No me Conoces

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Nunca había permanecido en un bar tanto tiempo, jugaba con su vaso moviéndolo y escuchando el sonido de los hielos chocar contra el cristal, sabía que afuera estaba lloviendo, lo notaba por la gente que llegaba toda mojada... un suspiro se hizo espacio entre sus labios, odiaba la lluvia, odiaba que llegara así de improviso sin dar tiempo para prepararse pero tuvo que sonreír también, porque aunque odiara la lluvia amaba la ironía, esa estúpida forma de que todo se pone en tu contra a veces, toda la semana el clima estuvo agradable, caluroso y justo ese día, justo ese día que salió de casa sin rumbo fijo, con el corazón roto y sin preocuparse de avisar en donde estaría es que debía llover, para amenizar su tristeza el cielo creyó que una tormenta sería perfecta.

-Quiero otro.

Le pidió al cantinero quien sin cruzar miradas simplemente se limitó a hacer su trabajo, llenar su tercer vaso para luego poner atención a los nuevos clientes que llegaban; el muchacho miró a través del licor, perdiéndose en las pequeñas burbujas que en él se formaban, viendo al otro lado sombras sin real forma entrar por la puerta, ese era su tercer trago y aun no se sentía mareado, odió tanto ser un buen bebedor, quería emborracharse y olvidar todo a su alrededor pero para su mala suerte olvidó llevar su billetera y sólo contaba con el dinero que tenía en sus bolsillos.

-Podría ser peor...

Murmuró para sí mismo bajando su vaso y recargándose en el mesón, queriendo pronunciar esa frase para tentar al destino, ¿podría querer herirlo más? Veamos si de verdad ese día podía volverse aún peor.

-Un whisky con hielo por favor.

Esa voz llamó la atención de quien divagaba en sus pensamientos, volteándose para ver quien se había sentado tan cerca de él y había pedido su mismo trago, había sido la voz de un chico y un chico fue lo que encontró, parecía joven, más joven que él a decir verdad pero lo que llamó su real atención fue esa sonrisa en su rostro, esa estúpida sonrisa que sintió odiaba con toda su alma, ni siquiera lo conocía pero sintió que lo odiaba tanto...

-WooHyun-ah tú sabes, a mi jefe no le gusta que trabajes en el bar.

-No vengo a trabajar –respondió sonriendo con cortesía mientras recibía el vaso-, así que dile que esté tranquilo, hoy soy un simple cliente en su bar.

-Esa excusa ya la has usado y después te vas llevándote a nuestros clientes contigo –responde la sonrisa-, estoy preocupado por ti, ¿sabes?

-No te preocupes hyung, sólo unos días más y seré libre.

Y la conversación murió después de eso, no es que él quisiera oírla pero el chico se había sentado justo a su lado, bueno, a quien le importa, siguió jugando con los hielos de su trago y mirando a través de él, nunca lograría emborracharse con la rapidez que quería si seguía pidiendo eso, pero le gustaba y no estaba de ánimos para probar alcohol insípido sólo para perder la conciencia, no, eso no lo haría por muy mal que esté.

-La lluvia cada vez es más fuerte...

Escuchó nuevamente la profunda voz del desconocido y tuvo que prepararse para ignorar otra conversación pero al ver que nadie le respondía lo miró de soslayo sólo para encontrarse a esos oscuros ojos sobre él, ¿estaba hablándole a él? Genial, lo único que le faltaba era una de esas personas que disfrutan de hablar con desconocidos en un bar, destino en verdad querías que ese fuera el peor día de su vida, ¿no es así?

-Amo la lluvia, es una de las pocas cosas que amo en realidad.

El mayor (a simple vista), sólo se encogió de hombros volviendo su vista a su propio vaso, esperando que el chico se aburriera, se fuera y buscara compañía en alguien más agradable, alguien menos herido y malhumorado.

[WooGyu] No me ConocesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora