5 de abril de 2016

26 0 2
                                    

Querido abuelo.

Te escribo esta carta por la razón de que no puedo hablar actualmente contigo en persona, hace casi cuatro años que te fuiste y todo ha cambiado tanto desde entonces. Al inicio pensaba que podría seguir adelante junto con las personas que tenía a mí alrededor pero con el tiempo me fui dando cuenta de que no era así y jamás lo sería. Cada día había sido realmente difícil, llegar a tu casa creyendo que te encontraría mirando la televisión en tu sillón favorito o durmiendo en la mesa de la cocina, pero eso nunca sucedió, aún en estos días a pesar de saber que no estás más en este mundo, sigo deseando escuchar tu voz llamándome Adreita, o cuando decías que si quería ver una ''pelucula'' y yo siempre te repetía que se decía ''película'' pero tú insistías en que no era así.

Debo admitir que te extraño con cada fibra de mi ser, que cada momento que ha pasado desde tu partida no sé cómo he logrado vivir sin llegar un día a decir -HASTA AQUÍ-. Probablemente se deba a que todos los días veo a mi abuela que, a pesar de que tu partida fue más fuerte para ella, ella sigue adelante en esta vida y no se rinde ni se rompe; o tal vez porque veo a mi mamá que toda su vida ha tenido que luchar por un futuro mejor para ella y para mí, y nunca se ha rendido ni ha tirado todo a la borda; seguramente también se debe a que te recuerdo a ti, que a pesar de las enfermedades que tenías y que ya no podías dibujar como antes, seguías aquí, hasta el final, nunca te rendiste, siempre aguantaste hasta tu último respiro.

Mi objetivo de esta carta no era solo para rememorar cosas que sucedieron hace años contigo y poder revivir tu recuerdo. Más bien, es para pedirte algún consejo aunque, tal vez este no me llegue, o, mis palabras no lleguen a ti. Si ese es el caso, esta carta solo me servirá para desahogar un nudo que traigo atorado en la garganta desde hace ya mucho tiempo. Bueno, como te iba diciendo, el asunto del problema fue apareciendo cuando entre a la universidad. Todo era realmente maravilloso aquí, estaba con mis amigos, traía mis trabajos presentables, y estaba estudiando lo que deseaba.

O eso creía.

Al pasar los meses después de reprobar primer semestre dos veces y terminar en evaluación permanente, comencé a cuestionarme - ¿Realmente es aquí donde debo estar yo?- Ahí fue cuando me di a la tarea de reflexionar sobre toda mi vida, recordé entonces, cuando te acompañaba a la preparatoria CBTIS 21, cuando ibas a dar clases y después solo cuando venías por tu cheque, en ese entonces yo estaba segura de que esta era la preparatoria donde quería estar; y así fue cuando llegó el momento de entrar a la preparatoria. Desde mucho antes yo estaba decidida a entrar a Arquitectura cuando fuera a la universidad, quería ser arquitecta igual que tú; pero después descubrí el Diseño Industrial y quise tomar ese camino, malamente para mí, había un camino más que me llevaba a otro lugar desconocido, que era la Psicología. Yo adoraba todo lo relacionado con esa profesión, y todos me decía que debía estudiarla, pero, preferí irme por el camino del Diseño Industrial.

Ahora que estoy estancada aquí a punto de reprobar más materias, me doy cuenta de que yo no debí entrar a Diseño Industrial, sino más bien debí ir a Psicología, porque estando aquí lo único en lo que pienso es en Psicología y que en estos momentos debería estar allá y no aquí. Tal vez entre a esta carrera porque quería estar cerca de las personas que conozco y me aterraba alejarme de todos y seguir sola, tal vez quería sentirme cerca de ti en una facultad que tú junto a otras personas iniciaste. O tal vez, si quería entrar a Diseño Industrial, pero solo para aprender algunas cosas como si se tratara de un taller, y luego lo dejaría cuando hubiera aprendido todo lo que necesitaba y quería y todo estaría bien.

No conozco realmente las razones por las que llegué aquí, pero si conozco por las que me iré de aquí.

Mientras sigo en esta facultad, lo que pienso más que nada es que solo estoy desperdiciando dinero y tiempo, tanto mío como de mi mamá; solamente estoy generando más gastos de los que ya tenemos, en lugar de, de una vez por todas cerrar este ciclo y esperar por empezar uno nuevo después. A lo mejor no lo he hecho por el miedo a lo que vallan a decir en casa, me da demasiado miedo pensar en cómo reaccionará mi familia cuando sepan que no quiero seguir más en la universidad y quiero encontrar un trabajo. Todos los días me he imaginado esa escena, y sigo pensando que no será así como reaccionen. Me imagino a mi mamá estresándose hasta no poder más, llorando tal vez y diciéndome por qué no le dije nada de esto antes, pensando en alguna solución a esto o esperando a que solo esté bromeando; mi abuela... que sería la peor de todas, me la imagino enfurecida, mentándome hasta lo que no, diciéndome que soy como mis amigos, unos buenos para nada y que nunca llegaré a ser alguien en la vida, estaría totalmente decepcionada de mí. Por último, mi papá... Sinceramente no sé cómo reaccionaría él; tal vez se decepcione, tal vez se enoje, o tal vez no le valla a importar, tal y como parece no le ha importado hasta ahora mi vida, o eso es lo que demuestra.

Yo sé, o al menos quiero imaginar, que si tú te encontraras aquí aún, al contrario de todos ellos... tú me apoyarías sin lugar a dudas, desde el primer segundo después de que les dijera de mi decisión me abrazarías realmente fuerte (o lo que tus brazos permitieran) y me dirías que todo estará bien, me dirías que no importa, es mi vida y yo puedo equivocarme a veces, dirías que estarás conmigo en todo momento y juntos saldremos de esto.

Pero, el caso está en que no estás aquí, no puedes abrazarme, mucho menos puedo escuchar tu voz, o simplemente verte. Me bastaría con ver una mirada tuya que dijera que todo estará bien después; pero eso no podrá ser posible nunca más, porque la vida es no es una perra.

Muchas veces quise escribir una carta contando todo este tipo de cosas a un persona que yo supiera que me escucharía, las primeras veces intentaba escribirle a un familiar; pero me di cuenta de que ya tenían demasiados problemas como para darles aún más de mi parte, todo era más fácil mientras siguieran pensando que todo estaba bien en mí. Después, intente escribirle a mi ex novio, pero, me di cuenta de que él tenía su propia vida, y aunque me dijera que siempre podría confiar en él, preferí no pedirle más que esas palabras que me había dejado.

Finalmente había decidido por escribirle a algún desconocido, no sabía nada de la vida de esa persona pero, esa persona si sabría de la mía. Había comenzado a escribir las cartas, pero, termine por no escribirlas sabiendo que yo quería ser leída por alguien a quien le importara y que sabría se tomaría el tiempo en leerme. Y así fue como termine escribiéndote a ti.

Sé que no tendré respuesta de esta carta, y que posiblemente ni vallas a leerla, pero, me siento bien sabiendo que pude terminar de escribirla.

Extrañándote con el alma. Tu nieta.

Cartas a un lejano pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora