El amor duele, los dos lo sabemos. Sus besos me elevan al cielo pero sus gritos me hacen hundirme cada vez más. Tan sólo nos miramos devastados, sin saber cómo hemos llegado hasta este punto, hasta este límite sin retorno. Mis lágrimas no me dejan ver lo éstupido que nos hemos vuelto. No quiero verlo, no quiero que me toque.
-Krystal...- susurra con voz estrangulada, su cuerpo en tensión está entrando en pánico, cierra sus puños.
-No- sollozo cuando intenta acercarse.
Le da igual si los vecinos le escuchan, simplemente grita rabioso, noto que va a estallar porque yo también estoy a punto de hacerlo.
-¡No puedes tan sólo irte!- exclama poniendo sus fuertes y ahora aterradores brazos en la pared y no puedo escabullirme. Su puño agujerea la pared y le veo sangrar. Mi pecho duele, él me ha hecho esto, me ha convertido en algo dependiente hacia él, me ha humillado, me ha hundido en un eterno abismo. Grito en respuesta y parecemos dos animales heridos que intentan hacerse daño mutuamente.
Empujo su fornido pecho mientras le golpeo, mis ojos no dejan de emanar lágrimas y puedo jurar que él también lo hace. Nos hemos roto, nos hemos partido como un maldito cristal. No me salen las palabras, sólo niego con la cabeza y sigo intentando agredirle. Duele como la mierda, esto no se acaba nunca.
-Dueles- digo rajándome del todo, mis rodillas se doblan, me caigo al suelo y él me sostiene.
-Lo sé- acaricia mi cabello fervientemente, noto su tensión por perderme. Noto sus manos temblar mientras su mano toca mi espalda, sé que intenta que me quede. No puedo hacerlo. Siento que me quiebro y agarro su playera con fuerza, mis dedos se convierten en puños y nuestros recuerdos me aplastan con fuerza. Todo lo que pasamos y se queda en esto, en dos personas heridas que no pueden volver a atrás pero no pueden vivir sin la otra persona.
Él me abraza con fuerza y me besa cómo si fuera la última vez. Esto se siente como una despedida.
Lo es, susurra mi subconsciente.
Respondo a sus labios y mis manos se hunden en su cabello. Le odio tanto que duele como le amo. Es mi centro de gravedad. El beso se acaba y sus ojos parecen vacíos y fríos. Agarra el arma de su cadera y me la entrega, grito del susto pero él tapa mi boca y me hace apuntarle.
-Si te vas, apreta el gatillo.
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Buenaaas!! Esta historia es tan emocionante... ¡Espero que os guste! Os deja con la intriga eeh, pero seguid leyendoo es tan *saltito,saltito* jajaja
Fav y votos plis, lectores fantasmas noo:(
Y tampoco copiar la historia, está registrada en SafeCreative.
OS AMO Angels
p.d: La foto es de "ellos" cuando él pone los brazos contra la pared.
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OS ESPERO!:)
