Capitulo 26

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Capitulo 26

Faltaba un día para el cumpleaños de Federico. Igual que un niño de cinco años, estaba muy emocionado por los regalos que le iban a dar, sus amigos, Mia nosotros. Nunca me imaginé viviendo este momento, así que no sabía qué regalarle y, para desgracia nuestra, Raimundo tampoco. Lo cual era muy extraño ya que pasaban horas y horas hablando.

Decidimos ir al centro comercial con Raimundo para buscar un regalo. Los dos sabíamos que no podía ser algo sencillo, ya que ellos han sido más que buenos con nosotros.

Entramos a la primera tienda. Una tienda de CDs y DVDs. La tienda era enorme, habían para todos los gustos musicales, desde el metal hasta el folclor. Aparte de música y videos, había toda una habitación repleta de libros.

-¿Cuál es el gusto de Federico?-le pregunte a Raimundo que estaba viendo unos discos.

-No sé-dijo levantando los hombros.

-¿Cómo no vas a saber si los dos hablan de un millón de cosas?

-SI pero no de estas cosas-dijo dejando el disco que estaba mirando.

Nos fuimos de la tienda sin nada en las manos. Sabíamos que le gustaba la música hippie, pero había un millón de disco y videos sobre grupos de reggae.

Entramos a una tienda de ropa pero inmediatamente salimos al ver que en la etiqueta no decía Ropa fabricada con materiales orgánicos, o, Ropa reciclada. Entramos tiendas de chocolates en donde habían chocolates de todos los colores, rojos, blancos, cafés claros y oscuros, con coco rosado o verde, con figuras o chocolates en donde todos los sabores estaban mezclados.

-Creo que esto es una opción-dije algo satisfecha ya que llevábamos horas ahí dentro.

-Sí, sería una gran opción si es que Federico comiera algo que sea de origen animal o un derivado de ellos-dijo mirando los chocolates.

Antes de salir de la tienda de los chocolates, compramos una caja entera de puros chocolates, de distinto sabor y color. Esto hizo que la búsqueda sea un poco mas agradable.

Entramos a casi todas las tiendas que había en el centro comercial. Pero inmediatamente nos íbamos al ver que los productos no dijeran Reciclado, Producto orgánico o Producto artesanal. Para mí y Raimundo comprarle un regalo a Federico era todo un desafío.

Después de estar horas y horas dando vueltas y vueltas por el centro comercial, entramos a una tienda  en donde vendía instrumentos musicales. Había baterías, bajos, flautas, trompetas, acordeones, pianos, teclados, violines, había todos los instrumentos que pueden existir en el mundo de la música y muchos más. Pero en el fondo de la tienda estaban las guitarras. Raimundo y nos miramos y supimos que ese era el regalo perfecto para Federico: una guitarra.

Nosotros sabíamos que Federico tocaba la guitarra, y lo hacía muy bien. Pero jamás habíamos visto una en su casa, quizás no tenía, o si la tenía estaba en donde ensayaba él y su banda.

Nos acercamos donde estaban todas las guitarras colgadas. Eran miles pero solo una llamó mi atención.

-Esta es la indicada-le dije a Raimundo que estaba unas cuatro guitarras más atrás que yo. Raimundo vino a donde me encontraba, observó durante un momento la guitara que tenía como color de fondo azul y de estampado era un árbol que ocupaba la mayor parte de la guitarra. La verdad es que era hermosa.

Al ver todas la guitarras, recordé a Peter, quien igual tocaba la guitarra, pero su estilo era más metalero que el de Federico, bastante más ¿cómo estaba Peter? ¿Habrá encontrado un novia? ¿Habrá ido a ver, aunque sea una vez a Amelia?

En un lugar muy lejano.Where stories live. Discover now