Capítulo 1: La subasta

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La música sonaba con fuerza en aquel pabellón de baloncesto. Las mujeres allí presentes esperaban ansiosas que comenzase la gran subasta benéfica que la Universidad Seirin iba a realizar. Todas coincidían con Riko Aida en aquella fabulosa idea de hacer una subasta benéfica de sus jugadores de baloncesto con fin de ayudar a una organización que ayudaba a familias y víctimas del Alzheimer.

Entre bastidores, los que no estaban tan contentos con aquella idea, eran los propios jugadores. No sabían cómo se habían dejado convencer por su entrenadora para hacer algo como esto, desnudarse en una pasarela como si fueran un simple trofeo de carne mientras las mujeres de abajo gritaban y enseñaban los billetes gritando números, números que significaban lo que eran capaces de pagar por un jugador con tal de tenerles todo el día para ellas solas.

- Vamos, animad esas caras – sonreía Riko con efusividad – todas esas mujeres esperan por vosotros.

- Algo me dice que esto va a terminar muy mal – decía cabizbajo Junpei Hyuga.

- No seáis pesimistas, os adoran y es por una buena causa.

- ¿Por qué tenía que ser nuestro equipo? – preguntó esta vez Hiroshi Fukuda.

- Porque sois los chicos más atractivos de la universidad – sonrió Riko aunque todos agacharon la cabeza sabiendo que era un farol, una forma de evitarles el tema. Les mentía descaradamente a la cara simplemente para que subieran a ese escenario.

Kuroko que había mantenido su inexpresión durante todo el día, miró a su lado a un tenso y nervioso Kagami que no dejaba de mover las piernas con nerviosismo. Su amigo no era para nada bueno a la hora de parecer sereno, era un saco de nervios y seguramente lo que más le preocupaba era salir ahí fuera y desnudarse con sensuales movimientos intentando obtener la mayor puja posible y ayudar a la gente de la organización a la que darían el dinero.

- No te preocupes, lo harás bien – dijo Tetsu tocando el hombro de su amigo.

- Te ves muy tranquilo – intentó sonreír Kagami - ¿Cómo puedes estar tan bien con lo que haremos en unos minutos?

- Yo soy invisible, ¿recuerdas? – sonrió Tetsu – prácticamente nadie querrá pagar por mí. ¿Qué querrían que hiciera durante todo el día? Tengo un cuerpo débil, me canso con facilidad y la gente no suele fijarse en mí – susurró Tetsu segundos antes de sonreír.

- Hasta en eso tienes suerte.

- Tú en cambio eres atractivo, fuerte y las chicas se mueren por estar contigo. Seguro que pagan mucho por ti.

- Gracias por los ánimos, Tetsu – sonrió Kagami poniéndose aún más nervioso por el comentario de su amigo. Ya tenía bastante pensando en salir ahí como para que ahora su mejor amigo le dijera todo aquello.

- Dejemos de lamentarnos y pensemos en toda la gente a la que ayudaremos haciendo esto – se escuchó por encima de todo el ruido a Teppei – salgamos ahí y demostremos de lo que somos capaces los del equipo del Seirin.

Al grito de su capitán todos reaccionaron de forma efusiva convencidos de que con él al frente, nada podría pararles, ni siquiera el desnudarse frente a un grupo de mujeres desesperadas, ellos eran verdaderos hombres, valientes que se enfrentarían a todo. Iban decididos siguiendo a su capitán cuando Riko salió al estrado con un micrófono para presentar al primer participante de la subasta.

- Bienvenidas a todas a esta subasta benéfica – sonreía Riko con micrófono en mano – espero que disfrutéis con el espectáculo y pujéis alto para llevaros a uno de estos fantásticos sementales a vuestra casa.

La subasta (Kuroko no basuke; Aokaga, AkaKuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora