Capítulo 17

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Narra Alice:

Estamos todos sentados enfrente del teléfono y los móviles. Todos los músculos de mi cuerpo se encuentran en tensión, justo igual que mis pensamientos. Escuchamos un ruido y enseguida nos alertamos. No es el tono de llamada de ningún móvil, tampoco es el sonido del teléfono o el timbre de casa. Más bien suena como alguien entrando a casa de Jimin por la reja del jardín. A través de las cortinas que dan a la entrada lo visualizamos. Se encuentra allí, a sólo unos metros de nosotros. Como acto reflejo nos levantamos y nos ponemos en guardia.

-Nos dividiremos en parejas y nos esconderemos en habitaciones diferentes. Que cada pareja coja un móvil o teléfono. No podrá ir a por los dos a la vez, así que los que no sean perseguidos deben llamar a la policía, ¿entendido?- explica Tae su plan pensado en décimas de segundo.

Mi madre y yo nos encontramos paralizadas viendo como su esbelta figura avanza hacia nosotros. Tae y la madre de Jimin se miran entre ellos y agarran un móvil cada uno. Tae toma la muñeca de mamá y empieza a correr. Mi suegra hace lo correspondiente conmigo y nos separamos en el segundo piso por caminos perpendiculares. Mi corazón aumenta su ritmo al escuchar sus zancadas recorrer la escalera. Entramos en el baño y cerramos la puerta tras nosotras. Permanecemos en total silencio, como si de un entierro se tratara, intentando aclarar si los pasos se acercan o se alejan. La madre de Jimin saca rápidamente el móvil del bolsillo de su pantalón y marca el número del agente.

-Sé donde se encuentra su hijo. Lo encontramos en el sótano de la supuesta casa de Seunghyo. Tiene quemaduras graves por todo el cuerpo y se halla inconsciente. Aún así, su vida está fuera de peligro- informa el policía diligentemente. Sin embargo, el rostro de su madre no cambia ni un poco.

-Yo sé dónde está Seunghyo- sentencia ella.- Está en mi casa, probablemente nos esté buscando.

-Dígame la calle y los agentes que se encuentren más cerca irán de inmediato.

- Calle Supyo-ro, número 9- susurra una última vez antes de pasarme el aparato. La miro extrañada y me indica que le salude.

-H-hola, soy la hija de Seunghyo- digo avergonzada.

-¿Te sentirás más tranquila si me mantengo hablando contigo?

-Sí- admito sin vacilar.- Muchas gracias por todo lo que han hecho por nosotros.

-No nos las des, sólo hacemos nuestro trabajo. La patrulla tardará unos dos minutos en llegar, ¿podréis aguantar hasta entonces?

-Sí- digo decidida.- Mi hermano ya pudo retenerle ayer.

-Bien, no hagáis nada imprudente y-dice hasta ser interrumpido por un grito que surge desde el fondo del pasillo.- ¿Qué ha pasado?

-No lo sé, pero ese grito era de mi madre. Talvez les ha encontrado- digo perdiendo toda la confianza que había ganado instantes antes.

El agente cuelga y noto como mi cuerpo entero se paraliza. Escucho como un objeto pesado cae al suelo causando un gran estruendo. Seguidamente escucho decenas de pasos avanzar por la casa. Aproximadamente la mitad siguen su camino por las escaleras. El grupo se vuelve a dividir por las dos direcciones que sigue el pasillo de la planta superior. La madre de Jimin me sostiene en sus brazos, logrando que no me desmaye o entre en pánico. La puerta del baño se abre de golpe. Frente a nosotras se encuentran dos hombres vestidos con los uniformes de la Policía de Seúl. Nos dedican algunas palabras tranquilizadoras y nos sacan del domicilio, que en estos momentos se encuentra a rebosar de agentes armados. Nos hacen entrar en un coche de policía en el que no hay nadie a parte de nosotras.

-Mamá... Taehyung...-suspiro mientras observo la casa desde fuera.

-Ellos estarán bien, te lo aseguro. Ya has visto la presencia policial que había allí dentro. No podrá escapar de ninguna forma- dice sosteniendo mi mano.

-Y-yo... Jimin... Me alegro tanto de que esté bien- digo, ya con lágrimas resbalando por mis mejillas. La madre de Jimin también cede camino a su lamento, haciendo que me fije por primera vez en sus preciosos ojos miel.

Cuando menos nos lo esperamos se abre la puerta del coche y entra mi madre bastante afectada.

-¿Dónde está Tae?- pregunto a los pocos segundos de que ella entre.

-Aquí estoy- dice entrando de manera triunfal en la parte delantera del coche.

El coche emprende su camino hasta la comisaría. Una vez allí nos dejan entrar en una sala alejada de los ciudadanos que vienen a hacer distintos trámites, llevándose a mi madre con ellos. La madre de Jimin nos explica que ahora firmará todas las autorizaciones que ella entregó, sólo para confirmar que eran ciertas. Pasa una hora y media hasta que nos dejan salir de allí. Cuando salimos una fresca brisa nos hace revolotear el pelo. Después de aquel mal trago, no necesito nada más que un poco de aire para aclarar mis pensamientos.

Volvemos a casa de Jimin, pero únicamente para coger el coche y dirigirnos después al hospital donde se encuentra ingresado Jimin. La mujer de la recepción nos indica la habitación con suma delicadeza e incluso nos acompaña un trozo del camino. Una vez delante de la habitación, la madre de Jimin entra primero levemente asustada. Aquello de quemaduras graves e inconsciente no suena para nada bien, incluso cuando la enfermera nos ha informado de que ya había vuelto en sí. La demora me desespera haciéndome dar vueltas por el pasillo. Cuando sale mi suegra pronuncia unas simples palabras que me hacen la chica más feliz del mundo.

-Él quiere verte- dice con una sonrisa en el rostro que llevaba desaparecida todo el día.

Corro hacia él, ignorando la normativa del hospital. Me quedo anonadada en verle, tiene los brazos vendados de los hombros hasta las muñecas y una venda que le rodea la parte superior de la cabeza, pasando por su frente, tiznada de sangre. Aún así se muestra con un gesto feliz. Me acerco hacia él con cuidado, intentando no molestar y me siento en el asiento que hay cerca de la camilla.

-¿Cómo estás?- pregunto con miedo a su respuesta.

-Bien, ya ha pasado lo peor. Ahora sólo necesito un poco de reposo y todo volverá a ser como antes- ríe él.- Mi madre me ha dicho que Seunghyo ha sido capturado- asiento con la cabeza dándole la razón. Jimin suspira.- Menudo alivio.

-La verdad es que sí. Esperemos que todo vaya bien y cumpla con la orden de alejamiento. Aún así, seguramente sea deportado a alguna cárcel de otro país.

-Me alegro tanto- Jimin se hace a un lado de la cama, dejando un hueco a su derecha.- Siéntate conmigo- me pide de manera tierna.

Con cierta dificultad consigo subir a la camilla sin tocar sus heridas. Una vez a su lado puedo notar cortes y arañazos de los que no me había dado cuenta. Con la palma de mi mano recorro las heridas de su cara, como si de alguna forma de esta manera las lograra curar. Me muestra una vez su perfecta sonrisa, como siempre impecable. Codiciosamente capturo sus labios, queriendo mantenerlo a mi lado y sin que nada pueda separarnos.

I don't like boys like you - JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora