Dama De Compañia.

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En algún punto cuando me halle a mi misma rota como una muñeca usada, pensé que realmente ya no servía para nada mas.

¿ que debería hacer ?

En realidad no me importaba estar fea y sucia, no me importaba el dolor al que estaba acostumbrada, no me importaba llorar de vez en cuando para desahogarme, al terminar mirando, encontrandome perdida y sola.

Para aquella época apenas rondaba mis 17 años pero ya no me importaba mucho.

Aquel hombre me salvo y me condeno al mismo tiempo, al infierno y al cielo, le dio un sentido a mi vida y me ayudo a mantenerme en mis pies por mi misma, me saco de aquella casa a la que no planeaba volver jamas.

Me dio un hogar que compartí con otras mujeres mas, otras mujeres con historias diferentes y con fondos ocultos.
Me dio ropa y educación me enseño cada cosa que debía saber, desde avanzar con mis estudios de física y química hasta lo mas básico de cortesías, me enseño a distinguir entre cada cubierto y cada copa, me enseño a degustar correctamente los vinos y las comidas.

Para cuando estube totalmente preparada ayudo el mismo a peinarme, me maquilló y me compro un vestido negro ceñido al cuerpo.
Ese vestido lo tenia que pagar yo misma esa noche.

El sonrió con esa sonrisa cálida que me regalaba cada mañana, como a todas las otras chicas.
Me apretó en sus brazos y me dio una seguridad ese día que nadie mas logro superar.

-Hoy te encontraras con un hombre en una fiesta, debes atenderlo bien, ayudarlo y asistirlo en lo que el pida pero con cortesía como toda una dama.- me miro a los ojos- y no olvides no dejes de sonreír el es un hombre muy importante y un conocido mio de hace mucho tiempo- susurro en mi oído antes de hacerme entrar al auto- el es mi mejor cliente no le trates mal y no me de fraudes a mi.-

Lo vi mover su mano despidiendome mientras el carro en el que iba se le perdía de vista en la lejanía.

Esa noche me convertí en dama de compañía, un termino que yo desconocía.