Cuestión de tiempo...

Introducción.

Sus piernas dejaron de sostenerle y cayó de rodillas. La lluvia golpeaba su cara haciendo que la sangre se difuminara. De lo más profundo de su mente empezó a emerger una palabra: VENGANZA.
Sentía cada músculo de su cuerpo entumecido, no le molestaba estar sólo en ropa interior en medio de una avenida; mucho menos la gente que se detenía a observar su magullado y pequeño cuerpo. Un joven se acercó corriendo a ella, no molestandose siquiera a cerrar la puerta de su automóvil, en ese momento no sentía miedo de que otro hombre la tocase, estaba cegada. El joven la tomó en sus brazos rogándole que mantuviese sus ojos abiertos, pero las fuerzas de la muchacha se desvanecían.
Aún así usó sus últimas energías para prometerse a si misma que recordaría a esos dos bastardos y a esa bruja por el resto de su vida. Nunca se le olvidaría lo que sus padres adoptivos le hicieron; al fin y al cabo las personas cuerdas no adoptan a una frágil niña para utilizarla como saco de boxeo y saciar sus necesidades. Kenzie acabaría con ellos, como ellos habían acabado con ella, y eso era sólo cuestión de tiempo.