeada por varios montes, hay uno en particular que tiene un fenómeno muy raro, por su sendero que conduce hasta la cima, diariamente se ve una luz, inexplicable, a las 11:00 pm aquella luz bajaba desde la cumbre de la montaña y descendía hasta la base y se iba flotando por ahí, rondando sin rumbo fijo y todas las madrugadas, aproximadamente a las 5:30 am, cuando seguía oscuro, aquel resplandor regresaba hacia la cúspide del monte lentamente.

Había vivido 23 años de mi vida, en medio de campo, rodeado de montañas, cuestionándome qué era esa luz que parecía intrigarme cada vez que poseía la oportunidad de verla, era tan misteriosa que mi vida había quedado marcada por tal cosa que descendía flotante por la montaña.

Esa luz no siempre era igual, algunas veces oscilaba en cuanto al tamaño, ya que a veces se hacía más grande, algunas veces parpadeaba al bajar o simplemente cambiaba de color. Cada vez que tenía la oportunidad, por mis propios méritos escalaba por la casa hasta el techo para admirarla, ignorando de qué se trataba, siempre en las madrugadas o en las noches, me hallaba viendo descender y ascender dicha luz, era algo impresionante.

Ahora no deseé ignorar de que se trataba, sino, esperaba buscar una respuesta, así que cada vez más, me acercaba de a poco para admirarla mejor, la parte en que más cerca quede fue justo en las faldas del monte, eso fue en la noche, cuando ella descendía, estaba lo suficientemente cerca para ver que ella, era una bola de fuego andante, flotaba como a 75 cm sobre el suelo justo en el medio del sendero por lo que logré observar, era eso y nada más, una bola de fuego que flotaba y que dejaba una estela humo transparentado tras su paso. Me quede impactado, pero con sed de saber más sobre este fenómeno.

Muy temprano en la mañana, aproximadamente a las 4 am me desperté y fui corriendo justo al borde del sendero del camino, donde exactamente en hora y media ascendería el fenómeno, y así fue. Yo estaba ahí tirado, pecho contra el piso, para ver desde el suelo dicho espectáculo, justo a la hora y media la vi, subiendo lentamente por la curva acercándose hacia donde estaba escondido, cuando después de unos momentos, pasó justo a mi lado, podía oír el fuego como se quemaba, podía sentir el calor que se movía justo frente a mis ojos; ver levitar algo, y más tan cerca es realmente impresionante, deseaba gritar de la emoción, solo imaginen ver flotar algo desconocido, piensas que no es normal y estar tan cerca, pensando: ¿Qué será esto que estoy viendo? En pocas palabras se me erizaron todos los bellos de mi cuerpo.

Después de eso, cada día y cada noche, deseaba hacer lo mismo, acercarme lo más posible a este impactante espectáculo, pero hasta ahí y no más, teniendo algo de respeto por aquello que estuviese viendo.

Me percataba que, un tiempo después, no solo veía dicha bola de fuego, sino que una vez que había descendido, después de las 9:30 pm, la veía pasar sobre los campos, se paseaba lentamente por los cultivos, hasta que la perdía de vista de tan lejos que se iba, pero como un ajustado reloj, a su hora siempre volvía a ascender por la montaña. Incluso una vez me quede todavía más intrigado, porque vi bajar muchas esferas luminosas de distintas colores, algunas rojas, otras verdes, azules, amarillas, y no podía estar cerca para ver si se trataba del mismo fenómeno, debido a que me encontraba en el techo, pero lo más intrigante de todo eso, es que de todas las que vi bajar, solo vi subir una de ellas, la que diariamente veía.

Nunca pude ser el mismo después de eso, así que una vez en la noche como a las 10:30 subí a la cúspide de la montaña, para ver de qué se trataba concretamente cuando ella llegara; una vez yo ahí arriba vi una pequeña y destartalada choza, una oxidada y deshecha casucha, ahí surgieron muchas preguntas, como: ¿De quién es? ¿Por qué esta aquí? ¿Por qué esta así? ¿Será de aquella luz que observo? O ¿Será algo así como su escondite?

La vi por unos segundos y regresé por un tramo algo lejos de la casa. Donde me escondí tras unos árboles justo al lado del camino. Después de unos momentos, la esfera de fuego subió y justo unos 5 metros delante de mí, se transformó en algo muy diferente que nunca pude haber imaginado...

En ese momento, al ver que se transformara así, me sorprendió tanto, que hice un pequeño alarido de sorpresa y dicha cosa, que en ese momento no sabía que era, volteó hacia a mí; si no hubiera hecho ningún ruido, no me hubiera visto, solo hice lo que cualquier persona cuerda haría, huir de eso, corrí, y corrí, pasé nuevamente por la choza y estoy seguro que durante esa noche se oyeron tanto mis gritos de terror, como sus penetrantes alaridos fantasmales que te llenaban de horror, al ser la noche, debajo del monte, seguro solo se podían apreciar dos siluetas que corrían, una tras la otra, persiguiendo una a la otra.

Regrese a casa por la empinada ladera del monte, por fin, la había perdido, pero ahora estaba completamente seguro de lo que se encontraba ahí, investigue un poco, y encontré que eso que había visto, era la personificación de la Peste, aquella enfermedad que acabo con muchas vidas hace mucho tiempo en la antigua Europa, y yo estuve frente a ella, pero no me pasó nada, más que un profundo miedo y respeto fue lo que sentí. Así que no hice nada más que observar de lejos, ósea desde mi techo, a dicho deambulador fantasma, moviéndose en forma de fuego por el monte, o paseándose sobre los campos, pero me quedé con muchos interrogantes al respecto:

¿Por qué la Peste? ¿Se suponía que ya no existía? Por eso mismo ¿Ahora solo será un fantasma? ¿Por qué deambulaba tan cerca de la población? ¿Por qué se transformaba en fuego? ¿Causará algún daño?...

Me quede con muchos interrogantes, pero sin duda, ahora, ya sea desde mi ventana, desde el techo, o desde el jardín, seguiría intrigándome al ver dicha luz pasearse por el área. Ojala nadie tenga dicha curiosidad de saber que es esa luz, para no perturbar y dejar en paz a el espíritu muerto de la Peste, que extrañamente se materializaba en una bola de fuego, que ahora sé, por más gente que la ha visto, que en las noches donde, específicamente no había luna, si alguien trataba de perseguirla esta se alejaba más y más, pero si ese alguien persistía esta "lumiera" de fuego volteaba y terminaba por quemar a esta persona y parece que hay demás gente que asegura aún puede ver pasear a esta bola de fuego por algunos lugares del pueblo...

El fuego ha sido la mejor herramienta para el hombre, al igual que su peor peligro, el riesgo que representa puede ser mortal aun en manos de las personas, pero cuando deja de estar al servicio del humano para volverse un ente sobrenatural no tranquiliza a quien tiene la mala suerte de apreciarlo en su máximo esplendor y crea un sentimiento de inseguridad que no puede ser remediado, solamente aceptado.

Es para mí muy extraño el seguir viendo esa bola de fuego, aunque he experimentado más a profundidad lo que es y conozco un poco más a detalle de que se trata, nunca se puede saber todo, nunca se puede llegar al fondo de algo que ves repentinamente en un campo de maíz flotar lentamente dejando una estela de brasas que aún arden y que nadie o nada tiene control o sabe la verdad absoluta de eso que es desconocido.

Estoy seguro de que sabe que aún la observo y puedo imaginar que no se olvida de que sé qué es y de que la conozco más allá de una llama de fuego que se mueve, ¿Cómo lo sé? Ha habido veces en las que me ha perseguido a lo lejos, y la he visto merodeando la casa como si fuera un depredador que acorrala a su presa mirándola a través de la ventana sin yo poder hacer más que observarla con un profundo miedo de lo que pasara después...

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