No has sufrido suficiente hasta que no sientes dolor. Esos y muchos más pensamientos psicodélicos rondaban la cabeza de nuestro protagonista justo cuando iba a hacerlo, su primer homicidio,sentir la vida de un hombre en tus manos y poder ser el agua que apaga la llama de su vida, ver sus últimas expresiones faciales y saber que sus últimas palabras estarán dirigidas a él. Eso era lo que le gustaba. Para él la vida solo era el comienzo de la muerte y nunca se había sentido más muerto que en aquel instante. ¿Su nombre? No importa pues eso significaría que alguien se interesa por él