Ella... Ella caminaba ligero, su nombre era Megan. Aún recuerdo cuando llegó una semana después de iniciar clases y el profesor la presentaba a todos.
Desde el primer momento supe que sería mi alegría y también mi tormento, pero, yo lo quería sentir.
Se sentó adelante mío y mientras lo hacía me vio por un momento, me sentí alucinante. Miré a Stephen y el me sonrió, me conocía muy bien pues era el décimo segundo año de amistad y sabía que ella me había atraído. Lastimosamente, no fue solamente a mi.
El profesor colocó un trabajo de química en grupos de tres. Stephen y yo preguntamos si se podía uno de dos ; el profesor respondió tajantemente con un gran no. Así que le pedimos a Megan que se hiciera con nosotros. Ella aceptó
Ese día en la tarde fuimos a su casa para hacer el trabajo.
Poco a poco empezó a haber química entre nosotros y empezamos a hablar por whatsapp pero aún no se lo contaría a Stephen.
Sólo son recuerdos inolvidables esto que comento.
El tiempo pasó y yo me enamoraba más y más de ella. Y ¿cómo no hacerlo? Era inevitable, así como sería inevitable que llegara el fin de la humanidad; pero para eso aún faltaba, así que debía aprovechar ese tiempo que nos daba la naturaleza.
Un día después de clases sucedió algo que deseaba. Nos besamos. Hablamos sin palabras, reíamos con los labios juntos.
Lamentablemente ella no sólo tenía algo conmigo, también lo tenía a escondidas con Stephen y él no me lo contó, pensé que él me contaba todo pero no era así. Yo no le había dicho nada a él por mantener la cautela y hasta no tener algo serio no le contaría.
Perdón si soy algo despistado en el tiempo y orden pero no es el momento de exigir, ya que mi amigo está muriendo.
