Desastroso Desenlace (Riren)

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La gente pasaba ante mis ojos de un lado a otro, buscando la mejor posición para abordar el tren que se aproximaba a gran velocidad. Me puse de pie, dispuesto a esperar que arribara en la zona de pasajeros.

Estaba realmente agotado, mi empleo era estresante y últimamente me costaba mucho trabajo encontrar una razón cada mañana para levantarme de la cama, abandonar mi hogar y vivir como cualquier persona normal en esta sociedad de mierda.

Tengo 24 años, mi nombre es Levi Ackerman, me considero alguien serio, de carácter inquebrantable y meticuloso en todo aspecto, sobre todo en la limpieza, simplemente no logro tolerar a los imbéciles que no se asean y que no saben cómo mantener un lugar en orden.

Mi casa queda hacia el Sur de la ciudad, así que mi rutina es la misma todos los días: levantarme, odiar mi vida, desayunar, ir a mi empleo, soportar el estrés, tomar el tren de regreso y esperar una maldita eternidad a que este arribe, finalmente llego a mi casa y duermo para repetir los mismos pasos una y otra vez.

Mi empleo consiste en atender una biblioteca estudiantil, es una bastante grande y los jóvenes no tienen respeto por mantener el orden de esta.

El tren se acercaba echando chirridos metálicos. Alcé la vista, observando el andén contrario; era una costumbre mía dar una mirada hacia allá antes de abordar mi transporte.

Me encontraba siguiendo mi costumbre como siempre, cuando por primera vez en mi vida alguien llamó mi atención y de una manera extravagante. Sentado en la última de las bancas, allí yacía un chico de cabello castaño claro, sus ojos eran dos esmeraldas penetrantes con un ligero brillo precioso, su piel era sutilmente morena y su rostro era fino y hermoso, vestía un uniforme escolar constituido por un pantalón de color negro y zapatos del mismo color, una camisa blanca tipo polo con una elegante corbata de color rojo. Este era el uniforme de la escuela para la que trabajo. Pero lo que más atrajo mi atención fueron sus manos: pequeñas, delgadas y de un color perfecto. Quería tocarlas a como diera lugar, casi sentí celos del libro que sostenía entre ellas.

Estaba atónito ante su belleza, me quedé perplejo mirándolo profundamente, mis piernas comenzaron a sentirse débiles y mi voz se quebró, mis manos temblaban y mi mente se desborda en un mar de pensamientos. Salí de mi trance gracias al tren que corto mi visión posicionándose en medio de nosotros. Sin pensarlo dos veces me abalancé al interior e hice un esfuerzo por pasar a toda la gente que apenas y se podía mover un poco. Llegué a la ventana contraria y pude seguir contemplándolo hasta que el tren cerró sus puertas y comenzó a avanzar lentamente. Pude notar como el chico alzaba la vista y miraba hacia la dirección en que me encontraba. Casi fue como un sueño.

Durante el trayecto no pude dejar de pensar en él: me preguntaba su nombre, edad y que hacia tan tarde fuera de casa. no pare de darle vueltas al asunto, había quedado flechado por su físico. Esa noche soñé la misma escena una y otra vez, pero esta vez él me miraba directamente a los ojos y nos quedábamos así hasta que el mismo tren nos interrumpía.

A la mañana siguiente me sentía diferente, me encontraba extrañamente alegre y deseoso de salir de casa. No era por el trabajo por supuesto, quería verlo a como diera lugar, lo necesitaba, quería acercarme a él, hablarle y entrelazar nuestras manos, acurrucarme con él en mi cama toda la noche y platicar sobre su día... Quería que me perteneciera a como diera lugar.

Espera un momento, ¿Por qué me sentía así por un mocoso?

Llegue al instituto, era el más grande de la ciudad y asistían toda clase de jóvenes a el, ya fueran adinerados, de excelentes calificaciones o vándalos.

Estaba ansioso, sabia que ese chico asistía a clases a este instituto. Nunca lo había visto antes, tal vez acababa de ser transferido.

Mi día se constituyó de arduo trabajo manteniendo el orden y silenciando algunos alumnos escandalosos de vez en cuando, llevando a su lugar los libros que eran utilizados, creando registros para los nuevos libros que acababan de llegar, respondiendo dudas tontas, recibiendo y entregando libros. Comencé a creer que era demasiado trabajo y una biblioteca enorme para que solo una persona trabajara ahí.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2016 ⏰

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