4 de Abril de 2094.
Hace doce semanas que los conquistadores llegaron a mi ciudad, a parte de las ruinas, sólo se huele el miedo entre los supervivientes.
El corte de energía lo ejecutaron la semana pasada.
Hace dos semanas que los conquistadores entraron en la casa de mi amiga Amy.
No volví a saber de ella.
Seguramente ya está muerta, quizás abrasada, o triturada, no lo sé.
Nunca supe que hacían con los secuestrados.
Cuando era pequeña, mi abuela me decía, que en sus tiempos, la gente tenía fe de que en el futuro todo se arreglaría, que en el mundo reinaría la paz y que habría grandes avances tecnológicos. Pero desde la llegada de los conquistadores a La Tierra, todo cambio, el hambre aumento, las muertes por supuesto también, y todo se volvió un caos.
Ahora la gente no se preocupa por mantener limpia su casa, o ir bien arreglada al trabajo, simplemente ahora la gente se preocupa por sobrevivir.
Mi padre es un secuestrado. Mi familia me repite todos los días que no lo voy a volver a ver. Pero yo estoy segura de que algún día volverá.
Mi vecino Miguel se quedó sin familia la semana pasada. Él y su hermana viven ahora con nosotros. Su madre es una secuestrada, pero su padre, murió a principios del ataque por una bomba que explotaron los conquistadores en la calle 112.
Miguel estaba con su padre el día de la explosión. Pero el sobrevivió. Pero a cambio se quedó sordo. Mi madre trabajaba en un colegio para minusválidos y nos está enseñando a los dos a hablar lenguaje de signos.
Pero no tiene mucho tiempo. Mi madre es una heroína. Siempre sale a la calle, con el riesgo a ser una secuestrada, para coger comida de los supermercados abandonados. No se cuanto aguantaremos así. Los conquistadores envenenaron todas las fuentes de la ciudad. Necesitamos ir al río todos los días.
No se cuando acabará esto, pero le prometí a Miguel que encontraríamos a su madre y a papá, que pronto acabaría esto.