Capítulo 7: Cambio de aires

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Cambio de aires.

Llevábamos 2 días caminando dentro del túnel, allí se hallaba un pequeño candelabro, la luz era algo escasa había que encenderlo cada cierto tiempo

-Se he vuelto a quedar sin luz, necesito algo para volver a encenderlo- Era un largo camino hasta Trento nos esperaban 3 días sin descanso y no teníamos comida por suerte, Gilberto tenia todo preparado, parecía como si esto lo hubiera hecho en mas de una ocasión.

-Tengo una cerilla-.

La cogí y con ella encendí el candelabro, el túnel parecía algo tétrico, estaba algo desgastado ya que parecía tener siglos de antigüedad. A medida que pasábamos por el sitio correcto, con un poco de la luz del candelabro encendía las antorchas que había en la pared.

-El camino es largo pero tenemos que escapar por aquí es la única salida y alternativa que tenemos-.

Madre pero sobre todo Fernando estaban asustados, no podía decir la verdad pero tampoco sabia el motivo, esperaba que tío Leñador pudiera explicarlo todo.

Gilberto parecía pensativo y tenia la mirada algo perdida , quería preguntar pero, prefería no hacerle recordar algún mal recuerdo.

-Gilberto, voy a sacar el mapa del túnel para ver si vamos bien.-

-¿Tienes un mapa?.-

-Si.-

-Pero, ¿Tú ya habías estado antes aquí?.-

-No, solo que siempre hacia mapas sobre los túneles, de hecho tengo de todos y cada uno de ellos, ¿Porque iba yo a estar aquí si nunca llegue a ver como era en realidad esto?.- En ese momento mas dudas llenaban mi cabeza.

-De acuerdo solo preguntaba y este mapa esta realmente bien elaborado, incluso tiene los sitios secretos donde hay tesoros.-

-Supuse que cualquier lugar escondía secretos, eso es un añadido pero nunca pensé que iba a acertar en ello.-

-Te conoces muy bien estos sitios y además serias capaz de orientarte por ti misma.- El sonrió mirándome con la mano izquierda en uno de los lados del mapa.

-Gracias pero ese merito se lo debo a padre el me enseño todo lo que tenia que saber.- Sonreí ampliamente mientras que, con la mano derecha, sostenía la otra punta del mapa.- Estamos cerca solo hay que poder llegar al extremo de ese puente.-

La altura del puente era elevada no estaba roto pero, el lugar era lo bastante antiguo como para pensar que algunos objetos, eran inestables, pero pudimos cruzarlo sin problemas.

-Según el mapa hay una puerta que no esta muy lejos de aquí.-

Gilberto respondió:

-Este sitio es amplio mañana seguro que llegamos pero creo que todos necesitamos descansar, llevamos 2 días caminando sin haber parado y creo que estamos todos cansados.-

-Tienes razón, creo que solo he pensado en mi misma, lo siento.-

-No es eso, es que has pensado en llegar cuanto antes nada mas.-

Mire a madre y a Fernando, estaban demasiado cansados para continuar, había forzado un poco la situación.

-Esta bien descansaremos y saldremos al amanecer, pero no tenemos nada.-

-No exactamente.- Gilberto saco de su mochila comida y agua.

-¿De donde has sacado esto?, ¿Como venias tan preparado?, ¿Acaso lo has hecho mas veces?.- Todas las preguntas no obtuvieron respuesta...Por ahora.

-Bueno podría decirse que si pero ahora lo importante no soy yo, ¡Toma!.-

-Gracias, voy a dar un poco a madre y Fernando, estarán hambrientos y sedientos.-

Me senté en el suelo, estaba oscuro y lo único que alumbraba era el candelabro que al lado teníamos, no podía dejar de pensar en todo lo que estaba sucediendo pero a la vez tenia miedo, incline la cabeza contra mis piernas para dormirme, estaba algo cansada y podía tambalearme para los lados, cerca de mi, se encontraba Gilberto.

-No te preocupes Sofía todo se solucionara, yo estaré a tu lado.-

Esas palabras me calmaron un poco y, sin querer, me tambalee y me acabe durmiendo en el hombro de Gilberto, fue sin querer pero ni me inmute hasta que, por la mañana el me dijo que me había quedado dormida en su hombro, dijo que no importaba pero, aun así, estaba avergonzada.

-Con respecto a ver dormido encima de tu hombro yo...Lo siento ni me había inmutado.-

-Ya os dije que no me molestaba no pidáis perdón, ahora continuemos con la ruta.-

Nos levantamos era temprano, y nos pusimos de camino cuanto antes, iba con el mapa en la mano, estábamos tan cerca, con suerte llegaríamos por la tarde.

-Mirando esto, hay una puerta de hierro que se activa con una palanca.-

-¿Es esa?.- Señalo Gilberto.

-Si aunque la palanca parece estar oxidada, no creo que funcione pero tiene que haber otra secundaria al otro lado de la puerta.-

Sin saberlo mi vista cambio podía ver la palanca de un color plateado, estaba iluminado, volví a mi vista normal, no entendí que era aquello así que, decidí dejarlo pasar e ir a por ella.

-Ahora vuelvo, voy a intentar abrirla desde el otro lado.-

-¿Y como te las idearas para ello?.-

-Tengo recursos, no te preocupes por mi, estaré bien y volveré de vuelta.-

Ande recto para buscar alguna alternativa para llegar hasta el otro lado.

Observe que había una especie de bloques algo salidos de la pared por lo que, me dispuse a trepar hasta llegar arriba.

Había 3 vigas de madera y tenían bastante altura pero, están situadas cerca de la palanca, no tenia miedo a las alturas, desde pequeña había trepado y saltado alturas mucho mas elevadas, era todo un riesgo pero quería asumirlo.

Salte a una de las vigas, me balanceé hasta la otra y acto seguido, me acerque  a la otra viga llegando a la palanca, parecía que estaba menos oxidada que la anterior e iba perfectamente.

La puerta de hierro se abrió y encontré una especie de atajo que llegaba hasta ellos.

-Ya estoy, disculpad el haber tardado tanto estaba...-

-No te disculpes, es normal que tardaras, ¿Como lo has hecho?.-

Evadí la pregunta.

-Mejor continuemos, no hay tiempo que perder.-

Volví a sacar el mapa, no quedaba poco para llegar.

-Es todo recto, hay que pasar por unas piedras que hay de por medio pero después de eso, habremos llegado a Trento.-

Gilberto sonrió, parecía estar orgulloso de mi, de que hallamos podido llegar hasta aquí, un viaje tan lejos de 3 días.

No sabría si reconocería a mi tío habían pasado 15 años desde la ultima vez que me vio, casi ni me acordaba de sus rasgos.

Llegamos al final del túnel, la ultima puerta que necesitaría forzarse para abrirla y que pudiéramos por fin salir al exterior.

-Bien, hemos llegado pero,¿Qué hacemos?, no tenemos llave.-

-Déjame a mi, intentaré abrirla.-

Gilberto comenzó a forzar la cerradura con una ganzúa, lo hacia tan delicadamente que parecía que había hecho el mismo las puertas.

-Gracias pero, ¿Dónde has aprendido a hacer eso?.-

-Bueno, es algo sencillo, no lo aprendí yo solo pero...Mejor salgamos, ya habrá tiempo para explicártelo.-

-De acuerdo.- Otra pregunta que no obtuvo respuesta, cada vez, mi cabeza estaba más perdida pero, sabia que pronto se resolverían.

Bendecida por las sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora