Capitulo 5-Max y Gaby

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-De nada mi pequeño mínimo-alzo su mano y empezo a acariciar mi pelo. No se como, pero, logro que dejara de llorar. Su suave tacto me recordo a mi madre, cada vez que lloraba ella estaba ahi para apoyarme.

P. O. V Marinette
Todo lo que me había dicho,todo me había roto el corazón. De solo recordar esas palabras que salían de su boca, que ya no me quería volver a ver, me daba tristeza. Pero mas tristeza me daba ver mas alla de sus ojos esmeraldas y descubrir su fragil y sincera alma. Que fue hecha pedazos por Ladybug. Saber que yo era la causante de todo ese sufrir... Me pone de un humor indescriptible ¿Lastima? ¿Pena? ¿Tristeza? No se. Deje que se desahogara todo lo que quisiera, hasta tal punto se quedo dormido de tanto llorar con los ojos levemente hinchados, yo solo pude acostarme en mi cama con el en mi estomago. No podria llegar al divan, el no pesa mucho, pero yo no tengo mucha a fuerza.

Esta asi por tu culpa

Me riñe mi subconciente. Hago una mueca y la mando a callar. Es irritante.

P. O. V Normal
Después de una larga siesta que tomo Chat Noir por fin se levanto y se dio cuenta que había llorado enfrente de su Prncesa, lo cual lo hizo avergonzarse. Nadie lo habia visto llorar, solo su madre y Nathalie.

-Princesa-tartamudeo con las primeras letras, busco los ojos azules de su amada niña y sonrio nervioso.

-¿Si?-respondió ella con simpleza

-Se que pensaras que soy debil y...

Ella lo interrumpio de inmediato.

-Tranquilo..-dijo ella acariciando su mejilla-Yo no pienso eso solo porque lloraste,todos lloramos. Hasta los hombres

Chat Noir solo pudo abrazarla aun mas le encantaba que su Princesa lo apoyara en esos momentos. Era la mejor ayuda.

Si claro. Una ayuda muy bonita y guapa, que estas dispuesto a visitar cuantas veces quieras.

Puso mala cara y miro por la ventana. El cielo habia sido cambiado a un azul mas tenue, era la hora de irse. Si no, su padre o Nathalie lo matarian.

-Princesa,me tengo que ir-se levanto a regaña dientes de su hermosa posicion.

-¿En serio?-dijo ella en un tono bajo, abrio los ojos y un rubor se dejo ver en sus palidas mejillas. -Digo, si claro.-se corrigio avergonzada.

-Si, pero quién sabe. Tal vez mañana pase por aqui a saludar-sonrio estupidamente mientras se estiraba.

-Entonves esperare mi saludo.

El rio divertido, se acerco a ella y le dio un beso en la frente. -Te Quiero Princesa. -rozo su nariz suavemente con la de ella. Se alejo, hizo una reverencia y se fue.

"Te Quiero" Esa palabra llego al corazón de Marinette. ¿Que le pasaba? ¿Por que temblaba?

-Vaya al parecer tienes otro enamorado..-dijo Tikki saliendo del armario.

-¿En serio?... Digo ¿Que? Pff el solo me quiere como una amiga.-nego a la afirmacion de su amiguita.

-Lo que tu digas...-Tikki sonrio y grito:-¡Chat Noir esta en la ventana!

-¡¿Que!? ¡¿Donde!?-Marinette buscaba la silueta del chico, tanto a si fue su impresion que se callo de su cama al frio piso.

Tikki empezo a reir. La situacion le resultaba de los mas gracioso.

Al día siguiente

Marinette se levanto, para su suerte no era tan tarde. Sus padres no se encontraban en casa, por lo que le tocaba hacer su desayuno, opto por un yogurto con cereal y unas cuantas galletas para Tikki. Bostezo, se cambio de ropa y fue directo hacia el instituto.

Por otro lado el joven Adrien se encontraba aun en su habitación empacando algunas cosas para el instituto... Ayer no le quedaban fuerzas para hacerlo.

-¡Adrien! Ys se acabo el queso. Quiero mas-dijo Plagg comiéndose la última rebanada de queso.

-Eres un glotón Plagg-dijo el rubio para después meter a Plagg a su mochila. -Si me dieran dinero por cada que te acabas el queso, seria millonario.

-Niño tonto, tu ya eres millonario.-le riño Plagg desde la mochila.

-Sabes a lo que me refiero.

-Joven Adrien-dijo Nathalie acercándose a el

-¿Si?

-Ayer llego tarde a la casa ¿Por que?-dijo Nathalie tan seria como podía

-¿Como lo sabes?

-La cocinera dijo que no bajo a cenar.

-Comi fuera de la casa

-No puede comer fuera de su casa, y lo sabe. La calle no sigue sus reglas alimenticias.

El bufo, tenia ganas de decirle toda la mierda que era aguantar un regimen alimenticio. Pero suspiro, y sonrio. Sabia que ella solo cumplia con su trabajo.

-Claro Nathalie. No lo vuelvo hacer.

Al llegar al instituto los dos jóvenes fueron directo a su salón, donde la maestra ya los esperaba.

-Chicos siéntense por favor-dijo la maestra en un tono tranquilo-Hoy tenemos dos nuevos alumnos de intercambio, de la escuela del Louvre-volteo a ver a los dos alumnos que esperaban a fuera-Pasen por favor.

Los dos alumnos pasaron.

-Por favor preséntense-dijo la maestra con dulzura.

-Hola, mi nombre es Gabriela Laforět, pero de cariño me dicen Gaby, es un gusto conocerlos y espero que nos llevemos bien-hablo una niña de pelo rubio dorado suelto,con un listón de diadema color rosa pastel, unos ojos azules como el cielo, con un vestuario de pantalón blanco con camisa de tirantes blanca y con una pequeña chaqueta color rosa pastel, y unas zapatillas de tacón bajo blancas. Practicamente una niña contemporanea, haciendo recalcar su amor por el rosa.

-Bueno,mi nombre es Max y me gusta tener amigos cool-dijo el joven de cabellos negros con detalles de azul oscuro, con ojos azul fuerte, vestía una chamarra del mismo color que sus ojos, unos pantalones de mezclilla, con unos tenis deportivos, tenía la vista viendo a todo el salón, pero cuando se encontró con una azabache de ojos azules quien tenía su mirada en la libreta, le brillaron los ojos. "Es como ver a un mismísimo Angel bajado del cielo" Pensó Max, cierto rubio pudo notar al instante el brillo que causó Marinette en aquel chico.

Es como si se ilumira toda su maldita vida. Penso Adrien.

-Bueno chicos, en lo que nos traen la nueva mesa, se sentaran con..-la maestra hizo una pequeña pausa para voltear a ver a los asientos-Max tu te sentaras con Nino y Adrien y tu Gaby con Marinette y Alya. Se que contare con su apoyo para que ellos se sientan comodos.

Los cuatro asintieron con la cabeza.

-Y contaran con toda mi atencion.-murmuro Max. Marinette lo escucho y levanto la mirada, el le guiño un ojo y sonrio arrogante.

-Tomen asiento.

-Si señorita-dijieron los dos para tomar asiento.

¡Marichat! [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora