Era tal y como me lo imaginaba. No hacía mucho que la fiesta había empezado y todo el mundo usaba máscaras tal como dijo la princesa. Ella, aún no había aparecido y me estaba preguntando si tardaría mucho en aparecer. Segundos después la puerta se abrió dejando paso a una joven de pelo turquesa y vestido negro. Nadie se percató de su presencia excepto yo que no tardé en llamarla:
-Princesa.
Ella pudo escuchar mis palabras, por lo se que giró y me vio: un joven de pelo y vestimenta azul. Sonrió u levantó levemente su vestido negro haciendo una pequeña reverencia para después preguntar:
-¿Con quién tengo el honor de poder hablar esta noche?
-Tampoco hace falta ponerse así, princesa Miku. -contesté haciendo otra reverencia devolviéndole el saludo.
-¿Y que desea? -preguntó con su dulce y gentil voz.
-Bailar con usted. -le tendí mi mano y ella aceptó.
Pasamos toda la noche bailando sin apartar la vista el uno del otro. Creo que ambos habíamos sentido algo especial esa noche. Bueno, yo ya sentía algo por ella desde hace tiempo... mucho tiempo.
Mañana sería el día en el que se lo diría todo. Ya lo tenía todo planeado. Esa misma mañana, le mandé un mensaje en el que pedía que viniese a la pérgola de su inmenso jardín. No tube que esperar mucho tiempo para que apareciese por ahí. La invité a que se sentase y empecé a hablar:
-¿Hace cuanto que nos conocemos?
-Toda la vida. -contestó sonriente.
-Si... Siempre hemos estado juntos... Miku... Tengo que decirte algo. -murmuré.
-Yo también... dejame empezar a mí. Estoy prometida con Len.
-Eso fue un dardo envenenado que no me esperaba. No sabía que decir... que pensar... todos mis planes destrozados en una sola frase. Para rematar y por arte de magia, Len apareció. En su mano derecha sostenía una rosa amarilla que colocó en la gargantilla de Miku en formande accesorio sustituyendo su antigua rosa verde.
Aguantando toda mi rabia, sonreí por ella y me fuí a preparar mi plan. horas después, cité a Len en el mismo sitio en el que nos encontramos durante la mañana.
-¿Necesitas algo? -preguntó el chico sin esperar lo que le estaba por venir.
Tenía mi espada escondida en unos matorrales cercados por lo que retrocedí lentamemte para sacarla, lanzarme contra él y acabar con el único obstáculo que me impedía estar cerca de mi obsesión. No tardarían mucho en descubrir el cadáver por lo que limpié toda posible prueba y me alejé lo máximo posible de la escena del crímen.
Miku fue la primera en descubrir el cuerpo, tras dar la voz de alarma llegaron demás sirvientes para encargarse del cuerpo. Yo, por mi parte, me encargué de estar con Miku consolándola. Pero para mi sorpresa, ella no estaba llorando. Más bien estaba entre disgustaba y seria. Ambos fuimos a su habitación, era mi oportunidad.
Traje dos copas de vino, aunque a la suya le puse una gota de sofnífero. Desde un principio era consciente de que no soy correspondido y tenía que hacerlo ahora o nunca. Ella, confiada, bebió la copa entera, por lo que no tardó en hacer efecto. La tendí en la cama. Yo estaba encima suyo cuando numerosos recuerdos de nuestro pasado vinieron a mi mente. Ella siempre fue dulce y buena conmigo, confiando en mi hasta el último momento.
¿Qué es esto?... ¿Culpabilidad? Sin darme cuenta, las lágrimas empezaban a caer mojando su delicada cara.Ella puso sus dos manos en mi cara limpiándo mis lágrimas, acercó sus labios hasta mi oido para susrrame:
-Hazme tuya.
Esas palabras me dejaron helado. Todo este tiempo la estaba amando, pensaba que ella no sentía nada por mí pero veo que me equivocaba. Arranqué su rosa amarilla para "otorgarle" una azul. Mi único anhelo se ha cumplido, ahora podía ser feliz con el objeto de mi obsesión.
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Historia De Las Canciones De Vocaloid
RandomTodas (o la gran mayoria) de canciones de Vocaloid cuentan una historia. Estas seran One-Shots de cada cancion y su interpretacion al pasarla en forma de historia