CAPÍTULO 13 CONFIANZA

31 6 0
                                    

Narra Juliana.

La semana paso volando y desde el día del accidente con el Carlio ese, que por cierto ya sé lo que es. Desde eso no ha vuelto a pasar nada fuera de lo común. Me siento aliviada, por una parte mis amigos por ahora están a salvo pero también quisiera mostrar mis nuevas habilidades con la magia.

En estos momentos estaba en el patio con Gray practicando mi trucos de magia, y iba progresando lo necesario... Pero Gray anda más seco de lo normal conmigo ¿la razón? Ni yo misma la sé.

—Bien por ahora terminamos —dijo entrando con las manos en sus bolsillos.

Me acerque a él con una gran sonrisa. —¿Y bien como lo hice? —pregunte.

—Bien... —respondió cortante... Como ya dije antes. Está muy extraño conmigo.

Lo tome del brazo haciendo que parase y lo mire con la ceja alzada.

—¿Hice algo malo? —solté más seria.

—¿Hacer qué?

—No sé, algo malo. Te la has pasado todo este tiempo siendo más seco de lo normal... Quiero saber si te hice algo.

—No.

—¿En serio? —me cruce de brazos— Gray por favor dime la verdad.

Giró la mirada —¡Ya te dije que no es nada! —dijo irritado y se fue.

—¡Eres un rarito! —le grite en vano porque ya no estaba cerca. Chasque la lengua frustrada y decidí salir a dar un paseo.

Mamá estaba trabajando y papá aún no llegaba del viaje del trabajo, el miércoles pasado llamo y dijo que regresaba el sábado... O sea que mañana. Sí hoy es viernes pero no hubo clases ¡que dicha!

Me encamine a la casa de Anna para hacerle la visita y charlar un poco con ella. Al pasar por un local de helados, mejor conocida como una heladería... No veo la diferencia, en fin. Veo unos peculiares ojos verdes y me acerco y claramente era ella.

—¡Hola! —salude amigable.

—Oh... Hola Juliana —me sonríe y se acerca— que gusto.

—Igualmente querida Cristal.

—Me alegra —ríe— ¿qué haces por aquí? —pregunta.

—Yo nada, voy en camino a la casa de Anna —dije normalmente.

—¿Anna? —ladea la cabeza— oh... Ya sé la rubia que mantiene contigo. —me señala.

—Sip esa misma.

—Ya veo... —sonríe de nuevo.

—Bueno... —me giré para ir de regreso— pero si quieres me acompañas —le dije que viniera con la mano.

—¿En serio? —sus ojos se iluminaron.

—Sí, claro.

—Gracias, gracias, gracias Juliana —se sonroja y me sigue.

Como se nota que le hacia falta algunos amigos en los que pudiera confiar.

Cuando llegamos a la casa de Anna desde afuera se lograba escuchar una severa bulla, mire apenada a Cristal por lo loca que puede llagar a ser Anna.

Cuando llegamos a la casa de Anna desde afuera se lograba escuchar una severa bulla, mire apenada a Cristal por lo loca que puede llagar a ser Anna

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Revelando secretos [LMD#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora