Capitulo 40

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Narra Luke

No podía hacerlo.

Le di la espalda a la agencia de viajes que tanto me había costado encontrar. Últimamente me fatigaba con mayor facilidad. Estaba perdiendo la forma, y parecía que no había nada para poder detener eso.

Me sentía más humano que nunca antes, y no me alegraba tanto como debería.

Ni siquiera me había atrevido a aparecer en la casa y entregarles el cadáver, como había estado convencido de hacer en un principio. Simplemente lo había dejado lo suficientemente lejos como para que nadie lo pudiera relacionar conmigo.

Me encontraba de mal humor más a menudo, corría a una velocidad notablemente menor, me cansaba mucho antes que hacía una semana... y alguna cosa extraña más.

La guinda de la semana había sido mi último encuentro con Kat.

Había acabado de darle una secreta visita a su madre, y después de ver lo mal que tenía la cara la ira había comenzado a acumularse dentro de mí. Sentía que Kat me echaría la culpa, que me criticaría por ello. Después de todo, yo fui el que le dio esos golpes.

Me comporté como un maldito capullo con ella. Me daba asco a mí mismo por todo lo que le dije. Sabía que le iba a hacer daño, y de alguna forma ella había sido mi blanco para calmar mi ira.

Ella. Kat. La pobre Kat. No podía ser más humilde e ingénua porque no habría nacido, y precisamente ella estaba pasando por toda esta mierda.

Y en lugar de ayudarla iba yo y la hundía todavía más. Incluso la llegué a amenazar de muerte.

Si salgo de esta, voy a tener que matarme. No me perdonaría nunca haberle hecho eso.

Seguro que ahora me odiaba. Aún peor. Seguiría queriéndome, y se sentirá como una mierda por querer a un gilipoyas como yo. Se preguntará por qué cojones ha llegado a enamorarse de alguien como yo, y estará arrepintiéndose de haber comprado esa casa y de haberme dirigido una palabra en primer lugar.

Debería haber llamado a la policía cuando me vio en mi casa por primera vez. Joder, debería haberme pegado con una sartén en la cabeza.

Pero, si yo iba a acabar muerto, ¿por qué hacerla pasar por todo esto? ¿por qué no acabar con esto ya, y ahorrarle sufrimiento?

Podría ir a esa casa, cargarme a mi puto tío de una puta vez, y morir una vez estuviese seguro de que Kat tendría la vida feliz y tranquila que merecía.

Me dolía el corazón de pensar en ella con una familia y un hombre que no fuera yo a su lado, que no la conociera como yo, pero no había otra opción. No había más puertas abiertas en el tunel en el que había arrastrado a Kat.

Ella tenía razón. Demostré lo egoista que era cuando le negué la opción de acabar con su pesadilla de vida cuando me lo pidió. Le demandé tiempo, y le obligué a aceptar mis condiciones, a pesar de que cada vez la estaba llevando más cerca del avismo.

¿En qué cojones estaba pensando? ¿En que cambiarían de opinión y nos dejarían vivir por todo el morro? ¿Y yo mismo le dije que los conocía a la perfección? ¿Mejor que ella?

No era más que un estúpido que creía que podía acabar con todos yo solo, que todo el mundo iba a hablar de lo bien que podía solucionar cosas sin apenas pensarlas, que era un talento natural que salía sin esfuerzo.

Ni siquiera había dejado de vigilar a Kat desde que le dije eso. ¿Cómo iba a dejar de protegerla? Vivía para que respirase y no tuviera dificultad alguna, y sin ella no pensaba irme a ningún otro país.

No confies en los fantasmas || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora