Sólo Sexo |Fanfic 1°| [Raura]

Cap 20: Casi.

La ciudad de New York es absorbida por una espesa niebla, mientras que mis pies descalzos tocan el húmedo y frío pavimento de la acera.

No hay nadie. Estoy sola.

Lo único que soy capaz de escuchar es el viento a mi alrededor, y el pitido de mi respiración golpear contra mis oídos.

Me atrevo a moverme y camino poco a poco, con cuidado de no pisar nada filoso. Mi cabello suelto, se alborota en el momento en que una escalofriante ráfaga de viento me azota.

Me quedo estática en mi lugar y de pronto, escucho el sonido de mi celular, avisando un mensaje.

Tanteo mi cuerpo en busca del móvil, sin embargo, me concentro en otra cosa, no me había dado cuenta de que llevaba puesta una bata holgada de color blanco aterrorizante, espeluznante.

Demasiado despistada para no darme cuenta, en que momento mi móvil se encuentra entre mis dedos, vibrando.

Desbloqueo la pantalla y observo el mensaje.

"Te persigo"

Y la alarma se activa en mi sistema. Reacciono. Miro a todos los lados, buscando algo que se mueva, o a alguien que quiera hacerme daño, pero no encuentro nada.

Veo una luz a lo lejos del cruce hacia Twenty-Street y viene hacia mi, me esta persiguiendo, así que corro, corro con fuerzas y como nunca jamás lo había hecho.

De pronto, mi pies se detienen, y provoca que me vaya hacia delante bruscamente, pero sin caer. Mi respiración es mas acelerada de lo que pensé, y siento el sudor en mi cuello y frente, al igual que mi cabello pegarse a ellos.

Una sombra amorfa, negra, pasa por mi lado, a una velocidad inhumana. Luego corre por detrás de mi y desaparece.

Cierro los ojos y repito en mi cabeza;

Esto no es real, esto no es real, ¡esto no es real!

Una cara desconocida, imposible de identificar por la la rapidez en la que se filtra en mi mente, en mi cabeza, pasa y me deja mas asustada que antes.

¡No!

Tomo mi cabeza entre mis manos y grito, grito desgarrando mi garganta.

Y en ese momento siento unas manos en mi cintura...

¡Me agarro! ¡me agarro!

Pataleo con fuerza para que me suelte, pero no puedo, me tiene y ya no puedo salir.

Mi vista se vuelca a un lado y veo el abismo, un vacío profundo, ¡me va a tirar! ¡Me va a tirar!

....

—¡Despierta!—siento unas manos en mis hombros, al momento en que me incorporo rápidamente en la cama.

Veo a mi alrededor y me ubico fácilmente. Habitación de Ross.

Miro a la persona que sostiene mis hombros y digo;

—Me tiene...—susurro, mirándolo aterrorizada.—Ross, me tiene, y viene a matarme.

Mi pecho comienza a temblar y mis ojos se cristalizan.

Apreto mis manos en puños y me prohíbo llorar. Sin embargo, no me había dado cuenta de que ya había llorado.

Sus ojos me miran, y por primera vez, veo algo bueno, en ellos, algo agradable, fugaz. Sonrió, no sabe como reaccionar ante aquello, así que me dispongo a hacer una mueca y dirigirme a la puerta. Necesito aire.