Capítulo 20

225 15 0
                                    

- Y se necesita algo para cuidar. Que aliviará el dolor de la pérdida, Alfonso. Usted necesita sentir que es capaz de manejar las situaciones, y el gatito es inofensivo.

- Maullido de los gatitos fuera de tiempo, y esto no va a disminuir el dolor.

- No lo hará. Ella necesita a su padre salir de la cueva y venir a quedarse con ella. Pero no tienen la intención de hacerlo, ¿verdad?

La culpa lo invadió y sin darse cuenta se miró la mano cubierta de cicatrices.

- Maldita sea, Anahi, sabes que no puedo hacer eso.

- No, Alfonso, no sé. - La exasperación era evidente en su voz. - Todo lo que sé es que el descuento de la reacción de algunas personas en mi y Kelly. Y él mismo está negando mucho amor.

Alfonso se frotó el dolor de cuello.

- ¡Mira! Se trataba de ella!

La emoción en la voz de Anahi lo golpeó como un golpe.

- Anahi ...

Su voz era más baja:

- Camina lentamente, querida. El suelo es resbaladizo. Sostenga con cuidado, es un cachorro. - Estaba en la puerta de atrás, y su voz se mezclaba con el sonido de la lluvia. EntãoAnahí acercó el intercomunicador, una voz ronca por la emoción:

- Si se podía ver su cara, no me pregunta nada. Y prometo, voy a enseñarle a cuidar el gatito. Será mi responsabilidad. ¿Está bien, señor?

¿Cómo podía rechazar sin parecer cruel?

- Y también me cuido para el gatito a ver. Miró el intercomunicador con expresión seria.

- Muy gracioso. Está bien. Es su responsabilidad.

Alfonso colgó, pero todavía podía oír el deAnahí voz, altavoz que viene en el mostrador. Kelly estaba ayudando a quitar la tapa y los zapatos mojados.

- ¡Es bonito! - Dijo Anahi.

- ¿Puedo tenerlo? - Kelly preguntó en un susurro.

- Por supuesto que sí. Se necesita un hogar.

- Pero ... decir papá? - La voz de la chica expresó el temor, y Alfonso no le gustó ni un poco. No quería que le tenía miedo.

- Su padre se entera maravillosa idea.

Mentiroso, pensó Alfonso. Y aunque no podía ver la sonrisa de Kelly podría sentirlo por completo. Anahi estaba decidido a hacer que se vea como un héroe en presencia de su hija.

- Es un gato o un gato? - Kelly susurró. Hubo una pausa, una risa, y entonces la respuesta:

- Es un gato, miel.

Tres presencia femenina en la casa. ¿Cómo un hombre podía soportarlo? Aún así, apoyado en el alféizar de la ventana, Alfonso quería estar con ellos. Kelly quería ver la cara, sosteniendo el gatito. Y el dolor lo asfixió nuevo.

- Sus ojos se ven como la suya, señorita. Anahi.

- No creo que lo mío es tan verde, o tan hermoso.

Sin embargo, se pensó Alfonso. Esmeralda y misterioso, como un gato.

- Vamos a mantenerla caliente. Pobrecito, es tremendo. Vamos a la habitación, encender un fuego. Si prefieres algo más envuelto en la toalla y dejar que se acostumbre a ti.

- ¿Cómo lo llamamos?

Nosotros. Ella se unió a Anahi, Alfonso pensaba, y cuando las voces desaparecieron, no podía estar quieto. Se necesitan al menos oír lo que decían, ya que no podía ver a la chica, pensó, por la escalera trasera.

-... Pero nunca he oído de un gato que se reúne cuando se le llama por su nombre - oyó unos minutos más tarde.

- ¿Alguna vez ha tenido gatitos? - Preguntó Kelly, y Alfonso se deslizó a través de la trampilla, en la cocina y de interconexión. Anahí encendió el fuego en la chimenea.

- Sí. Cuando yo era un niño que tenía al menos un tres, además de perros y cabras. - Ella sonrió a la chica, por lo que Alfonso hervir la sangre. - El ganado, los pollos y los cacahuetes Hills.

- Cacahuetes?

- Mi padre es un agricultor. planta de maní.

La cara de Kelly se iluminó.

- Es la mantequilla de maní?

-. No. Él vende la cosecha a las fábricas. - La risa de Kelly llenó el aire, y Alfonso sintió una extraña emoción correr a través de él. - ¿Que crees? - Le preguntó, señalando a la chimenea.

- Es bueno, pero el gatito sigue temblando.

- Habla con ella con afecto, para acostumbrarse a su voz y darse cuenta de que no le hará daño. Se seca el cabello lentamente, mientras que consigo un poco de leche.

Sentado en la esquina del sofá, Kelly parecía paraAnahí, con los ojos muy brillantes.

- Muchas gracias, señorita. Anahi.

- De nada, querida - Anahi dijo, besándola cariñosamente. Anahí se alejó, deteniéndose en la puerta para ver a la chica y el gato. Los animales fueron una de las mejores cosas que tenían los niños que crecieron en la granja.

En sólo cocina iluminada por la luz de la estufa, abrió el refrigerador y sacó la leche, volviéndose hacia el armario para conseguir un platillo. La mano se detuvo en el aire.

El Bello y la Bestia •AyA• (Versión en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora