1: Adiós.

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Antes de que tu, lector querido empieces a leer, quiero avisarte de que no he puesto su sinopsis. Ya que deseo que todo se vea mediante la historia. Sin mas, que disfrutes.

Se encontraba en una sala bastante grande, el estaba en medio, sentado sobre una cama.
Bajó su mirada y alcanzó a ver una aguja clavada en su brazo, que al seguir el tubo que tenia llegó hasta una bolsa transparente que colgaba sobre el Tripie.

Alzó la vista para ubicarse en donde se encontraba. Una aburrida sala de hospital.

A su derecha se hallaba una mujer durmiendo en el sofá que se encontraba allí.

Por alguna razón, Kyle estaba desorientado.

En esa entró un señor con una bata blanca, parecía doctor y se paró delante de la camilla.

–Kyle... –Cuando pronunció el nombre la mujer se levanto.

–Doctor...

–No hagas mas locuras. Se nos fue muy difícil sacar la cuchilla que te metiste. Por suerte salió y estas bien. Pensamos en darte el alta hoy. Pero queremos dejarte en revisión de un Psiquiatra.

–¿Psiquiatra? ¿Esta de coña? –Gruñó.

–Calma... –Murmuro la mujer.

–Tenemos los permisos. Disculpen. –Se fue de la habitación.

–¿Es joda, cierto?

–No, hijo. –Miró el suelo.

Kyle Se levantó como pudo, y sin escuchar los sermones de su madre, se fue a un pasillo que tenía una maquina de bebidas.

–Disculpe, los enfermos no pueden tomar bebidas que no sean recetadas. –Se acercó una enfermera.

–¿A quien le dices enfermo? –Giró su cabeza para verla. –¿No piensas antes de hablar? ¿No me vez? –Señaló con sus manos. – Estoy perfecto. – Dijo y le dejó un miedo a la señorita. Ella solo siguió su camino y el chico golpeaba la maquina, ya que no tenía dinero.

Un chico paso corriendo con unas flores y sin mirar tropezó con Kyle, dejandolos en el suelo.

–Ughh –Gruño Kyle. –A ver si te fijas donde pisas, imbécil.

–¡Perdoneme! Estoy de prisa. –Se levantó y ayudó al joven a hacer lo mismo.

–¿Y? No significa que tengas que atropellar a personas.

–¿Esta enfermo? ¿Lo llevo a su camilla? ¿Esta despierto?

Kyle se le quedo mirando con cara de disgusto y rareza al mismo tiempo.

–No estoy enfermo. No gracias. Y... No, ¿sabes que no? –Lo rebajó.

–Ya veo... Lo lamento otra vez.

Kyle siguió pateando la maquina para conseguir algo pero el chico se adelantó y metió un billete de diez dolares y cayó una Agua con gas.

–De nada.

–No he dicho gracias. –Tomó la lata y le dio un sorbo.

–Bueno, debo irme. Un gusto. –Sonrió y siguió su camino.

–Pf. –Hizo un sonido y volvió a su habitación.

–¡No puedes beber eso! –Gritó la mujer al levantarse de su asiento.

–¿Que? ¿A caso me pasa algo en el estomago? –Tomó otro sorbo.

–¿Por que nunca me haces caso? –Soltó un suspiro.

–Si ordenarás cosas coherentes, tal vez lo haría.

En ese momento se escuchó una especie de disparo, no muy lejos.

–¿Heh? –Se dio la vuelta.

Abrió la puerta un hombre con un pasamontañas color negro, llevava un arma de fuego.

Antes de que la mujer pudiera hechar un grito, el apretó un gatillo y disparó en su garganta.

Kyle estaba paralizado, pero el asesino se detuvo por un segundo y lo observó.

–¿No estabas enfermo? –Esa persona en la que se le veían sus ojos miel, desapareció. Probablemente había corrido sin que Kyle se dará cuenta.

*Una Semana Después*

–¿Lo haras? –Lo miró.

Kyle se encontraba en un cementerio junto con muchas personas vestidas de negro para enterrar a su madre.

Había pasado una semana después del incidente en el hospital. Kyle aún no pisaba la escuela, se había mudado a la casa de sus abuelos, ya que era lo único que le quedaba.

–No lo haré. –Kyle se dio la vuelta y miró el suelo. Su abuela se había quedado sorprendida de que no quisiera tirarle la tierra encima del ataúd.

Al terminal la ceremonia, ya casi todos se habían ido. Menos el. Se dirigió a la tumba de su madre ya cubierta de tierra y su placa arriba de ella.

–¿Sabes? No te he tirado la tierra. Todos lo han hecho...

Solo se escuchaba el sonido del viento y los arboles moviendo sus ramas y hojas.

–Pero eso significa que te estoy dejando ir... Y no lo haré. ¡No te dejaré ir! No me lo perdonaría... –Chilló mirando el suelo.

Una lágrima adorno su mejilla y cayó encima de la placa de su madre.

–¿Por que no me habrá matado a mí? –Respiro hondo.–  ¡¿Por que no te salvé?! –Largó un grito que sobresalto a las palomas que posaban en una fuente en medio del cementerio.

–¡Perdón Mamá!

Se secó las lágrimas y miro el reloj.

–Mamá... Se me hace tarde... Pero no quiero dejarte aquí sola... –Se arrodilló frente a la tumba y beso la placa con el nombre de su madre. –Te amo mamá... –Se levantó y caminó con sus ojos cristalizados.

Cuando llegó a su casa, sus abuelos lo recibieron y se sentaron a cenar.

Había sido una cena muy incomoda, nadie hablaba. Y Kyle solo miraba el plato.

–¿Cielo o Infierno? –Soltó los utensilios y abrió los ojos sin pestañear.

–¿Heh? –preguntó su abuelo extrañado.

–¿Donde fue? –Movió su cuello y miro a su abuela. Ella se quedo callada. –Capaz al cielo... O tal vez... ¿Al infierno? –Se levantó de la mesa y fue a su habitación, seguida de cerrar su puerta con llave y tirandose a la cama mirando el techo.

–¿Mamá era buena? ¿Si yo moriría... A donde iría?

–Kyle... Kyle abre la puerta.. –Dijo el abuelo detrás de esta.

El no contestó ni obedeció. Tan solo cerró sus ojos y sonrió.

–Tal vez yo vaya al infierno.

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Hola (?)
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Ya que había terminado la planificación del libro; decidí publicarla. ^^

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⏰ Última actualización: Sep 11, 2016 ⏰

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Un Demonio En El Cielo (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora